Día 4oo2 – Fumo mucho y me da tos
Te tengo que hacer una confesión querido diario, aunque claro, ya lo sabrás, pero llevo más de 1 año sin escribirte. Desde que abandoné en el altar a la que iba a ser mi esposa no he vuelto a grabar ni una sola de tus páginas. Pero la buena noticia es que estoy de vuelta, y además, estoy de vuelta por una sencilla razón, necesito cambios, y para pensar en como hacerlos necesito pensar, y para pensar nada mejor que escribir mis reflexiones en un sitio de máxima confianza como lo eres tú.
Así que ya lo has oído, Paco Jonado está de vuelta, y esta vez es para quedarse.
Día 4009 – Me tiro a todo lo que se mueve
Muchas intenciones pero ya ha pasado una semana y todavía no te he contado nada, así que vamos allá. Soy lo que se llama un picaflor, cada semana me lío con una chica distinta, bueno, no siempre, pero últimamente no paro, el viernes me voy con una y el sábado con otra distinta. Y últimamente hasta los Domingos tengo suerte. Soy un cabrón, en toda la extensión de la palabra, les prometo de todo y en cuanto me levanto de la cama no me vuelven a ver el pelo, y si me ven, me hago el loco y evito las escenitas que algunas pretenden montarme. Sin embargo, un fin de semana he repetido dos días seguidos con una chica. Primero pensé si significaría que había encontrado algo más, luego me di cuenta que fue simplemente el calentón que nos entró cuando volví el sábado a recuperar mi cartera que me había olvidado, cosas que pasan.
Día 4010 – El mundo al revés
Estoy emocionado, ilusionado o incluso enamorado. No me lo puedo creer, me están sirviendo mi misma medicina. Ella es de pelo castaño, estatura media, y complexión delgada. Ojos verdes angelicales y piel morena. Apenas usa maquillaje, algo que me gusta mucho, y tiene una voz que parece el susurro de un ángel. Nunca creí que estuviese a mi alcance, me infravaloro, porque de hecho fue ella la que se acercó y la que me sedujo. Primero quedamos para cenar, muy agradable, aunque mezcla de nervios y felicidad, ya que notaba la responsabilidad de esa primera cita, de esa primera impresión. Esa misma noche, me daba cuenta que ella era especial, que ella me gustaba de verdad, así que no era cuestión de presionar e intentar triunfar en la primera noche. Sin embargo cuando la acompañé a su casa me invitó a subir, y sin mediar palabra y en cero coma ya estábamos medio desnudos y no habíamos salido todavía del ascensor. Brutal, inolvidable, bestial, maravilloso, busco y no encuentro una palabra que defina semejante coordinación sexual. No puedo seguir escribiendo, se me saltan las lágrimas.
Día 4010 – El mundo al revés – 50 minutos más tarde
Te sigo contando. Cuando salí de su casa, eran las 5 de la mañana, habían sido 4 horas de sexo increíble, estaba realmente cansado, me dolía todo, pero iba con una sonrisa de oreja a oreja y con esa sensación de acojone que mi miedo al compromiso siempre saca en estas ocasiones. Y es que notaba que me había enganchado de forma incondicional, y ahora tocaba establecer las pautas y el camino para comenzar otro tipo de vida y una relación seria. Al día siguente me puse manos a la obra. La llamé después de comer, no hubo respuesta. Le dejé un sms y no insistí más para no parecer pesado. Nada de nada. Lo volví a intentar el día siguiente, con el derecho que sientes que al ser otro día ya puedes llamar de nuevo. Esta vez fueron tres llamadas repartidas en las distintas etapas del día y 4 sms. El móvil esta vez daba señal pero nadie descolgaba. Así llevo una semana sin saber nada de ella, así que después de unas 40 llamadas en total y como ya parecía del todo desesperado hice dos intentos alternativos. Acudí al local donde la conocí todos los días de la semana y como tampoco hubo suerte acabé yendo a su casa. Increíble, en realidad no era su casa. En realidad la casa era de otra chica, amiga de ella que me informó que en muchas ocasiones hacían ese intercambio de casas para no dejar pistas a sus ligues de una noche. Hacían lo mismo que yo, no dejar pistas, pues yo siempre me negaba a ir a mi casa y la condición era ir a la suya u hotel. Precisamente para eso, para que después no me pudiesen localizar. Ahora estoy hundido, me han pagado con la misma moneda, y siento lo que pueden sentir muchas de esas chicas a las que he tratado así alguna vez. En fin, el tiempo lo cura todo, y el que es cabrón lo será siempre así que… a seguir!!!