Sonaba esa cación en aquel momento cuando me enamoré de ti. Desde entonces, me resulta imposible despegarte de mi pensamiento.
Fue una noche de verano, cerca de la orilla del mar. Esa brisa ténue nos embriagaba mientras paseábamos con los pies descalzos sobre el agua, y la espuma nos acariciaba hasta los tobillos.
El lugar se había quedado desierto y nos despojamos de la ropa para tumbarnos en la cálida arena. Y comenzamos a escuchar una melodía…
Y fue tal el hechizo, que empezamos a besarnos e hicimos el amor mientras sus notas emvolvían nuestra pasión desatada.
(Dedicado a mi cielo amor).