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Valora más lo que tienes

Codeblue había recibido un preciado don, algo que todos de pequeños hemos leído en los cuentos o visto en el cine en forma de dibujos animados. Había recibido una lámpara mágica en la que habitaba un genio. Y tenía cinco oportunidades, cinco deseos para otorgar a cinco personas diferentes. Él no podría ser una de ellas, pues aquel al que se le concedía el privilegio de ceder la lámpara no podía aprovecharse de ella. Tras un largo período de reflexión, seleccionó por fin a las 5 personas a las que otorgaría aquella bendición.

MI MADRE: pidió salud para ella y los suyos

MI MEJOR AMIGO: pidió dinero, ser el hombre más rico del mundo

MI MEJOR AMIGA: pidió encontrar al amor de su vida

MI VECINO CIEGO: pidió simplemente poder ver una vez más una puesta de sol

Tras la petición de su vecino, Codeblue, se quedó asombrado y reflexionó. No sabía muy bien a quien le concedería el quinto deseo, así que se le ocurrió pedir ayuda a ese grupo humano, unido y coherente que forman el blogguercedario, y ellos dijeron …

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¡Looking for paradise!

Mi primer beso no es digno de recuerdo, preferiría hablarles del último. Por encima os diré que el primer beso no fue un beso fue un “torniquete lenguil discotequero” tras un típico “¿quieres rollo? ¿no?” “¿y con mi amigo? ¿y con mi otro amigo? ¿no?” “y tu amiga ¿quiere rollo conmigo?” “¿y con mi amigo?” etc, etc… en fin, eran otros tiempos.

Mi primera vez en cualquier aspecto es digno de recuerdo pero relacionado con el sexo, o con cualquier aspecto en el que cuente la experiencia, es digno de olvido o por lo menos es mi opinión, esta bien este tema para narrar experiencias pero mas bonito seria nuestro primer beso verdadero. Queremos saber que sentimos cuando entras en contacto físico por primera vez con la persona que amas, eso realmente no lo he vivido yo hasta hace poco, el derretirse por dentro, el sentirse correspondido, el demostrar lo que sientes, el tomarte tu tiempo y su tiempo para detener el tiempo de los demás, que nada nos importe mas allá del metro cuadrado en el que habitas, que sientas la magia a tu alrededor y que estés seguro de que nadie pueda cambiarla.

Sentir así es sentirte vivo, tocar su pelo mientras la besas, ese pelo en el que tantas veces te has fijado, su movimiento en cámara lenta en tu mente derrite tus manos, oler su perfume, ese perfume que tantas veces te ha hecho perder el conocimiento, ver sus rasgos físicos de cerca, esos rasgos que no has visto jamás en nadie, como si en su creación se hubiera roto el molde, su saliva sabe a felicidad, esa que nunca encontraste, esa que nunca te dio nadie porque nadie consiguió dártela, porque nadie te amo como ella porque nadie se puso nunca en tu lugar, un lugar deseado por otros pero que ella quiso darte a ti, por eso te sientes especial y si no ¿para que quieres los sentidos si no es para amar?, el odio es un sinsentido que no se merece ni una palabra mía mas.

¡Looking for paradise!

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Un día en mi vida vale mucho dinero

¿Un día en mi vida?, no creo aquello de que todos lo días sean iguales. Cierto es, que es costumbre extendida tal aseveración, pero yo no la comparto. Tengo en el recuerdo, en mi vida de estudiante imberbe, de haber pensado en ese sentido sobre mi vida pero entonces era así. Me levantaba, iba a clase, volvía, comía y para clase otra vez, después volvía, barrio sésamo y poco mas, a la cama. No podía hacer nada mas, no tenia dinero, no había Internet, ni play ni nada de lo que hay ahora.

Los tiempos cambian y la gente cambia, por la vida y por nosotros mismos, es mi caso. Gracias a Dios, me exijo mucho, no permitiría caer en la pasividad mental de pensar que hoy es igual que mañana y que pasado mañana será igual que ayer, no me lo puedo permitir, por salud mental.

¿Qué hacer para no caer en la monotonía?, es algo muy subjetivo pero depende donde pongas el listón de cada concepto: diversión, relax, trabajo, familia….. yo personalmente pongo los listones altos y así y solo así llegare al termino medio, donde evidentemente radica la virtud, esa gran desconocida. Seguro que hay algún familiar al que hace mucho tiempo que no llamas o una película que hace mucho tiempo que querías ver o una empresa donde siempre quisiste trabajar y nunca te atreviste a mandar curriculum, etc., y millones de etc., etc.,…

Puedo pecar de ignorante para algunos o de vanidoso para otros pero raramente me importa lo que piense la gente, mientras no me lo digan están en su derecho de pensar lo que cada uno quiera, ahora eso si, yo también tengo mi manera de pensar y nada ni nadie lo va a cambiar, o quizás si. Si me contradicen encantado, puede que les de parte de razón, hoy en día con una jornada de mañana y tarde en la oficina poco diferente pueden ser los días, pues estáis equivocados todo esta en nuestra cabeza. Ayer leí que se había suicidado el portero de la selección alemana de fútbol con 32 años, había sido portero del FC Barcelona entre otros, se tiro a las vías de un tren, ¿creen ustedes que se puede tener razones para suicidarse con tu vida y la de toda tu familia solucionada?. Por eso les digo… ¿un día en mi vida?…un día en mi vida vale mucho dinero.

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Flores en mi jardín

Sencillamente magia. Después de lo dicho por todos es complicado innovar en el concepto pero lo importante aquí, creo yo,  es no caer en formalismos y subjetivamente opinar sobre el tema común. En mi caso lo mas parecido a la magia lo he vivido, claramente, en algo tan complicado como el amor, en algo tan subjetivo como el amor, en algo tan bonito como el amor.

¿Quién no ha estado enamorado alguna vez? mas o menos correspondido eso es otra historia, pero quien no ha sentido las ya famosas mariposillas dentro de si mismo. Mariposas internacionales que no entienden de costumbres ni de razas y mucho menos de religiones, grandes o pequeñas, rápidas o lentas pero todas cumplen su función, alejarnos de nosotros mismos, sentirnos extraños ante nuestro propio organismo, volar hacia un país en el que solo existen dos personas, tu y ella, tu y el, un país lejano en el espacio pero inminente en el tiempo, un país esperanzador donde pretendemos encontrar nuestra paz interior, el fin de la humanidad. No entiendo de medias naranjas y medios limones, mas bien conozco la adaptación de dos personas, que se pueden parecer mas o menos en sus caracteres pero que en el fondo son totalmente opuestas en sus experiencias y lógicamente en sus costumbres. Pero ¿qué esperanza de vida tienen estas mariposas?, en un jardín con flores toda la vida, es mi forma de ver las cosas y lo siento por quien no lo comparta. Evidentemente el tamaño de las mariposas no siempre es el mismo pero es directamente proporcional al tamaño del jardín, en uno cuidado y con grandes flores habitaran bellas mariposas longevas y en cambio en un jardín descuidado brillaran por su ausencia. Cuando te pasa algo en el día, ¿estas deseando llegar a casa para contárselo a tu pareja? estas en el buen camino, cuando tu pareja no entiende algo que tu si entiendes ¿te gusta explicárselo y disfrutas cuando aprende? estas en el buen camino….. mirad su cara al llegar a casa y decidme si no se merece que de mil cuatrocientos minutos que tiene el día, le dediques tan solo diez a sembrar respeto, cariño y comprensión. Al principio será un acto voluntario y consciente ¿que puedo hacer hoy por hacerle mas feliz el día? siempre que no resulte estrafalario, hablo de cosas sencillas, de un …. ¿que te apetece hacer hoy? un ¿qué guapa/o estas hoy no?… con el tiempo, igual que con todo en la vida, se volverá involuntario, automático, mágico…créanme cuando les digo que se puede vivir en un quinto piso y tener un jardín inmenso. Sencillamente magia.

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Paz sexual

A mi no me gusta hablar de mi vida sexual si no es con mi pareja, la verdad, no voy contando lo bien que estuve el otro día a mis amigos y tampoco lo mal que he estado otras veces, eso que me ahorro. Es mas, a mi es que no me interesa la vida sexual de nadie, por eso creo que a nadie le interesa la mía (aunque me equivoque con alguno/as) pero a lo que voy… nunca y cuando digo nunca no es una exageración, a mi nunca me ha dicho nadie que haya tenido un gatillazo y cuando digo nadie es nadie, tampoco es una exageración. Muy bien.

Pues a mi me paso, pero gracias a Dios encontré el antídoto o mejor dicho mi antídoto, porque es totalmente psicológico y cada uno debe encontrar su paz sexual en su interior, pero no en el interior del calzoncillo, sino en el interior de la cabeza, no es algo que se pueda explicar pero si quieren una pista….. nada es bueno por exceso o por defecto, todo en su justa medida y por supuesto cuanto menos piensen en ello mejor.

Pero es gracioso porque cuando las mujeres no tienen ganas con un NO es suficiente, pero el hombre tiene una pegatina en la frente, que nos la pusieron a cada uno cuando nacimos con un SI como una catedral y que quieren que les diga cuando te obligan a algo (aclaro que la obligación no viene de las mujeres si no de los mismo hombres y a lo largo de siglos, cuanto mas atrás nos vayamos en el tiempo peor) no resulta igual.

Pero resumiendo que eso pasa en las mejores familias y si no copien esta dirección (http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=114173) en la barra de vuestro navegador y pulsen la tecla “Intro”. Y para el que no tenga tiempo yo se lo traigo … “Me metí en esto de la manera más tonta. Salí una noche de fiesta y amanecí con una prostituta que me propuso presentarme a una prueba en la sala Bagdad “(Barcelona). Superado el casting, llegó el estreno. «Las primeras noches acabaron en gatillazo –confesó–. Fue muy humillante». Sin embargo, su suerte estaba echada: había nacido para pornostar. Firmado Nacho Vidal.

Pero es que no resulta igual tampoco un gatillazo de un hombre que el de una mujer, si, si, claro que existen, para mi es cuando no hay lubricación ninguna por parte de ella, para mi eso es un gatillazo femenino en toda regla, lo que pasa que no resulta igual claro es lo que les decía….sálvese quien pueda, porque yo me voy a un bunker no vaya a suceder algo cuando se caigan todos los ratones femeninos a la vez.

 

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Su cama es una estación de tren donde entran y salen las mujeres…

Hoy es uno de esos días en los que me levanto raro, con el alma cansada. Si, a mi me pasa, es como si viviera en una burbuja o estuviera todo el día masticando “marijuana” y de pronto despertara y lo viera todo claro…esto no tiene sentido. No tiene sentido que nos despertemos todos los días a la misma hora para hacer lo mismo, como el día de la marmota pero a lo bestia (aquella gran película de Bill Murray, ¡que tiempos aquellos, ay!). Hoy es de esos días en que me pregunto si merece la pena estar media vida estudiando para poder estar la otra media trabajando y si merece la pena pasar por la tierra y no hubiera sido mejor nacer en el cielo. A mi me dura hasta que me encuentro con mi pareja que en estos momentos es quien da sentido a mi vida (¡Felicidades!, su cumpleaños es el jueves), es mi burbuja. Pero, ¿y cuando no tenia a esa persona?, cuando no tenia esa persona esos días se pasaban mas largos, pero me hacían pensar. Pensar en las cosas buenas y las cosas malas de la vida, en los pros y los contras de las cosas y al final acabe buscándole el sentido a cada uno de los argumentos contrarios que me encontraba por la vida. Es un ejercicio mental que recomiendo y que no solo desarrolla la única neurona que nos queda, por culpa de la polución, los rayos uva y el efecto invernadero, sino que nos permite posicionarnos en cualquier conversación poniéndonos en el lugar del otro. La única pega es que tiende el hombre, como humano que es, a sacarle punta a todo y mi inconciente limo el invento y solo ejercitaba la mente con aquello que me entretenía. Por ejemplo ves al típico guaperas en la playa en Ibiza que seguro que su cama es una estación de tren donde entran y salen las mujeres, y piensas que harías tu si fueras el para no ser solo eso, un muñeco, que situación podría darse para que tu tuvieras ese cuerpo pero a la vez fueses una persona con principios, lo triste es cuando certificas que era como tu pensabas.

Pero en definitiva para que no te guste algo tienes que conocerlo, por lo menos en este planeta y no lo digo yo, creo que lo dijo Einstein, aquello de “Al hombre dile que la Tierra es un planeta dentro de un universo con muchísimos planetas y se lo creerá, ahora dile que ese banco esta pintado y hasta que no lo toque no se lo creerá”.

¿El dinero y la fama dan la felicidad?, ayudan a conseguirla ¿pero a cambio de que?. No señores no se engañen que nadie da algo a cambio de nada, ni cuantificable ni sentimental. ¿Alguien ahí fuera cree en los políticos?, claro pero en sus políticos, los del partido contrario ni son políticos ni son nada ¿no?, todo depende del cristal con que se mire. Tenemos que dar gracias a dios por tener nuestro propio cristal con el que mirar. Pasan las horas y encuentras sentido a todo, conectas la televisión, ves lo que hay ahí fuera y dices, tengo todo cuanto deseo. Pero no me hagan mucho caso, porque ya les digo, hoy es uno de esos días en los que me levanto raro, con el alma cansada.

Próximo turno: G – Luissiana – Activo

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Qué coincidencia aquello que sentíamos.

POR C – 08SANDRA – ACTIVO

Qué coincidencia aquello que sentíamos, así empezó la historia pero María se volvió a equivocar… comienzo por el principio:
María, debido a su trabajo frecuentaba los mismos hoteles y casi los mismos restaurantes donde comía cuando acudía a otras ciudades para realizar su trabajo. A veces, eso era conveniente y otras no, conveniente por una parte porque al conocer a los dueños podía obtener algún que otro descuento en la factura de hotel y por otra parte inconveniente porque según en qué ciudad o pueblo era asidua a un hotel o restaurante la gente, que siempre las hay, al desconocer a lo que se dedicaba, pensaban que los largos ratos que pasaba en la cafetería del hotel terminando sus reportes diarios antes de subirse sola a la habitación, era porque buscaba algo…

María tomando su café

María tomando su café

María era representante de una empresa de bebidas, se pasaba el día visitando tiendas, bares, restaurantes, hoteles, cadenas de alimentación… y al llegar la tarde tenía que hacer un resumen del día para enviarlo a su empresa a final de cada semana, ella en vez de subirse a la habitación pues le aterraba la soledad, se quedaba en cualquier mesa de la cafetería del hotel donde estuviera alojada, rellenando sus papeles, haciendo alguna que otra llamada y preparando el trabajo para el día siguiente, siempre con su café con leche sin azúcar, saboreándolo lentamente, como si fuera su último café,  y atenta a su trabajo sin reparar en su alrededor.
Cuando esto lo hacía en una ciudad, nadie reparaba en ella, todo el mundo iba a lo suyo, pero cuando esto lo hacía en un pueblo, la gente la miraba, y cuchicheaba sin que ella se diera ni cuenta.
En esta ocasión María estaba en el típico pueblo de machos, que las mujeres estaban en casa cuidando de los niños y haciendo la comida y ellos en la cafetería o bar del hotel del pueblo, solía ir a ese hotel porque tenía buen precio, le cogía a mano de varios pueblos cercanos, no tenía que andar trasladándose a lo largo de la semana y a los dueños cada vez que iba les metía un buen pedido, que por supuesto repercutía en sus beneficios.
María solía hacer siempre lo mismo, por la mañana temprano tomaba en la barra un café con leche sin azúcar y salía pitando para empezar la jornada,  a mediodía comía donde le pillara y no regresaba al hotel hasta las 7 o las 8 de la tarde, hora en la que preparaba los asuntos para el día siguiente y después cenaba algo y subía a dormir.
Una mañana de miércoles uno de los dueños, con el que hablaba frecuentemente y con el que tenía más confianza, le preguntó si esa tarde volvería a la misma hora de siempre, ella que no sabía por dónde iba le dijo que sí, que aproximadamente volvería a las 8, el joven no le dijo nada más. María pagó su café y se despidió.
A lo largo del día ni se acordó más de la pregunta de la mañana, a eso de las 6 de la tarde la invitaron a la inauguración de un pub y María vio una buena oportunidad para vender sus productos, pues vendía vinos sin alcohol, vinos espumosos, vinos de aguja y otros productos que podría ir introduciendo en ese nuevo pub, así que decidió ir y allí estuvo hasta las más de las 12 de la noche. Cuando se dio cuenta de la hora y pensando que al día siguiente tenía que madrugar se fue como un rayo para el hotel y directamente a su habitación a dormir.
A la mañana siguiente, uno de los camareros la saludó y le dijo que Juan (ese era el nombre de uno de los dueños) se había quedado esperándola.
Ella con cara de extrañeza le preguntó:
– ¿Cómo?
El camarero le dijo:
– Si, Juan estuvo aquí hasta cerca de las 12 pues era su cumpleaños y quería invitarte.
María entonces cayó en la cuenta y recordó lo que por la mañana le había preguntado Juan y se sintió mal por no haberle prestado atención y sólo comentó:
– Esta tarde hablaré con él, por favor dile que me espere.
Y se despidió. Durante el día no pudo quitárselo de la cabeza y a la hora de comer llamó al hotel sabiendo que Juan era el que normalmente cogía el teléfono. Lo saludó y le pidió disculpas, Juan, al oír su voz le contestó un poco contrariado pues pensó que ella lo había hecho a posta, mantuvieron una breve conversación y él le dijo: «¿es que no te has dado cuenta?», ella no daba crédito a lo que oía y le preguntó:
-¿Cuenta? ¿De qué?
Juan, le dijo que era mejor que lo hablaran en persona, que le habían dado su recado y que la esperaría y en eso quedaron.
Cuando María colgó no sabía qué pensar, estaba aturdida, desorientada, ella con el que más hablaba era con Juan pero aunque a ella sí le gustaba, jamás había pensado que Juan pudiera sentir algo por ella.
María le siguió dando vueltas a la cabeza el resto de la tarde y pensando y pensando, ahora se explicaba algunas de las «atenciones» que Juan tenía para con ella, le había quitado de encima algún que otro moscón baboso de encima, la invitaba al café de sobremesa y pasaban mucho tiempo hablando…
A media tarde, puso una excusa y se fue al hotel, eran las 6,30 aproximadamente, Juan al verla llegar tan pronto le preguntó:
-¿Te encuentras mal?
María lo miró y tuvo que apartar su mirada de la suya porque un frío le recorrió todo el cuerpo y en ese preciso momento se dio cuenta de algo muy, muy raro:
¡Ambos sentían lo mismo! ¿Cómo puede ser? – se preguntaba para sí misma. Si hemos hablado de mil cosas, hemos comido y cenado juntos, conozco a su mujer ¿Cómo puede ser?
Pidió su llave y se fue a su habitación y le dijo:
– Ahora bajo. Juan cambió su cara y le dijo: – De acuerdo, ¿te espero y cenamos?
Ella sólo asintió con la cabeza semi bajada.
Ya en la habitación, soltó en la cama sus carpetas, sus papeles, el móvil y el portátil y se metió a la ducha, no podía quitárselo de la cabeza y no dejaba de preguntarse:
– ¿Cómo puede ser?

¡¡¡PASAJERAS al tren!!!

¡¡¡PASAJERAS al tren!!!

Ambos estaban casados y a Juan siempre lo había visto como un amigo y nada más lejos de su intención de mantener una relación con él. Mientras se duchaba, hacía un recorrido mental por el tiempo pasado con él, las risas, las bromas, los gestos, en realidad tenían más cosas en común de lo que ella quería pensar. Cerró la ducha y se dijo:
– Y ¿Por qué no? pero la duda le invadía y se preguntaba:
– ¿Será otro hombre que piensa que su cama es una estación de tren donde entran y salen las mujeres?
Para saber el final tendremos que esperar al siguiente capítulo.

Próximo turno: E – Lino – Activo

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¡No puedo con las cabezas blandas!

-Gracias amor, gracias por hacerme tan feliz. – me dijo.  Aun no sabia que pasaba pero la miraba ahí de frente a mí, tan hermosa, tan radiante, por supuesto ya no tenía la cara pálida, ya no era el fantasma de anoche, se veía muy real. Su escote podía traslucir esos hermosos pechos que me encantaban, su trasero tan torneado, tan llamativo, todo su cuerpo que se movía en torno al caminar de mi mujer acercándose a mí. ¡Que hermosa! Mis pensamientos cada vez se concentraban más en ella, que muy pronto se me olvidó lo que estaba viviendo, que podría yo estar loco, pero ¿Qué importaba? Ahí estaba en ese momento y tenia  que disfrutar el tiempo.

-Veo que te estas poniendo otra vez excitado mi amor. – no lo podía ocultar, mi miembro volvía a funcionar después de mucho tiempo de inactividad, ella se acercó y con su mano tibia lo buscó entre las sabanas hasta que lo encontró. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, me agradaba aquella sensación. A como pudo separó las prendas de mi cuerpo y acerco su boca a mi pene erecto, lo lamió despacito, con mucha ternura, sentía como me estremecía en cada ocasión que lo hacia.

-¿Te gusta mi amor? Y eso que no puedo con las cabezas blandas, pero esta ya esta dura, muy dura, así me encanta mi amor, me fascina tenerla en mi boca y que te estremezcas de placer.

Me erguí un poco para alcanzarla, entonces toque su piel tan suave, la hice que alejara su boca de mi miembro y la acerque hacia mi. La besé apasionadamente mientras mis manos bajaban hacia sus pechos que estaban muy apetecibles, los  acaricié despacio, con ternura, ella gemía despacito, su respiración se hacia mas fuerte y mas rápida, la recosté a un lado mío y entonces con mi boca empecé a recorrer su cuerpo, lentamente, su cuello, sus hombros, sus senos, esos pezones que se ponían cada vez mas duros, lamia dulcemente mientras ella disfrutaba cada lengüetazo que daba, me baje a su estomago y al llegar a su ombligo ella se estremeció, eso me dio señal de que ya iba acercándome al lugar mas sensible, seguí recorriendo con mi lengua todo ese lugar hasta llegar a aquella parte de su cuerpo, la que mas placer le daba, toqué con la punta de mi lengua y ella se estremeció, su clítoris estaba duro, su vagina húmeda, realmente húmeda, pasé mis dedos por el lugar y sentí como la tibieza de su sexo me empujaba a hacerle el amor, entonces me levanté, me subí encima de ella y mirándola a los ojos penetré en ella, vi como sus ojos se cerraron, su cuerpo se estremeció de placer y empecé a moverme al compás de su cuerpo. Lo hicimos como nunca, quedamos exhaustos, logramos terminar los dos juntos, cosa que desde hace mucho no hacíamos. Quedamos rendidos, recostados en la cama.

                No quise tocar el tema de todo lo que había pasado anteriormente, porque era obvio ella no se acordaba de nada, aunque a mi me quedaba la duda de que si todo aquello que había pasado anteriormente era un sueño y la otra cosa sería ¿desde que suceso empezó el sueño si acaso lo era?

                Mis padres estaban en la casa, pero era algo muy diferente, mi papá no era la persona cruel y déspota conmigo si no que al contrario, se porto muy amable, me dijo que estaba muy orgulloso de mi por todo lo que había logrado con mi vida, con mi familia, que se notaba la armonía que había en esa casa. Me pareció extraño, pero me agradó, nunca me había dicho nada que me hiciera sentir bien, al contrario, siempre estuvo diciéndome que era un bueno para nada, un idiota, en fin muchas cosas crueles que a un hijo jamás le gustaría escuchar de su padre. Pero ahora, estaba mucho mejor, solo cosas buenas decía de mi, mi mamá que también había sido dura conmigo y que se portaba muy mal con mi mujer, ahora estaban muy contentas, las dos conversando, se pasaban recetas de cocina en fin. Mis hijos estaban felices, jugaban, correteaban.  –Esta es la vida que siempre he soñado. – pensé.

El día terminó. Esa noche mi adorada Petra y yo hicimos el amor otras dos veces.

Al día siguiente, lunes por supuesto, o sea hoy, me acabo de despertar, aquí esta mi mujercita durmiendo aun, me voy a levantar y le beso la mejilla. Ella se estremece en signo de agradecimiento, con mi mano, toco su trasero que apunta hacia mi, sin querer mi pene vuelve a endurecerse, me le acerco al oído y le pregunto que si  quiere que nos echemos el mañanero, ella sonríe y me dice que si despacito. Nos besamos apasionadamente, la recorro con mi mano, ella hace lo mismo conmigo… terminamos exhaustos pero a mi me dieron muchas ganas de irme a trabajar. ¡Soy feliz! ¡Mi vida es perfecta! No cabe duda, todo lo pasado es solo una pesadilla, en realidad nunca sucedió, estoy viviendo el presente.

                Llegué a la oficina, puntual como siempre.

-Señor lo está esperando una persona en su despacho. – me dijo mi secretaria.

-¿Un señor? No recuerdo tener ninguna cita con nadie. ¿Cómo se llama?

-A ver, déjeme ver. Se llama Lucio Averno, dice que es un asunto personal con usted licenciado.

-¿Personal? Amm, que raro, no recuerdo nada.

Obvio, si todo lo que me estaba pasando era raro, no veo porque en la oficina no pasaría, tal vez yo era el que perdió la memoria y todo aquello me estaba resultando confuso. Pero pues opté por seguir la corriente a lo que estaba pasando.

-ok señorita, voy a pasar a verlo.

Entré a mi oficina y ahí estaba el señor. Tenía un aspecto tétrico, daba miedo, barba de candado, una vestimenta elegante y un perfume muy poco común. Era un olor fuerte que no se distinguir el aroma. Más bien, siempre se me ha dificultado para eso de los aromas.

-Buenos días señor…

-Averno, lucio Averno para servirle. – contestó el extraño señor.

-Bien, Lucio, en que puedo servirle.

-Mas bien, yo soy el que te he de servir a ti. Elpidio. Es mas, vengo a hablar de negocios.

-Me confunde señor, ¿Cómo sabe mi nombre? ¿Qué negocios podríamos tratar usted y yo?

-El día de ayer te despertaste feliz, ¿no es verdad?

-Pero, ¿a que viene esa pregunta?

-Se que el día de ayer fue el mejor de tu vida. El mas feliz, tus padres se portaron muy bien contigo, cosa que nunca lo habían hecho y tu mujer, ella de lo mas cariñosa y candente del mundo, mas que cuando la conociste.

-¿y usted por que sabe eso? ¿Quién es usted? ¿Me ha estado espiando? Váyase por favor

– Yo se todo de ti, se todo de todos.

Tomé el teléfono asustado y le dije a mi secretaria que llamara a la policía que había un loco en mi oficina.

-No soy ningún loco. ¿Te acuerdas antier? ¿Cuando estabas en el deposito de basura donde dejaste a tu mujer muerta?

La pregunta hizo el efecto como si de una cubeta con agua fría cayera sobre mi rostro.

–          No, no, no se de que me habla.

–          No te hagas, ¿Recuerdas lo que dijiste? ¿Recuerdas lo que ofreciste a cambio de ser feliz de nuevo?

Rápidamente los recuerdos volvieron a mi : “La verdad amor, daría mi alma al diablo por tal de que todo fuera como antes, como cuando éramos felices, como cuando tu me amabas, como cuando yo funcionaba, cuando tu estabas orgullosa de tenerme, cuando te preguntaba ¿qué te gusta de mi? Y que tu contestabas que todo, cuando hacíamos el amor hasta tres veces en una noche. Cuando te despertabas sonriente y me decías que llevarías el desayuno a la cama”.

–          No puede ser. ¿Cómo sabes tu eso?

–          Porque he venido por algo que ofreciste. Ya te di la felicidad que tu querías.

–          Pero tú ¿eres el diablo?

–          Bueno, puedes llamarme como te plazca: el diablo, Lucifer, el señor de las sombras, demonio, espectro, Belcebú, Satanás, leviatán, etc. Pero sigo siendo yo. Y créeme al mencionarme no es ningún juego, yo siempre cumplo lo que prometo.

–          Pero es que merezco la felicidad. No tienes porque arrebatármela.

–          ¿Por qué la mereces? ¿Quién eres tú que te crees merecedor de todo?

–          Porque yo siempre he hecho las cosas bien.

–          Te equivocas, tú siempre has estado pensando nada más en ti. ¿Por qué crees que te paso eso de que no se te paraba? Porque siempre querías algo más, tu mujer te dejo de gustar y por eso querías ver más. Al grado que tu mujer se canso de estarte aguantando nada más a ti, a tu egoísmo. Tu tiempo libre solo lo dedicabas a ti sin ver lo que necesitaba tu familia.

–          No es verdad, siempre les di todo lo que necesitaban.

–          Si, siempre les diste lujos, pero el lujo no da placer, ni felicidad, puedes sentirte feliz un momento pero la felicidad que siempre dura es la que se pueden ofrecer entre las personas, esa felicidad que no se compra, el apoyo, el cariño, tu eres una persona egoísta, solo piensas en ti, en tu placer, en tu ego, en tu orgullo, por eso la mataste, porque no pudiste soportar que ella disfrutara con otro hombre lo que tu no podías ofrecerle. ¿Por qué crees que tu papá siempre estuvo echándote en cara cosas? Porque tu las provocabas, porque tu has vivido toda la vida echándole la culpa de todo lo que te pasa, solo porque se le ocurrió ponerte ese nombrecillo de risa. ¿Crees que tú eres un desgraciado? ¿Que tu vida es la peor del mundo? Créeme, he visto  a personas que viven en pobreza extrema, gente que no tiene nada, tú, vives en un lecho de rosas y sin embargo vives ambicionando mas y mas. Crees que la vida te debe todo por el hecho de estar en ella, crees que el mundo debería estar a tus pies y no tú a los pies del mundo. Yo no soy malo, como muchas criaturas creen, yo hago justicia, yo trabajo de la mano con Dios y jamás castigo injustamente, si he venido por ti es porque te lo mereces y porque tú así lo quisiste. Pudiste mencionar a Dios, sin embargo, me preferiste a mí. Ahora, la pregunta del millón ¿Qué prefieres? ¿Vivir en la miseria que  vivías por lo que dure tu vida, seguir con lo que te habías construido ya? O ahora que ya has probado de nuevo la felicidad ¿te quieres quedar con ella? Pero pues eso significaría que tu alma ya es mía porque tú la ofreciste a cambio de eso. Tú decides.

–          Si decido quedarme con esto que estoy viviendo ahora ¿Cuánto tiempo me queda para entregarte mi alma?

–          Un año, pero de felicidad garantizada. O si quieres la vida anterior serian más o menos veinte años, depende de cómo vivas. Porque a como vas creo que terminarás en la calle o en la cárcel, porque si descubren el cuerpo de tu mujer todo se te acabará y pronto descubrirán que fuiste tu, porque tus coartadas no han sido muy inteligentes.

Me quedo callado, no quiero regalarle el alma al diablo, pero tampoco quiero pasar el resto de mis días en la cárcel. Creo que esto es consecuencia de mis actos.

 

Próximo turno para V-Aguaya

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Esta noche te haré el amor como nunca antes te lo habían hecho

Había ya pasado mucho tiempo desde su partida. Ella juraba que no volvería y así como estaba el panorama, parecía que sus palabras estaban finalmente perpetradas con la realidad. Una realidad que ya me comenzaba a lastimar y a desesperar de vez en cuando. Y es que nada era igual a lo que ella creó en mi vida, a lo que había dejado de hueco en mi corazón. Después de un muy prolongado período de depresión, ahora me encontraba viviendo mi vida a base de recuerdos y buscando respuestas a preguntas que nunca surgieron.

Mi vida se había vuelto demasiado pasiva, había incrementado de forma notable mi manera de fumar, pero casi no bebía, comía sólo lo necesario para lograr que el estómago no fastidiase en el día y dormía por las tardes. En las noches pensaba, escribía, lloraba, alzaba la mirada, suspiraba un poco, trataba de encajar en una realidad que mi mente rehusaba ubicar, trataba, ya lo veo, de eludir la situación en que me encontraba.

Pasó el tiempo, la espera se hizo eterna, pero la fe es lo último que muere. Aún así, la intensidad con que yo aguantaba su regreso se fue esfumando, llegando a pensar en ella sólo por rutina diaria, como una tarea más de mi vida cotidiana. Suponía que a lo mejor a ella le faltaba dar un paso adelante, no sé, ese paso que yo mismo me negué a dar por el amor que aún sentía por ella, porque no quise intervenir de nueva cuenta en su vida, no quise obstruir sus anhelos. Por fin, alguien le había llenado de primaveras sus ojos, le había enseñado todo el manto estelar en una noche, le había contado sus secretos a la luna, la había hecho soñar… vivir. Y yo seguía esperando. Era inútil, irracional pensar que ella pudiese ver de nuevo hacia mí. Ella era feliz ahora y eso me mantenía contento, pero me mataba a la vez. No soportaba más esa situación. Más mi vida seguía ya su curso normal, en esos tiempos conservaba un buen empleo y una (aún) digna forma de vivir.

Más que un poema, era ella una canción, una nota desafinada en mi guitarra, un acorde amargo en el corazón. Había escrito ya una antología, mi vida era un caldo de cultivo de inspiración, de un amor, de un fantasma para mí, de un ídolo, un culto. Repasaba todo ese material a diario, lo relacionaba con los momentos, con las fechas, con el entorno, trataba de percibir su energía, trataba de recordar su calor, su aroma, su piel, sus besos. Sin embargo nunca me pude dar cuenta qué tanto tiempo ya había pasado, qué tanto yo había envejecido en su causa, qué tanto yo me había esforzado.

Entonces ocurrió, la espera terminó… así, de repente. Un día mi timbre sonó, y yo en un movimiento monótono, fui a abrir sin preguntar y sin preocuparme de quien fuera. Mi sorpresa se manifestó en una vista nublada, en un ensordecedor zumbido en mis oídos seguido de un efecto de eco y una dificultad en el habla, ni se diga de mis piernas y mis brazos que perdieron fuerzas al instante. Maldición, no era posible reaccionar así cuando se suponía que me estaba preparando para su regreso, o será que sólo vivía ya acostumbrado a su recuerdo.

Una luz dentro de mí me hizo volver en sí. Entonces me di cuenta que ella clavaba su mirada en mis ojos, y yo en los de ella. Sus ojos me decían algo extraño, expresaban algo así como desolación, arrepentimiento, espera, cansancio, pero muy en el fondo, amor. Y fue como la vi llorar en silencio, observé como mi cuerpo se imantaba al suyo sin siquiera impulsarlo en mi mente, como mis manos se apoderaban de su espalda y cómo mi nariz respiraba el aroma de su cabello, de su frente, cómo mis labios besaban como quien prueba la última gota de agua. Esa noche le hice el amor tratando de aniquilar todas sus experiencias pasadas, tratando de llevarme el tiempo hacia atrás, queriendo romper el instante en que me separé de ella, llorando de felicidad y gritando de júbilo. La vida era buena conmigo, por fin, y me había traído el amor de regreso, hasta la puerta de mi casa, sin hacer un esfuerzo por quererlo recuperar, porque ese amor nunca perteneció a nadie más, muy en el fondo de mí sabía que ella era sólo para mí. Y así fue.

Mi vida es ahora una locura, porque a pesar de volver a recuperarla, de vivirla y de soñarla, creo que hoy la he perdido para siempre.

Próximo turno: W – Cuauhtémoc – Activo

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He matado a mi mujer

=Haciendo referencia a este post =

Pasaron algunas semanas y aunque Sofía ya estaba integrada nuevamente a sus actividades de trabajo y familiares no dejaba de pensar en Max y en lo que había sucedido, por más que intentaba ocuparse en sus actividades siempre había algo que la distraía y de nuevo se remontaba y empezaba a desear estar de nuevo con él.

La culpa la invadía cuando estaba con Pablo su pareja con la que tenía más de 2 años viviendo juntos aún sin planes de casarse ni tener hijos , su relación siempre ha sido muy abierta claro sin contar algún tipo de infidelidad.

El día que ella regresó, Pablo fue a recibirla a la estación de tren y el encuentro fue hermoso y ella en ningún momento pensó en lo que había dejado atrás; más sin embargo con forme transcurrían los días la nostalgia del pasado inmediato la envolvía y se sentía como aquella vez, llena de deseo, de lujuria, de pasión, quería, ansiaba y deseaba que Max de nuevo la hiciese suya con desenfreno pero esto no era posible así que calmaba sus ganas con Pablo que aunque la hacía gemir de placer no la llevaba al éxtasis que la llevó Max pero era lo que había y era la persona que ella amaba y la hacía sentirse más culpable porque no entendía porque algo que paso en unos instantes y que era solo lujuria, deseo, pasión carnal podía más sobre el amor y todo lo bello que tenía con Pablo.

Tenía muchas preguntas y dudas para sí misma dando vuelta en su cabeza y aunque por momentos las olvidaba de nuevo estaba cuestionándose hasta que no pudo más y le contó a Lisa un tanto extraña y excéntrica pero una de sus mejores amigas la cual era la más adecuada para poder contarle lo que había hecho y como se sentía.

Se citaron a un café y Sofía comenzó a hablar sobre lo que había pasado y Lisa demasiado sorprendida la escuchó ya que la que estaba escuchando no era su amiga o al menos no la parte que ella conocía, no la juzgó, solo la escuchó y le dejo varias preguntas en el aire para que ella misma se contestara y le comentó que para ella era un poco normal ya que su vida se había convertido un tanto monótona y que le había faltado vivir más experiencias como la que acababa de pasar, que se disculpara consigo misma por lo que había hecho y avanzara y que probablemente lo que hacía falta entre Pablo y ella era pasión y tenía que buscarla de nuevo (si es que alguna vez había existido).

Sofía se despidió y se fue a caminar por la plaza, no tenía ganas de llegar a casa, aunque se sentía un poco aliviada por contar lo que traía dentro no se sentía totalmente bien consigo misma, se cuestionaba como encontrar la pasión de nuevo con Pablo, si Max pudiera ser la pasión que no tenía con su pareja, hacia qué lado inclinarse… el amor o la pasión? Podría tener las 2 cosas en la misma persona? Ella creía que si pero no sabía cómo lograrlo.

Llegó al departamento y tomó la correspondencia del buzón se dirigió al patio, se sentó en una mecedora a que le diera un poco el aire, encendió un cigarrillo y comenzó a ver la correspondencia: postales de algunos amigos que se fueron de viaje a Perú, estados de cuenta y de repente un sobre dirigido solo a ella y su respiración se aceleró, abrió la carta casi rompiendo el sobre y comenzó a leer las líneas:

Sofía:

Espero no incomodarte por permitirme la libertad de escribirte un par de líneas, si te preguntas cómo conseguí tu dirección solo diré que en este caso el mejor aliado fue el libro que me prestaste y que ha servido como puente para encontrarte.

Debo decirte que desde que te dejé en la estación del tren no he podido olvidar tus besos, tus caricias, tu cuerpo, tu boca y todas las sensaciones que haces que mi cuerpo se estremezca nuevamente al recordar tu cuerpo desnudo sobre el mío gimiendo de placer.

No se esto dónde vaya a parar, solo sé que no puedo dejar de pensar en ti, que quiero que nos veamos nuevamente y tratar de descifrar esto que el destino nos está poniendo ante nuestros ojos.

La próxima semana estaré viajando hacia Paris, si decides arriesgarte y ver qué sucede te espero el siguiente lunes en el Hotel Radisson Blu.

Max

Sofía no podía creer lo que estaba leyendo hasta que la ceniza del cigarrillo la quemó y no sabía cómo reaccionar, estaba emocionada, nerviosa en pocas palabras extasiada.

Comenzó hacer planes en su cabeza de cómo irse a Paris (en su cabeza no había un no por respuesta), cómo le diría a Pablo que tenía que ir a la ciudad de luz, pensó muchas cosas y en todas terminaba pensando que en el diario aparecería He matado a mi mujer por encontrarla con otro.

Sofía tomó el teléfono y le habló a Lisa y le dijo “empieza hacer maletas que nos vamos a Paris”.

paris_eifel_roblisameehan

 

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