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Y se hizo realidad …

Tuve un sueño, no sé si catalogarlo de estúpido por lo complicado que era que se hiciese realidad o simplemente ilusión nocturna. Y aunque os parezca mentira ese sueño estaba relacionado con El Blogguercedario y con uno de sus más brillantes representantes que hace unas semanas desapareció. No dio explicaciones, ojo!!! ni tiene por qué darlas, cada uno es muy dueño de proteger su intimidad, pero con el entusiasmo y la vida que otorgaba a éste nuestro rincón de desahogo no conseguía entender muy bien que había ocurrido. Tal era el poco entendimiento que os juro que alguna noche tuve ese sueño estúpido en el que me conectaba desde mi portátil (por cierto pedazo aparato que tenía en mi sueño, buffffffff!!!!!! y me refiero al portátil eh) accedía a El Blogguercedario y me encontraba con un post y un mensaje de Aspec comunicando su ansiada vuelta. Y de repente un día, más o menos como el de hoy, el sueño estúpido se convirtió en realidad feliz…  Aspec está de vuelta!!!!!!!!!!!!!!

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Aspec me engañó, ¡joder! cómo me engañó…

Aspec me engañó, ¡joder! cómo me engañó…

Estoy muy decepcionada porque mi novio, Aspec, después de casi tres años de relación me ha sido infiel, él vive a 3 manzanas de mi casa y la tipa con la que me engaña también, él me demostraba que me quería pero ¿entonces? ¿Por qué me engaña?

Quiero perdonarlo, porque está muy bueno, pero no puedo, hablé con la tipa que se ha liado, se llama Sonvak y me quedé de piedra, no es la única, resulta que ha habido tantas como dedos tienen mis manos. Yo sé que le gustan demasiado las mujeres, es un Don Juan, pero después de lo que me contó Sonvak no sé si volveré a mirarle a la cara, resulta que trabajamos en una fábrica como sexadores de pollos, cuando empezamos a trabajar nos dieron unos cursos intensivos a todos los nuevos y tuvimos que viajar a una escuela permanente para formar sexadores de aves que se encuentra en la ciudad de Nagoya, Japón. El viaje fue maravilloso, no por los cursos sino porque íbamos todos los nuevos que al principio congeniamos a las mil maravillas y pensábamos disfrutar a tope entre sexo y sexo, ¿me entendéis no?
Fuimos Aspec, Xinax, Daniela, Sonvak, Molinos, Gorio y yo; 5 mujeres y 2 hombres ¡peligro, peligro! aunque yo estaba segura de su amor, el tiempo me ha demostrado, bueno, el tiempo y Sonvak que no era para tanto, allí en Nagoya ya se lió con Molinos, una chica estupenda y maravillosa, pero con una mala leche acojonate… lo que no me queda claro es cuándo se liaron pues los días que estuvimos allí fueron a un ritmo trepidante ya que averiguar el sexo de un ave requiere un análisis cuidadoso de su recto y es una operación que requiere un manejo habilidoso del animal y como todos éramos nuevos en este campo, nos pasábamos más de 10 minutos con cada animalito que nos ponían por delante, cuando lo normal es hacerlo en 4 segundos, ¡bueno! dejando a un lado el tema laboral sigo con la historia.

Cómo os he dicho allí fue Molinos, aunque duraron 2 meses, por los pensamientos tan retorcidos de ella, después se lió con Xinax, una friki a la que le gusta tanto la trilogía de «El Señor de los Anillos» que cree que la gente real se vuelve gris, con ésta no sé cuánto tiempo estuvo, supongo que se volvería gris y ella lo dejó, después le tocó el turno a Daniela, una chica muy, pero que muy mona, que escribe muy bien, pero que hay días en los que se asemeja a un robot, porque no para, tampoco sé cuanto tiempo estuvieron liados o por lo menos Sonvak no me lo dijo.
Y su última conquista, bueno mejor dicho su penúltima conquista ha sido Sonvak, una chica que hace de todo y que tiene una amiga fiel e incondicional que se llama «nube» aunque tiene cierta confusión sexual, pues levanta la pata para… (Me refiero a la perrita, no seáis malos…).
De todo esto me estoy enterando ahora, porque soy bastante insulsa y me fío de todo el mundo, pero cuando Sonvak me lo contaba, me asaltaba una pregunta ¿por qué me lo estará contando ahora? Ella misma se delató al cabo de un buen rato hablando, bueno discutiendo como perras en celo por él, resulta que después de haber estado con 5 de las 7 de las personas que empezamos a trabajar juntos en la fábrica hace ya más de un año, el muy mujeriego, se ha liado con Gorio, ¡ahora lo comprendo!.
Comprendo por qué me lo contaba Sonvak y también comprendo por qué Gorio nos dijo el otro día que últimamente no estaba a la altura de los integrantes del grupo, que no le salen muchas ideas y que no sabe a qué se debe a ciencia cierta, pero está ahí.

¡Pues sabéis lo que os digo! que se vais a enterar los dos mañana cuando llegue la hora del desayuno. Esta noche no le diré nada a Aspec, pero mañana le voy a dejar las cosas bien claritas y que se vaya con quien quiera y de ti Gorio, tan correcto, tan guapo, tan… bueno, no sigo, de ti no me lo esperaba para nada…

SANDRA

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Un lugar extraño el Blogguercedario…

Por N-Sonvak-Activo

Un lugar extraño el Blogguercedario… Un blog donde la ficción podría confundirse con la realidad y con participantes que superan lo virtual para hacerse más cercanos cada día, con cada post, con cada comentario…

Es como un libro que vas leyendo por capítulos, que te atrapa y del que no puedes desengancharte. Siempre quieres más…

«Vale la pena y merece ser vivída«, «Mientras hay vida, hay esperanza«, «La vida es lo que hacemos con ella«… éstas fueron las tres primeras frases que me tocaron; mientras esperaba la 4ª frase pensaba «por favor que no lleve la palabra vida o el verbo vivir»… Y así llegó «Hasta que el destino nos alcance«. De las tres primeras frases quité textos tirando a deprimentes y como que la cuarta frase me sugería exactamente lo mismo, así que no me explico como demonios acabé escribiendo sobre un prostituto… creo que fue la rebeldía de decir «¡¡concho!! pues hasta que el destino nos alcance, nos lo vamos a pasar de P.M.»… Ese post fue el comienzo de los post erótico-festivos por mi parte, je.

En algún momento del trayecto, la línea erótica se mezcló con los participantes del blogguercedario, convirtiéndolos en protagonistas… Así surgió el culebrón Montse & Aspec. Me divertí un montón escribiéndolo. Me partía de risa yo sola, delante del ordenador, mientras las palabras surgían de mis dedos. Realmente era como si los estuviese viendo a los dos desarrollando las escenas, tal cual una serie de televisión… ¡¡cómo disfruté con la bofetada que Montse le dió a Aspec!!, je, jajajajajajajaja… y sí, también disfruté con la reacción de Aspec ante la bofetada de Montse (esto lo pongo para que no se pique Aspec, je).

Y es que me lo he pasado pipa tanto escribiendo como leyendo en el Blogguercedario.

Y como ya me tengo que ir a trabajar, no puedo enrrollarme más, así que toca pasarle el turno a Aspec:

-¡¡Venga, Aspec, ponte a escribir!!

Próximo turno: O – Aspective – Activo

 

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Encendió una cerilla y salió corriendo.

Por Gorio – R – Activo

Como se iba a imaginar Aspective, que al otro lado de la puerta estaba Sara escuchando todo lo que le estaba diciendo a Daniela. Le estaba soltando aquel responso que tenía guardado desde hace tiempo, desde que pasó el percance con ella.

_Dani, ya está bien. Lo nuestro no puede ser, yo estoy loco por Sara y no quiero que se estropee por tus tonteos conmigo.Te ruego que lo dejes ya de una vez.

_Pero Aspec, le contestó Dani, estoy enamorada de ti y haré todo lo posible para que los dos acabemos juntos, esa arpía de Sara no te conseguirá, yo me encargaré de ello.

_No me metas en líos, por dios, ya te lo he dicho…, yo quiero a Sara es la mujer de mi vida, lo sé, lo nuestro nunca funcionaría.¿ no lo entiendes?.

Sara no salía de su asombro, no tenía ni idea de que Aspec sintiera eso por ella, aunque ultimamente estaba demasiado amable con ella, pero no se había percatado hasta ahora.

_¡¡Que no!!, gritó Aspective dirigiéndose a la puerta.

Sara lo escuchó y se escondió detras de la esquina del pasillo con un rápido y sigiloso  movimiento, confiando en no ser descubierta.

Aspec abrió la puerta con rabia y se dirigió a su despacho con paso firme y malhumorado, murmurando entre dientes, palabras ininteligibles llevándose un cigarro apagado a la boca.

Daniela encendió una cerilla y salió corriendo detrás de él ofreciédole fuego para ese pitillo.

_¡¡ Esperaaaa !!, toma fuego, espera…Aspec!!

Sara observaba en silencio, asomando media cabeza detrás de la pared.

Aspective se paró en seco, y se dio la vuelta.

_¡¡¿Qué quieres?!!, déjame en paz.

_No te enfades, solo quería darte fuego, nada más.

Se acercó a ella para que le diera fuego, y en ese momento se dio cuenta de que alguien los miraba al final del pasillo, afinó la vista y comprobó que era Sara. De repente se le calló el pitillo al suelo y todo su cuerpo retrocedió sin voluntad hasta chocar de espaldas con la puerta del baño desplomándose en el suelo.

Daniela se apostó a su lado, empezó a darle besos en la mejilla y a decirle lo mucho que lo amaba.

Sara salió como una exalación del recodo y se avalanzó sobre Daniela, en sus ojos se veía una rabia contenida, mientras gritaba:

_¡¡¡¡¡ Saca tus sucias pecuñas de él, te voy a matar !!!!!

Los gritos alertaron a toda la oficina, y en un instante ya estaban en el lugar de los hechos, comprobando con estupefacción como se peleaban las dos mujeres mientras Aspective permanecía inmóvil en el suelo.

mujeres peleando

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Abriremos un turno de preguntas

Autor – P – Montse

Fueron llegando uno a uno, tal y como en su día Sir Aspec lo diseñó, como a intervalos fijos de 2 minutos, más o menos la cadencia del portón de entrada al edificio, cargados de maletines, notebooks  y carpetas llenas de papeles, corriendo como posesos con destino a la sala de juntas. Había secretarias, bedeles, mensajeros, y un montón de gente más yendo y viniendo, como locos. Era una oficina más parecida a un manicomio que a otra cosa.

La locura había comenzado hacía 6 horas cuando Marcia, la íntima amiga de Montse, había llamado al bufete para comunicar que lo que tanto habían temido, había sucedido. Inmediatamente saltaron miles de alarmas internas que ponían en marcha un montón de órdenes,  perfectamente elaboradas desde tiempo atrás. En todo este entramado, cada uno de ellos era una simple pieza de un inmenso puzle. Cada uno tenía algo qué hacer que automáticamente ensamblaría con la siguiente y así la cadena se pondría en marcha como un Patek Philippe, el reloj favorito de Sir Aspec.

Montse sabía que antes o después aquello sucedería. Se podían comer bocadillos de caviar, pero era un desperdicio y eso era ese matrimonio, una asquerosa bazofia, aunque los integrantes fueran canela en rama, y en este caso ninguno de los dos, ella también se incluía, lo eran. La diferencia era que al menos ella tenía una educación exquisita algo que en el caso de su esposo, brillaba por su ausencia, más aún, lo que llamaba la atención era su zafiedad, su paletez, su ruindad y cuanto más oropel se ponía, más se le notaba.

El tenía el dinero, y ella la clase, aunque el siempre le repitiera, con aquella educación de camionero: Don sin din, gilipollas en latín.

No tardó mucho en darse cuenta que su puesto dentro de la seguridad del Estado no era más que la perfecta tapadera para el mayor matón del país, así que intentó por todos los medios procurarse una salida para cuando llegara el momento, pero no era tarea fácil, para eso necesitaba alguien que hiciera de todo y además perfecto. Eso no existía.

Sir  Aspec era una de esas joyas que atesoran las grandes familias y que, a cambio de sustanciosas y jugosas transferencias a la isla de Jersey, se encargaba, de forma magistral, de cualquier cosa que pueda enturbiar la paz de alguien, algo fuera del alcance de casi todo el mundo.

Ella le conoció en una kermés que organizó la asociación de las Damas Diplomáticas, para recaudar fondos, a la que acudió la Reina Sofía y donde se decía que iría la princesa Letizia, una de sus blancos favoritos. Blanco que la estaba granjeando pingües beneficios, grandes amigos y enemigos algo fanáticos. Fue el mismo quién se acercó, quién inició la conversación y quién, después de diez o doce palabras, la puso al corriente de lo que sucedía a su alrededor. En dos meses ella tenía tejida en torno a sí, tal red que si su marido o cualquier fanático incurría en un error, como así había sido, todo se pondría en funcionamiento sin que se diera ni tan siquiera una orden.

El siguiente paso, mientras todos estaban hablando como locos al teléfono, o enviando e-mails encriptados, o simplemente escaneando fotos que llegarían a sus legítimos destinatarios, era  que un mensajero le entregara a Don Sito una nota con la confirmación del vaciado y consiguiente cierre de sus dos cajas de seguridad en Liechtenstein. No hay nada que le duela más a un asesino que le toquen su dinero, sobre todo cuando piensa que baila sobre el cadáver de su peor enemigo.

En el mismo momento que dijo: Abriremos un turno de preguntas, le pasaron la nota doblada y al abrirla estuvo a punto de sufrir una lipotimia. Pidiendo disculpas, se retiró ayudado por sus subordinados, entre una nueva lluvia de flashes, para que le atendiera un médico pero él cogió el móvil y ordenó a Vasili que averiguara quién estaba detrás de aquella nota, Le sugirió, entre ahogos y gritos, que hablara con sus contactos entre colombianos, marselleses, nigerianos y algún otro grupo. Nada más lejos de la realidad. La operación había sido diseñada por Sir Aspec, conocido por su famosísima cuadra de caballos imbatibles en Ascot y Dubai.

Don Sito nunca aprendería la lección de la diferencia entre la unión de la eficacia y la eficiencia frente a la fuerza bruta.

Mientras su mujer empezaba a tomar algo de líquido a través de una pajita en la U.C.I. de un gran hospital, se inició la caza y captura de aquel asesino, de aquel sanguinario que no entendía más que de sangre y vísceras. Seguro que habría esperado un matón que le hubiera pegado tres tiros, nunca lo que le esperaba. Para ello habría necesitado emplear alguna neurona pero eso era un esfuerzo sobrehumano que a estas alturas se antojaba imposible.

En varios países del mundo, empezaron a moverse capitales con destinos complejos. Unos se ingresaban en cuentas de empresas dedicadas a multitud de cosas. Se habían vaciado dos cajas que tenían bonos de renta fija de la bolsa de Nueva York que, en estos momentos, estarían vendiéndose para pasar a comprar valores de Nasdaq a nombre de una nueva empresa que, a la vez, perdería todos sus activos y tendría que ser salvada por otra de las empresas de Don Sito y así hasta que no le quedara a ese desgraciado ni para una cajetilla de Winston. El engranaje estaba funcionando con una perfección impecable e implacable.

La primera noticia que puso en fuga a Sir Aspec no fue la paliza a la mujer de Don Sito. Los guardaespaldas de Sir Aspec fueron capaces de avisarle a tiempo del descuido de haberse dejado fotografiar y ahora había decidido irse con su amigo, uno de sus más íntimos y estrechos amigos, Hamad Bin Khalifa, emir de Qatar, que le enseñó entre otras muchas cosas, el arte de la cetrería.

A través de la mujer de Don Sito conoció a Son, aquella excéntrica pintora y a Gorio. Gorio había estado a punto de romper todo su milimetrado mundo, menos mal que todo aquello que dejó al albur, cuidaron los que había a su alrededor. Seis hombres escogidos entre los mejores del mundo. Dos de ellos habían pertenecido al MI6, otro fue reclutado al Mossad, un cuarto en el CNI español y los dos últimos,  encargados directos de la seguridad del presidente Bashar al Assad.

Gorio. Gorio. Nunca imaginó que aquel hombre le volviera loco, tanto que era capaz de compartir cama con dos mujeres con tal de estar con él. Ellas se excitaban viéndoles juntos y ellos las complacían. Si Gorio supiera que habría matado a aquellas dos arpías para quedarse solo con él.

Aún podría hacerlo, sin embargo tenía que terminar el trabajo y dejar que las cosas se calmaran antes de dar cualquier paso. Seguro que Hamad tendría en el desierto algún palacio que dejarle y llevarse a Gorio para disfrutarlo a todas horas sin descanso, hasta aprender cada milímetro de su cuerpo.

Le enseñaría a montar a pelo en su mejor pura sangre «Feeling Blue», desnudos, trabados, para que conociera otro placer nuevo. Pensarlo le excitaba tanto que iba a pedirle a Hamad algún sirviente que le sirviera para desahogarse mientras planeaba el secuestro de Gorio. Tal vez Gorio se prestara gustoso. Sólo imaginarle sumiso le hacía relamerse, y algo más. Tanto que el sirviente se retiró, una vez que le lavó perfectamente, visto que su labor había terminado. Ese Gorio iba a darle mucho placer.

Y  al otro lado del mundo, en aquel país consternado por aquella mujer ingresada, debatiéndose entre la vida y la muerte, aquel músico que había sido encontrado en una cuneta malherido, la famosa y excéntrica pintora que se había cruzado con un brutal violador, y un comisario muy conocido por su persecución contra las mafias de la droga que estaba sufriendo en carnes propias el amor por su mujer, ya que al leer lo que se suponía, algún informe de la situación de la misma, ante todos los periodistas, sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser ingresado aunque no en el mismo hospital, todos pensaban en que hay días negros llenos de casualidades que, aunque no tuvieran nexo de unión, lo parecía.

Y, en el último escenario, aquel bufete en ebullición, cuando todas aquellas personas acabaron de mover sus piezas en aquel complicado juego de ajedrez, recogieron los papeles, maletines, portátiles, etcétera y abandonaron aquel inmueble. Al salir, en los cristales, volvió a figurar el cartel de una famosa inmobiliaria como arrendadora del mismo, incluso el mismo polvo en las ventanas de no haber estado habitado en meses.

Cada uno recibió su salario y Sir Aspec, desde Qatar, dio por terminada la operación. Don Sito no tenía nada más que su mísero sueldo como policía. Ni tan siquiera su piso era ya su piso, y ahora habría otras personas, en otros países del mundo, que le buscarían para, en un máximo de 6 horas, desmantelar una vida en justa compensación a la brutalidad de un descerebrado o al calentón de 4 que se revolcaron en una cama con la ventana abierta.

Un auténtico guión de Almodóvar.

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Esa foto quedaría bien en la pared de su cuarto

N – Sonvak – Activo

«¡¡Mierda!!», exclamó para sí mientras sentía como otra rama del dichoso árbol le arañaba por centésima vez en las piernas. Sin embargo ya estaba cerca de su objetivo y no pensaba detenerse en ese momento. Desde que le habían dado el chivatazo no había podido pensar en otra cosa.

Y no es que se le diese bien trepar árboles; Dani miró con pena sus preciosas piernas. Alzó la vista hacia la cercana ventana… «ya queda poco«. Miró hacia el suelo. Menos mal que ese tipo de encuentros los solían hacer en chalets, aunque de caerse el golpe dolería bastante.

La cámara de fotos le estorbaba bastante en su ascenso, pero era imprescindible en el logro de su objetivo. Sabía que levantaría ampollas si conseguía hacerse con la fotografía que buscaba, pero es que además esa foto quedaría bien en la pared de su cuarto.

Ya se estaba imaginando que cara pondrían los demás cuando se enterasen. Iban a flipar, al igual que había flipado ella en un primer momento… después no le había extrañado en absoluto, pues siempre había notado un rollito particular entre los que serían protagonistas de la fotografía.

Ya estaba a la altura de la ventana. Esperaba no haberse equivocado. Le habían dicho que siempre pedían la misma habitación, al igual que alguien que pide siempre lo mismo para beber. Y también le habían informado de que gustaban de tener descorridas las cortinas durante el encuentro… sería que eso aún los excitaba más.

Se situó bien en la parte naciente de la rama, la más gruesa, asegurándose de tener buen apoyo y comenzó a enfocar con el objetivo de la cámara. Allí estaban ellos. Era inevitable el no fijar la vista sobre sus personas. Tras la impresión inicial, a pesar de estar sobreaviso, pensó que la decoración de la habitación quedaría genial en la composición. El rojo predominaba, lo cual todavía confería más sordidez al asunto… y aquella cama redonda era un lujo para su ojo artístico.

variospies

Una sonrisa maliciosa cruzó su semblante mientras comenzaba a pulsar el disparador una y otra vez… era de lo más inspirador ver a Aspec, Gorio, Montse y Sonvak en plena orgía.

Próximo turno para: O – Aspective – Activo

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Seguro que Aspective triunfa

–        Sí –respondió Rai- seguro que triunfa. Lo hará, sea lo que sea que se proponga pero, ¿cuáles son sus intenciones?, ¿qué es lo que realmente quiere?

–        Hombre, yo creo que está claro –contestó Fran- Aspec quiere salirse con la suya. Como siempre. Como hizo aquella vez   que consiguió que Eva dejase a su novio y se enrollara con él. Para luego dejarla tirada. Es un cabronazo.

–        No sé, yo no lo veo así. Creo que en aquella ocasión, con Eva, le hizo un favor, pues ese que ella llamaba “su novio” era un hijo de perra que la maltrataba -dijo Rai- Consiguió que le abandonara porque ella, cuando le hablábamos de que ese tío no le convenía y tal, no nos hizo ningún caso.

–        Sí, pero la dejó hecha polvo

–        Bueno, pero eso es un desengaño, y eso se pasa con el tiempo y nos ha sucedido a todos. Lo otro era una esclavitud. Y era la única manera de hacerlo.

–        ¿Tú crees?

–        Sí. Siempre hace las cosas a su manera, pero en el fondo, tampoco se le puede reprochar nada.

–        ¿Y aquella vez con Sonia? ¿No se portó en esa ocasión como un imbécil? – preguntó Fran- Porque se comportó como el perro del hortelano… y jodió a todos.

–        Bueno, sobre eso –continuó Rai- hay varias versiones y creo que ninguno conocemos totalmente la verdad. Aspec no cuenta nada y Sonia tampoco. Yo, reconstruyendo un poco de aquí y un poco de allá, con lo que sabía este y había oído aquel, creo que tengo una idea bastante clara de lo que ocurrió. Y creo que finalmente, logró salirse con la suya pero sin que los demás nos enteráramos

–        ¿Y se puede saber tu versión de la historia? –preguntó Fran-

–        La clave es un dato muy simple. Aspec estaba secretamente enamorado de Sonia. Pero locamente enamorado. Nunca se lo había dicho, ni siquiera insinuado y no creo que nadie lo sospechara. Las circunstancias de cada uno le habían aconsejado, por una vez, ser prudente y guardaba su amor en secreto. Estaba loco por ella.

–        No me jodas, pero si yo pensaba que…

–        Sí, tú y todos –continuó Rai- Creo que Aspec pensaba dejar las cosas así, quizá sufriendo, quizá soñando, pero sin mover ficha. Hasta que apareció Goyo. Y lo trastocó todo. Era un tío simpático, muy majete y seguro de sí mismo y cuando conoció a Sonia fue a por ella. Sin más. Entró como un elefante en una cacharrería. Le rondó, atacó por todos los lados, no dejó títere con cabeza. Y como no tenía problemas lo hizo a la vista de todos. Incluido Aspective.

–        ¿Y Sonia? –preguntó Fran-

–        Sonia, al principio, le rechazó. Era demasiado directo, demasiado agresivo. Sin embargo, poco a poco hizo gala de una sensibilidad que inicialmente estaba oculta y Sonia, sin darse cuenta, le fue prestando cada vez más atención. Lo que parecía imposible se fue haciendo cada vez más viable. Y Aspec, que siempre había visto a Sonia como su chica, como su dama secreta, al principio se quedó parado. Estupefacto, diría yo. Veía como ella cada vez prestaba más atención a Goyo. Que Goyo podía salirse con la suya. Que la inalcanzable Sonia iba a caer en las redes de un advenedizo. Que la iba a «perder». Y eso no lo podía soportar.

–        ¿Y los demás?

–        El resto de grupo no se sentía concernido por el tema. Para ellos todo era normal y estaba bien. Incluso se divertían viendo el acoso al que Goyo sometió a Sonia y como ella, que le rechazó frontalmente al principio, fue cediendo poquito a poquito. Nadie se podía imaginar lo que estaba pasando por la mente de Aspective en ese momento.

–        Y ¿cuándo empezó todo?

–        No sé el momento en que Aspective se dio cuenta de que si no hacía algo, Sonia se le escaparía para siempre. Ten en cuenta que ni la propia Sonia sabía nada sobre lo que sentía Aspec. Tal vez sospechara, intuyera algo, por la forma deferente en que Aspec la trataba. Pero nada más. El asunto comenzó a ser visible a raíz de la primera cita que mantuvieron Goyo y Sonia. A partir de ahí, según hemos podido reconstruir después, fue cuando Aspec comenzó a maniobrar. Desde fuera, ya que desde la óptica del resto de nosotros, nada había cambiado. Colgaron en el facebook del grupo aquellas fotos tan graciosas en las que Sonia y Goyo echaban café sobre un teclado y la otra en la que Sonia salía con una guitarra enorme ¿Te acuerdas? Nos reímos todos mucho y creo que a la mayoría de nosotros, que habíamos asistido divertidos a la “caza” de Goyo, nos pareció la continuación natural a su relación. Todos pensamos que en aquel momento se creaba una pareja.

–        ¿Y después?

–        Bueno, -prosiguió Rai- insisto en que todo parecía normal. La relación entre Sonia y Goyo seguía avanzando. A lo mejor, el único indicio que podíamos haber tenido sobre lo que iba a suceder era la casi total desaparición de Aspec. No le vimos, oímos ni leímos en una temporada y deberíamos habernos dado cuenta de que algo raro pasaba, porque él era uno de los más activos del grupo. Pero el día a día de cada uno nos despistó y ninguno nos percatamos de que algo se cocía.

–        ¿Y así hasta aquel día? – inquirió Fran-

–        Sí, hasta que todo estalló –confirmó Rai-

–        Sé, como creo que todo el mundo, como acabó, pero ¿tú sabes como fue realmente?

–        Como te digo, lo debió de preparar desde casi el inicio. Se lo guardó todo, no avisó a nadie y lo soltó de repente. Debió de buscar un buen cracker que le ayudara, porque yo creo que Aspec de informática lo justito,  y posiblemente entró en los ordenadores de Goyo, porque si no, no se explica. Pero todo son conjeturas. «Alguien» copió los correos que tenía Goyo de la relación que mantenía con esa otra mujer, en paralelo a Sonia, y se los envió a la propia Sonia. A la vez, hizo llegar a esa otra chica, Montse creo que se llamaba, los correos y fotos de Goyo y Sonia.  «Alguien» presentó ante la SGAE la denuncia por los escritos que Goyo publicaba como propios, demostrando que eran plagios de autores poco conocidos, lo que le valió la demanda judicial y la ruina ya que tuvo que devolver todos los “royalties” más la multa, costas, etc. También «alguien» se tuvo que poner en contacto con Hacienda porque fue cuando Goyo recibió la inspección sorpresa por denuncia anónima. Aunque estaba claro de quien había partido la denuncia… También Microsoft y las otras empresas recibieron pruebas de la utilización fraudulenta,  y con fines comerciales, de los software de composición, escritura, diseño, etc. Lo que le valió la tercera denuncia. Y más multas. Y aquel vídeo. Eso fue ya matador. Nunca supimos de su contenido pero la amenaza, como siempre anónima, de hacerlo público consiguió que se reconociera culpable y asumiera ante la SGAE, Hacienda, las compañías de software, etc.,”voluntariamente” su culpabilidad. Y por si fuera poco, y por supuesto anónimamente, la policía recibió una información sobre un accidente de tráfico con fuga del conductor. No sé como se hizo, y no tengo pruebas de que realmente fuera él, pero el resultado ya lo sabes.

–        Sí. Goyo en la cárcel. Sin Sonia ni Montse y arruinado de por vida. ¡Menudo panorama!

–        Sí, te lo dije antes. En cualquier tema, seguro que Aspective siempre triunfa…

–        Y ¿sabes si al final consiguió algo con Sonia?

–        Je, je je. Eres un poco cotilla. Pero venga, vámonos que ya se nos ha acabado el tiempo de la comida y esa es otra historia…

 

Próximo turno:   N – Sonvak – Activo

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Tengo una oportunidad y me la puedo tirar…

por N – Sonvak – Activo

Capítulo Tropecientos

«Tengo una oportunidad y me la puedo tirar»… eso es lo que había pensado Aspec a tempranas horas del viernes, mientras se miraba en el espejo. Apenas había dormido esa noche, ocupado en imaginar cual podría ser el final de la esperada cena, sobre todo del esperado «tête a tête» con Montse.

Escogió con cuidado la ropa que daría lugar a un aspecto descuidado, casual. Realmente había que tener en cuenta hasta el más pequeño detalle para que pareciese que uno no se preocupaba por lo que se ponía.

*  *  *

Montse tampoco durmió bien aquella noche. No era cobarde y se enfrentaría a aquella conversación a solas con Aspec… pero ¡¡caray!! le preocupaban las consecuencias. Además en viernes noche… es que las conversaciones en viernes noche podían traer muchos problemas a remolque.

*  *  *

Sito daba vueltas en su cama. No le preocupaba el cursillo. A él también le preocupaba la cena de ese viernes noche. Al final de la misma pensaba hacer una petición… y ello lo tenía realmente «acojonadillo».

*  *  *

La que dormía plácidamente era Sonvak. Al fin y al cabo, había considerado que lo mejor era pasar del tema del admirador secreto, el cual tarde o temprano caería por su propio peso.

*  *  *

Probablemente, era la única que dormía plácidamente aquella noche… Sara le daba vueltas en la cabeza a la sensación que tenía de que últimamente en el Blogguercedario se cocían muchos «asuntillos». Carolina estaba preocupada porque determinadas fotos salieran a la luz. Dani se sentía inquieta por la revelación que había hecho Yuyi en la «Sala de los Cafés». Y tanto Gorio, como Unsinagawa y Mosko, maquinaban en sus cabezas estrategias para poner una muesca más en sus cinturones.

Capítulo Tropecientos Uno

Y allí estaban todos, sentados a lo largo de la mesa. Cenando tras un cursillo que había resultado ameno e interesante. El que más y el que menos, deseaba llegase la hora del postre, del pitillo, del café… incluso, ¿por qué no?, del bailoteo.

Sito ocupaba la cabecera de la mesa, custodiado a ambos lados por Aspec y Unsinagawa… El otro extremo de la mesa fue el escogido por Montse para sentarse, a su lado estaban Sonvak, Sara, Dani, Yuyi y Carolina. Mosko y Gorio enseguida se habían colado al lado de las chicas… ¿quizá para ir preparando terreno?.

Mientras cenaban, la conversación era intrascendental, salpicada de bromas y chistes. Las miradas se cruzaban. Sara, por ejemplo, miraba a uno y otro, encontrando sospechosos por todas partes. Carolina, una de las chicas cañón de la oficina (la verdad es que en la oficina todas las chicas están cañón) llevaba con humor los piques que le lanzaba Mosko.

Sin embargo, las miradas más encendidas eran las que recorrían el largo de la mesa. Montse, Aspec. Aspec, Montse.

Montse volvió a llenar su copa de vino.

-¿Haciendo acopio de fuerzas? -le preguntó Sonvak con una mirada maliciosa.

-Calla y come, querida, calla y come. Por cierto, ¿sabes?, acabo de darme cuenta de algo. Unsinagawa está mirando mucho hacia aquí.

-Normal… me imagino que se le hace más agradable estar mirando hacia las chicas que la cara de Sito y Aspec…

-Pues no, no es que mire para aquí en general… creo que está mirando a alguien en particular… de hecho, tengo la impresión de que a quien está mirando es a ti -Montse miró a Sonvak con una sonrisa irónica en su cara.

Sonvak alzó las cejas y miró hacia donde estaba Unsinagawa, el cual precisamente en ese momento miraba hacia ella. Sonvak apartó la mirada rapidamente y miró hacia Montse:

-¿Crees que puede ser él?

-Pues no sé que decirte… por lo que sé, es amante de la poesía, aunque me parece que es más atrevido… no, creo que no… no debe ser él -aseguró Montse descartando la idea.

En ese momento se oyó una carcajada proveniente de Aspec. Sito lo miraba entre serio y picado.

-Pues no sé qué te hace tanta gracia.

-Me hace gracia verte tan pillado, hasta el extremo de hacer lo que estás pensando hacer.

-Pues a mi me parece buena idea. Si esa chica lo tiene tan pillado ¿por qué no?. Hay que aprovechar el momento, el lugar, y zambullirse a fondo en lo que uno siente -el que hablaba era Unsinagawa.

-Yo sigo pensando que es una locura -dijo Aspec- le das demasiado poder a una mujer a partir del momento en que la haces conocedora de tus sentimientos.

Los camareros ya estaban sirviendo el postre, cafés para los que así lo deseaban y dejaban bebidas a lo largo de la mesa. De fondo comenzó a sonar la música, y el rincón dispuesto para bailar se iluminó adecuadamente.

Más de un@ se levantó para salir a la terraza a fumar. Entre ell@s, Montse y Sonvak:

-La verdad es que este sitio es precioso. Sito no podía haber escogido mejor -la que hablaba era Montse.

De la terraza bajaban unas escaleras que se perdían en un jardín laberíntico, sutilmente iluminado.

-¿Estás pensando en perderte por ese jardín para que cierta persona no te encuentre?… Eso no sería propio de ti -Sonvak se volvió mientras hablaba para mirar hacia el interior. Aspec y Unsinagawa se acercaban hacia ellas.

-Me parece que el momento se acerca por la retaguardia…

Montse la miró y siguió la dirección de su mirada. Lo primero que pensó fue que no había bebido lo suficiente, probablemente necesitaba otra copa de cava. Pero Aspec no fue el que habló, sino Unsinagawa.

-A mi compañero y a mi nos complacería mucho que tan bellas damas nos concediesen un baile -Unsinagawa tendía su mano hacia Sonvak. Aspec miraba a Montse enigmáticamente.

-Pues la verdad es que a mi en este momento no me apetece bailar -Montse miraba a Aspec desafiante.

-¿Y si dejamos lo de bailar para más tarde y primero nos tomamos una copa?… Para mi un Absolut Mandarín con naranja y para Montse lo mismo pero con limón. Muchas gracias, caballeros -y con una sonrisa, Sonvak se quedó mirando a Aspec, preguntándose si este se dejaría llevar o iría a por lo que quería sin más.

Aspec se inclinó burlonamente y respondió:

-Cómo no? para nosotros será un placer el servirlas. Vamos -le dijo a Unsinagawa. Mientras caminaban hacia las bebidas pensaba para si que en justa venganza cargaría bien de vodka sendas bebidas.

Así como atravesaban las puertas de la terraza se cruzaron con Gorio que salía.

Mientras encendía un pitillo se apoyó de espaldas en la barandilla, al lado de Sonvak y Montse.

-No me digais que no os gusta mover el esqueleto. Están poniendo una música muy buena, la verdad.

-Estamos haciendo tiempo antes de meternos de lleno en la «locura nocturna» -respondió Sonvak con una sonrisa.

-Pues cuando te decidas, avísame, me encantaría bailar contigo.

-Muy bien, no te preocupes… te avisaré -Sonvak miró hacia Montse- ¿y si damos una vuelta por el jardín?.

-Encantada

Y ambas enfilaron escaleras abajo:

-Parece que hay otro posible sospechoso -comentó Montse.

-Ya… por sospechosos que no sea.

-¿Estais intentando escapar? -era la voz de Aspec a sus espaldas.

Ambas se volvieron a la vez. Allí estaban los dos, cada uno portando dos copas. Unsinagawa le tendió una a Sonvak. Aspec le ofreció otra a Montse. Montse se la quedó mirando sospechosamente, como si pudiese contener veneno y miró a Aspec fijamente.

-La verdad es que habeis tenido buena idea… apetece un paseo por este enorme jardín en el que uno podría perderse y no ser encontrado -Aspec miraba a Montse mientras hablaba, la sujetó a la altura del codo -os acompañaremos por si os perdeis.

-Me parece una estupenda idea -secundó Unsinagawa, asiendo a su vez a Sonvak del brazo.

-Oh!! qué galantes!! preocuparos así por nuestra seguridad -dijo Sonvak con toda la ironía del mundo.

-No seas mala Sonvak, realmente nos preocupa vuestra seguridad -contestó Unsinagawa.

– Querido Unsinagawa… ser mala es lo que mejor hago -y le dedicó una sonrisa, supuestamente, de lo más inocente.

Montse elevó los ojos al cielo, ¡¡Dios mío!! la noche que la esperaba…

Tras un rato caminando en silencio, Aspec le dijo a Montse:

-Creo que me debes una conversación a solas.

Evidentemente, tal afirmación en medio de un silencioso jardín, fue oída por Unsinagawa.

-Por mi no hay problemas en dejaros a solas. De hecho, para mi será un placer entretener a Sonvak mientras vosotros teneis tal conversación.

-¿Entretenerme?… pero mira que podeis ser arrogantes los hombres. Querido, yo perfectamente me entretengo sola. Otra cosa es que puedas ser tú el que no sepas entretenerte solo -y sonrío mordazmente Sonvak.

-Si me das a escoger entre entretenerme solo o entretenerme contigo y con esa lengua afilada que tienes, creo que la decisión está clara…

Tal afirmación fue interrumpida por Aspec:

-¿Qué tal si seguís la conversación por aquel sendero de allí?… Yo tendré mi conversación a solas con Montse por este sendero de aquí… y cuando terminemos nos encontramos dentro…

Y sin más, acompañado de la suerte de que Montse no daba reaccionado, desvió sus pasos hacia el sendero que había mencionado.

-Muy bien… cuanto antes empecemos a hablar, antes acabaremos… así que, dime todo lo que tengas que decir, de una santa vez… -Montse se había apartado, retirando el brazo del contacto de la mano de Aspec, y lo miraba directamente a los ojos, decidida a coger al toro por los cuernos.

Aspec la contemplaba, pensativamente, mientras daba un sorbo a su copa.

-¿Se puede saber por qué te caigo tan mal? -realmente deseaba saber el motivo de la mala disposición de ella hacia él.

-¿Por qué me caes mal? -Montse estaba sorprendida con aquella pregunta- Pues… no es exactamente que me caigas mal… es que me sacas de quicio.

-Vale, pues ¿por qué te saco de quicio?… ¿Por qué el atacarme contínuamente? ¿Algún problema con los hombres en general que me estás haciendo pagar a mi en particular?

-Qué prepotencia la tuya!! El problema tiene que ser con los hombres en general ¿no? porque claro, te resulta difícil aceptar que una mujer pueda no caer rendida a tus «adorables» pies, ja -y Montse dió un sorbo a su copa, excesivamente cargada de vodka, pensó.

Aspec la estudiaba mientras ella hablaba. Daba vueltas en la cabeza a como enfocar aquella situación. A como hacer cambiar de parecer a aquella hembra tan terca, que no quería admitir que la atracción que existía entre ambos era real.

-Me rindo -dijo sin más.

-¿Te rindes? -preguntó Montse- ¿Qué quieres decir?

Aspec había decidido modificar su estrategia.

-Pues eso, que me rindo. Tú ganas. Tú tienes razón. ¿Eso te hace feliz?

Montse se quedó mirándolo desconcertada. Miró el vaso. Volvió a mirarlo a él:

-¿Es que me has puesto algo en la bebida y por eso no me estoy enterando de nada?

Aspec se rió por lo bajo. No lo pudo evitar. Realmente se la veía desconcertada.

-¿Qué esperabas que dijese?, ¿esperabas qué me mostrase enfadado contigo?, ¿deseoso de venganza?… -la miraba a los ojos mientras hablaba- No voy a negar que al principio, sí lo estaba. Y sí, también deseaba venganza. Pero la verdad es que ya no estoy enfadado ni tampoco deseo venganza. Ahora mismo, lo único que deseo es conocerte mejor. Desde luego, has despertado en mi mucha curiosidad.

Montse era totalmente consciente de su voz seductora, incluso de la forma en que la estaba mirando. También era consciente de que el alcohol estaba haciendo sus efectos. La noche lucía espléndida, con una preciosa luna llena en lo alto del cielo. El jardín desprendía aromas que lo envolvían a uno. Y él estaba allí, ambos en la semipenumbra… Resultaba atrayente aquella nueva faceta amable.

-Me parece muy interesante todo lo que has dicho… pero, dime una cosa… ¿se supone que es ahora cuando yo caigo rendida a tus pies?. Dime, ¿crees que no soy lo suficiente inteligente como para darme cuenta de tus intenciones? -se acercó un poco más a él- ¿Te has propuesto utilizarme como a todas las demás? ¿tal y como decías en la famosa frase que ha provocado todo esto? -su rostro estaba a escasos centímetros del de Aspec- ¿todavía no has aprendido la lección?…

«Aspec, contrólate«… pensó para si. Ella estaba buscando provocar otro enfado para que él se ganase otra bofetada o Dios sabe qué…

-Te aseguro una cosa. Nunca he dudado de que seas una mujer inteligente -intentaba no dejarse llevar por la escasa distancia que separaba sus rostros- Y no estoy pensando en utilizarte, como dices tú, pero no voy a negarte que en este momento te deseo más de lo que he deseado a mujer alguna en mi vida. Y te aseguro que estoy haciendo uso de todo mi control para no besarte ahora mismo.

Y sí, Montse no esperaba tal respuesta, ni esperaba que esa respuesta fuese pronunciada con una pasión tan contenida. La mirada de ella bajó hacia los labios de él. ¿Tan malo sería caer en aquella tentación?.

-Si sigues mirándome así te aseguro que no respondo de mis actos -las palabras pronunciadas por Aspec parecían no haber llegado a destino, pues Montse no apartaba la mirada. Se sentía incapaz de apartar la mirada.

Conste que Montse era alta, y llevaba tacones, aún así tuvo que ponerse de puntillas para besar a Aspec. Y lo hizo a pesar de ser consciente de que al día siguiente probablemente se arrepentiría de haber dado aquel paso.

Enlazó sus manos tras la nuca de él para acercarlo… aunque Aspec ya le salía al encuentro. Y el tiempo dejó de existir. Aspec la apretó fuerte contra sí, devorando su boca y siendo respondido con igual ansia. No se podía saber quien ansiaba más, quien buscaba más. La fuerza de la pasión que sentían era arrasadora, insaciable. Los besos no calmaban el hambre sino que la acentuaban.

El mullido césped acogió sus cuerpos enlazados en la danza más primitiva. Ambos no querían ceder. Luchaban por hacerse con el otro. Por poseerlo. Sus cuerpos se desnudaban con celeridad, necesitando un contacto más íntimo. Las manos de Montse recorrían el pecho de Aspec entre caricias y arañazos provocados por la pasión, mientras la piel de Aspec ardía bajo el contacto. Aspec la besaba en el cuello, la mordía, mientras sus manos se deshacían con habilidad del cierre del vestido. Notó como las manos de Montse desabrochaban el cinturón y a continuación los botones de sus vaqueros. Y su respiración se entrecortó cuando notó la firmeza de sus dedos acariciando su miembro, apretándolo… volviéndolo loco.

No supo como, pero se encontró con ella encima, montándolo. Sintió que era ella quien lo poseía. Sus movimientos lo volvían loco y lo último que quería era perder el control; no con ella. La agarró del cuello para poder devorar su boca, intentando tomar las riendas de la situación que sentía se le iba de las manos. Ella lo echó hacia atrás, mientras se estiraba para conseguir una penetración más profunda. Sus caderas giraban, atormentándolo. El cabello de ella rozaba sus muslos en una caricia enervante, mientras el arco de su cuello le parecía la mayor de las tentaciones. Notó como los músculos de ella comenzaban a apretarlo en espasmódicos movimientos que sin remedio lo llevaron al mejor orgasmo de su vida.

Próximo turno: M – Daniela – Activo

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O quizá nunca escapé de allí…

Mi mente volvía una y otra vez a aquel momento, y yo no dejaba de pensar que, o me estaba volviendo loco, o quizá nunca escapé de allí.

Aquella habitación me había atrapado. Aquellas cadenas habían sujetado mi cuerpo desnudo. Aquella mujer… ¿qué podía decir de aquella mujer?, aquella mujer que yo había creído como las demás, pero que en unos minutos había echado por tierra mis ideas preconcebidas con respecto al sexo débil.

Me encuentro en un estado confuso. No sé como actuar con ella, pues tengo claro que las estrategias que con otras mujeres han dado resultado, con ella no me servirán de nada. Y sin embargo quiero hacerla mía. Supone un reto el seducirla, el poseerla, el sumergirme en esa pasión de la que hizo gala dentro de aquellas cuatro paredes.

Esta semana ha sido una locura. Verla en la oficina, fingiendo indiferencia, aparentemente fría y controlada… Ese control que sé como vencer para ganarme el estar atado a unas cadenas, o una furiosa bofetada. Ese control que quiero echar abajo pero con beneficios mucho más gratos para ambos.

Mientras la contemplo mi mente no deja de imaginarla desnuda, adivinando sus formas bajo la ropa. Mi imaginación me traslada una y otra vez a aquella habitación, pero nadie está encadenado mas que por los brazos del otro.

Solo hay algo que me distrae… que me aleja de tan calientes pensamientos… y es mi hermano gemelo. Después de seis meses sin dar señales de vida ahora se le ha dado por aparecer… y me está complicando la vida. Somos iguales como dos gotas de agua, físicamente hablando, y eso me ha metido en problemas más de una vez. El otro día se pasó por la oficina… para darme la sorpresa de su regreso; eso no sería problema… el problema es que se ha enamorado de una de mis compañeras, precisamente una que parece tener bastante relación con la que es causante de mis desvelos… y ahora se dedica a enviarle flores… y a romperme la cabeza a mi haciendome preguntas sobre ella. Y yo no estoy para charlas. Mi mente está concentrada en Montse.

La impaciencia me está devorando y la noche del viernes parece demasiado lejana, pero tampoco quiero volver a provocar otra escena en la oficina… Quiero que se relaje, que se sienta confiada, que baje la guardia hasta el punto de que no se sienta amenazada ante la idea de hablar a solas conmigo.

Como que me llamo Aspec que este viernes arderá Troya!!!…

Próximo turno para: M – Daniela – Activo

 

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¿Cómo iba a entretener una eternidad?

-Hombre… ya puestos, llamamos a toda la oficina y montamos una orgia -le respondió Sonvak socarronamente.

Montse estaba pensando en levantarse e irse y dejar a aquellos dos allí, con sus pullas. Sin embargo, parecía que Aspec le había leído el pensamiento, pues cerró la puerta y se apoyó contra ella cruzándose de brazos. Sus miradas se cruzaron. Él tenía una ceja alzada y daba la impresión de retarla. Mientras, Sonvak continuaba hablando:

-Por mi no os preocupéis… hacer como que no estoy aquí… aunque, pensándolo bien, igual os parezco poco público. Si tal voy a llamar a los demás, por si hay otra bofetada u otro beso… o quien sabe qué… -Montse le había pedido que no se fuese, pero desde luego, estaba claro que allí su presencia sobraba y mucho- ¡¡Acabo de acordarme!!… ¿No tenemos este viernes cena tras el cursillo que nos va a dar Sito de cómo ser un buen blogguer?… pues, si tal, esperar a la cena y montáis allí la próxima escena.

Ahora los dos miraban a Sonvak como si ésta hubiese hecho un gran descubrimiento.

-Vale, vale -Sonvak había levantado las manos- …ya me callo.

-Yo que tú me iba de aquí, Sonvak -Aspec no apartó la vista de Montse mientras hablaba.

-¡¡No!!, ni si te ocurra irte -Montse miraba a su amiga «amenazándola» con la mirada.

-Muy bien, pues que no se vaya… a mi no me molesta el público. Quiero aclarar lo del viernes…

-¡¡Espera!!… -Dios!! ¿Ese hombre sería capaz de hablar del tema delante de su amiga?

-Tú decides, con ella delante o sin ella, yo pienso hablar del tema -la mirada de él era decidida, seria, segura.

El genio de Montse estaba comenzando a sublevarse ante la arrogancia de Aspec. Desde luego, no le apetecía hablar de lo que había sucedido aquel viernes, pero de tener que saberlo alguien prefería que fuese su amiga a cualquier otra persona. Miró a Sonvak, que en ese momento la miraba a ella con curiosidad.

-Muy bien… adelante… dí lo que tengas que decir…

Justo en ese momento alguien intentó abrir la puerta de la Sala de los Cafés, bloqueada por Aspec:

-Caray… parece que llega más público para nuestra conversación. Es curioso, pero creía que tendrías el valor suficiente de enfrentarte conmigo a solas -se apartó y abrió la puerta. Las que entraban eran Dani y Yuyi (Yuyicienta):

-Adelante chicas, estábamos en medio de una muy interesante conversación -Aspec las invitaba a pasar con un gesto medio reverencia.

Así que él daba por hecho que ella no tenía valor de enfrentársele a solas, ja. Como que se llamaba Montse que dejaría la prudencia aparcada en doble fila y le enseñaría a ese hombre lo que era una mujer con un par de… ovarios.

-Muy bien, Aspec, si puedes esperar al viernes, tendremos esa conversación que tanto deseas, a solas.

-Y ¿cómo sé yo que cumplirás? -Aspec la miraba dudando de sus palabras.

-Bueno, aquí hay tres personas que son testigos de que me he comprometido al respecto, así que lo haré… al fin y al cabo ¿por qué no debería hacerlo? -lo miraba desafiante.

-Vale, te creeré… porque si no cumples… no sé si te gustarán las consecuencias -y sin más se fue, dejando a las tres que componían el público con la boca abierta tras la amenaza que para nada afectó a Montse pues estaba bajo el efecto de su genio en plena ebullición.

-No digáis nada!! Ni se os ocurra decir nada -Montse las calló antes de que alguna de sus compañeras pudiese comentar algo al respecto.

-Bueeeeeeno, vale… -la que hablaba era Dani- es comprensible que no quieras hablar con lo movidita que llevas la mañana… -una pícara sonrisa iluminaba su cara.

Montse le lanzó una mirada que lo decía todo mejor que las palabras.

-Vale, vale… no digo más -pero la sonrisa seguía sin borrarse de la cara de Dani- Por cierto… parece que la primavera está haciendo efecto en la oficina -mientras hablaba se estaba sirviendo un café- … aquí, nuestra Yuyi se nos ha enamorado.

-Oh, vamos, déjate de coñas Dani -dijo Yuyi- todo son imaginaciones tuyas…

-¿¿¿Imaginaciones mías???. Pero vamos… ¡¡Si se te escapan los ojos tras él cada vez que pasa…

-Bueno, los ojos para eso están, para mirar, y eso no tiene porque significar nada más… o es que nunca te has quedado con un tío.

-Y ¿se puede saber de quién habláis?, ¿quién es el que va provocando miraditas? -preguntó Sonvak.

-Pues el chico nuevo -respondió Dani, dando un sorbo a su café.

Yuyi se había sentado al lado de Montse, la cual parecía enfrascada en sus pensamientos.

-Me parece que hay más de un chico nuevo por aquí…

En ese momento, Yuyi decidió meter baza en la conversación:

-Por cierto, Dani… últimamente me he fijado que visitas mucho la oficina de Sito… -la frase quedó como colgando en el aire y la mirada de Yuyi sugería mucho más.

-¿¿¿Qué???, pero si cuando voy allí es por trabajo… ¿qué demonios estás insinuando?.

-No insinúo nada, solo comento un hecho… ya sabes lo que dicen «donde las dan, las toman».

En ese momento, Montse abandonó sus pensamientos y se levantó:

-Yo me voy a currar, a ver si así se me despeja la mente -y salió por la puerta.

-Yo también me las piro, que llevo rato sin hacer nada y después Sito se queja -Sonvak salió de la Sala de Cafés, pensando en que la cena del viernes noche iba a ser muy interesante.

*  *  *

Sin embargo, la mañana todavía reservaba alguna sorpresa más, esta vez para Sonvak, que se preguntaba quién podía ser el tipo al que se le había ocurrido enviarle aquellas flores.

Primero, ¿quién era? pues estaba claro que no era nadie conocido, sino sabría que a ella no le hacía ninguna ilusión recibir un ramo de flores… siempre le recordaban los cementerio. Además consideraba que éstas debían estar en su medio natural, defensora como era de todo tipo de vida. Segundo, ¿cómo se le ocurría enviarlas a la oficina y hacerle pasar tal corte? (ahora todos la miraban con sonrisillas y no serviría de nada decir algo). Tercero, cuando se enterase de su identidad le iba a dar un buen «tirón de orejas».

Se quedó mirando la nota que acompañaba las flores intentando encontrar pistas sobre el remitente: «¿Cómo iba a entretener una eternidad si no es contigo? Pues ese es el tiempo que quiero pasar mirándote, quizá, con suerte, amándote…».

Cogió el ramo de flores… moralmente se sentía incapaz de tirarlo a la papelera, así que se lo llevó a la Sala de los Cafés y allí lo dejó, pensando para si: «Desde luego, la primavera está pegando fuerte en la oficina del Blogguercedario…».

Próximo turno para: M – Daniela – Activo

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