La verdad es que sería una sorpresa encontrarme con un vídeo-diario de un desconocido aunque no me cabe la menor duda que a todos nos pueda suceder. Cada película que he visto de Almodóvar me ha hecho pensar que Pedro llevaba las cosas a extremos insospechados, sin embargo, mi trabajo en un despacho jurídico, me ha obligado a rectificar. La realidad siempre supera, y con creces, a los argumentos de las películas.
Pero volviendo al “vídeo-diario”, no quiero imaginar que me llamen a la lectura de un testamento, en un despacho de abogados o en el domicilio del Albacea, para notificarme que un “finado”, del que yo no esperaba nada, me hubiera dejado ese “dardito envenenado”.
Y cuando digo dardo envenenado es cierto. La primera pregunta sería: ¿Quién lo ha visto? ¿Qué ha contado ese insensato de mí? ¿Tendré que hacer una declaración pública de su esquizofrenia paranoide aunque no estuviera diagnosticada?.
A partir de ese preciso instante imagino que me vería inmersa, igual que cualquiera de vosotros, en un mar de tortuosos pensamientos entre los que incluiría a ascendientes y descendientes del “susodicho”, y no precisamente para elevarles a los altares.
Y, después, ¿qué sería capaz de hacer? ¿Iría corriendo a casa a verlo? Pues no puedo porque no tengo vídeo, lo que me obligaría a buscar un comercio donde me pasaran el “dichoso vídeo-diario” a un deuvedé.
Estaría dispuesta, sin conocer el contenido, a dejar que un extraño lo viera? Inmediatamente pensaría que lo había hecho con “mala milk”, lo que me trasladaría a recordar las meteduras de pata o las estupideces que cometí con el autor de tal villanía. Me sumiría en un sinfín de recuerdos, que, como tales recuerdos, con el tiempo se deforman. Una no atesora “trapos viejos” pensando en el futuro y sobre todo, para que, un “enturbia-pozas”, te deje un legado con más hiel que miel, con el fin de darte su última patada en el culo (claro que si quita la celulitis hasta podría gustarme, jejeje). Porque, ¡no me digáis que no!, lo primero que piensas es que lo que vas a ver no va a ser precisamente un panegírico sobre tu persona.
No sé qué diría el vídeo-diario pero sin haberlo visto, ya me estaría haciendo la puñeta a base de bien.
A todo esto, puedo suponer y seguro que no me equivocaría, la familia, los amigos, los abogados y todo el mundo, en el caso que no hubieran podido o querido ver el cargante vídeo-diario, estarían taladrándome con la mirada. La mujer y los hijos estarían poniéndome de “putifrisqui”. Los abogados de pilingona “arrebata-herencias”, ya que el finado podría haber dejado su última voluntad de “viva-voce” en aquel trozo de película y alteraría el reparto instituido en el testamento.
Los cercanos y los lejanos, da igual el grado de proximidad con el muerto (y bien muerto que está leñe, no se puede jugar con la tranquilidad ajena, ya’stá bien!!!!!), buscarían nuevas definiciones para “catalogarme” y que mi currículum se ampliara “ad infinitum”, mientras yo, estoicamente, aguantaba pensando en la lista de la compra y la madre que parió al recién desaparecido, elucubrando que, menos mal que había pasado a “mejor vida” porque entre mis “habilidades”, en ese preciso instante, tendría que figurar la de asesina.
No creo que quisiera verlo. La curiosidad mató al gato y no soy excesivamente curiosa cuando puedo prever que no me va a gustar el resultado. Me gusta conocer de todo, enterarme de cuanto esté a mi alcance pero partiendo de una premisa, que dependa de mí.
Me gustan las lecciones cuando son elegidas, o sea, elecciones ( no las del voto y la urna, esas me aburren por los dos meses anteriores y soporíferos de mítines constantes, añadidos al “hemos ganado todos” posterior), pero no las imposiciones así que aprovecho este mini- escrito para decirles a esa larga lista de “novios-amantes-amores-parejas-restregones” (que quede claro que no necesito abuela, jajaja) que obvien hacer ni un vídeo, ni un deuvedé ni tan siquiera una mínima carta. No me apetece nada que me den la “barrila” cuando no pueda defenderme, así que ya pueden ahorrarse el trabajo porque creo que el vídeo-diario quedaría guardado hasta el primer 24 de Junio (día de San Juan y sus famosas hogueras) para llevarlo a una pira y que pasara a mejor vida o se fuera a hacer compañía a su autor.
Claro que puestos a ello, tendría tantas cosas que someter al “fuego purificador” que la lista sería larguísima, casi interminable.
Hoguera de San Juan
Porque, ¿quién no tiene un “cementerio de trastos o recuerdos ilustres” en casa o en la cabeza?
A – Codeblue – Activo
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...