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Flores en mi jardín

Sencillamente magia. Después de lo dicho por todos es complicado innovar en el concepto pero lo importante aquí, creo yo,  es no caer en formalismos y subjetivamente opinar sobre el tema común. En mi caso lo mas parecido a la magia lo he vivido, claramente, en algo tan complicado como el amor, en algo tan subjetivo como el amor, en algo tan bonito como el amor.

¿Quién no ha estado enamorado alguna vez? mas o menos correspondido eso es otra historia, pero quien no ha sentido las ya famosas mariposillas dentro de si mismo. Mariposas internacionales que no entienden de costumbres ni de razas y mucho menos de religiones, grandes o pequeñas, rápidas o lentas pero todas cumplen su función, alejarnos de nosotros mismos, sentirnos extraños ante nuestro propio organismo, volar hacia un país en el que solo existen dos personas, tu y ella, tu y el, un país lejano en el espacio pero inminente en el tiempo, un país esperanzador donde pretendemos encontrar nuestra paz interior, el fin de la humanidad. No entiendo de medias naranjas y medios limones, mas bien conozco la adaptación de dos personas, que se pueden parecer mas o menos en sus caracteres pero que en el fondo son totalmente opuestas en sus experiencias y lógicamente en sus costumbres. Pero ¿qué esperanza de vida tienen estas mariposas?, en un jardín con flores toda la vida, es mi forma de ver las cosas y lo siento por quien no lo comparta. Evidentemente el tamaño de las mariposas no siempre es el mismo pero es directamente proporcional al tamaño del jardín, en uno cuidado y con grandes flores habitaran bellas mariposas longevas y en cambio en un jardín descuidado brillaran por su ausencia. Cuando te pasa algo en el día, ¿estas deseando llegar a casa para contárselo a tu pareja? estas en el buen camino, cuando tu pareja no entiende algo que tu si entiendes ¿te gusta explicárselo y disfrutas cuando aprende? estas en el buen camino….. mirad su cara al llegar a casa y decidme si no se merece que de mil cuatrocientos minutos que tiene el día, le dediques tan solo diez a sembrar respeto, cariño y comprensión. Al principio será un acto voluntario y consciente ¿que puedo hacer hoy por hacerle mas feliz el día? siempre que no resulte estrafalario, hablo de cosas sencillas, de un …. ¿que te apetece hacer hoy? un ¿qué guapa/o estas hoy no?… con el tiempo, igual que con todo en la vida, se volverá involuntario, automático, mágico…créanme cuando les digo que se puede vivir en un quinto piso y tener un jardín inmenso. Sencillamente magia.

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De rubias, negros y otras leyendas

Cuenta la leyenda, no por antigua menos cierta, que en algún paraje castellano habitaba una bella dama junto a su marido labrador. Ambos se dedicaban en cuerpo y alma a su tierra, en las cuales se dejaban las manos con el único fin de tener algo de comer cada día y cada noche. Su armonía era tal que no necesitaban nada más, se complementaban y querían plenamente hasta el punto de no relacionarse con nadie más, no era necesario, no era vital. Una única cosa les diferenciaba, su aspecto físico. Ella, melena rubia, ojos azules y piel clara. El, un ogro, grande y feo como el mismísimo diablo. Como les decía nada de eso les importaba. Un “buen” día cuando caminaba nuestra doncella dirección a su morada se encontró un caballero cortándole el paso. El apuesto caballero de piel negra, fornido y elegante, a lomos de un corcel blanco que impresionaría a cualquiera, no dudo en dirigirse a ella. Su melena rubia y ojos claros le habían nublado, hasta el punto de ofrecerle marchar con el hasta su castillo, donde le esperaba la riqueza mas grande que ella podía imaginar. Nuestra doncella dudo un instante pero echando la vista atrás pensó que era una oportunidad única y que su amado encontraría otra persona mas acorde a su belleza y además pensaría que ella habría muerto y así pues el daño al corazón seria menor que si se lo dijera ella misma. Y así fue.

 Con el paso de los años, muchos años, la cosa cambio. El apuesto caballero de piel oscura se arruino y tuvieron que vender el castillo con todo lo que en el había, nada les quedo para ellos, tan solo una pequeña porción de tierra. Cuentan que en esa época cierto campesino se había hecho rico con su trabajo y había comprado las tierras de su vecino y que poco después compro las tierras de su otro vecino y así hasta poseer todas las tierras de cultivo de la región castellana en cuestión. Dicen que llego un momento en que dicho campesino lindo sus tierras con las del arruinado caballero de piel morena y dicen que no les arrebato esas tierras, que se construyo un castillo alrededor de ellas y continuamente hacia fiestas en sus torres. Dicen que ese nuevo rico era algo así como un ogro, grande y feo como el mismísimo diablo, pero rico. De aquí podríamos deducir que las rubias son tontas y que al final los que no paran de follar son los negros, pero también podríamos concluir que una historia son solo palabras y que algo importante debe constar con el paso de los años para que se pueda hablar de leyenda, urbana, rural, etc..o simplemente leyenda.

Lino

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Todos menos Aspective que no sabía donde meterse

Hace muchos años mi amigo Aspective me dijo algo, algo que no me dejo indiferente: “Lino, no pierdas el tiempo y guárdate las espaldas, las mujeres son como los gatos, no puedes fiarte de ellas”.

Bien, en esa época, no solo le di la razón dado la razón sino que, quizás, podría haber sido yo el que pronunciara esa frase. Pero también en 1968 hay quien pensaba vivir una “Odisea en el espacio” en el 2001 y  lo mas raro que aterrizo en mi país fue una moneda llamada “euro”.

 Cubrirse las espaldas, en este contexto, es una frase que podría irritar a cualquier mujer y lo digo por experiencia, pero ya os digo que para mi eran otros tiempos y no es lo mismo atacar que defenderse, yo me entiendo. El caso es que el tiempo transcurre, y este si que no deja indiferente a nadie. Así pensaba yo y así me fue. Hoy no pienso así, sin mas, el que quiera que se lo crea y el que no es su problema, pero yo duermo tranquilo porque ya hace mucho que deje de perder el tiempo, o sea deje de salir con mi amigo Aspective. No solo yo, seguía siendo nuestro amigo, pero el concepto que tiene este chico de la mujeres, en el siglo en el que vivimos, no se corresponde con la realidad y esto unido a otros rasgos de su personalidad desembocaron en que fuera conocido por todos su injusticia moral.

 Hace unos días, estando en una reunión de amigos, tome la palabra: “Chicos, tengo una noticia que daros, el siete de diciembre de 2010 me caso”, evidentemente todos se alegraron, todos menos Aspective que no sabia donde meterse”. Pero tampoco esperaba yo que se alegrara, ahora se dedica a sacar a pasear a las nuevas generaciones de mi barrio, con el único fin de extender sus pelos en la lengua entre sus súbditos, el “lince ibérico” solía decir que el los únicos pelos en la lengua que tiene no son suyos (y pensaba yo, con perdón, ¿y los del culo serán suyos? je je).

 Todo esto no es casualidad, hay alguien que me hizo cambiar mi manera de ver las cosas. Otro día os hablare mas detenidamente de ella, alguien que es capaz de abrirle los ojos al diablo, alguien que, sin proponérselo, te derrumba los prejuicios mas firmes que puedas tener. No se si será mi media naranja o mi medio limón y tampoco, fuera de esta historia, le he pedido matrimonio aun.

Pero lo que tengo claro es que ha movido algo dentro de mi, algo que Aspective nunca entenderá, algo que me ha hecho ser mejor persona y en definitiva algo que no me ha dejado indiferente.

  Próximo turno:   G – Luissiana – Activo

Salta turno a: H – Joseluis – Activo

 

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Qué coincidencia aquello que sentíamos.

POR C – 08SANDRA – ACTIVO

Qué coincidencia aquello que sentíamos, así empezó la historia pero María se volvió a equivocar… comienzo por el principio:
María, debido a su trabajo frecuentaba los mismos hoteles y casi los mismos restaurantes donde comía cuando acudía a otras ciudades para realizar su trabajo. A veces, eso era conveniente y otras no, conveniente por una parte porque al conocer a los dueños podía obtener algún que otro descuento en la factura de hotel y por otra parte inconveniente porque según en qué ciudad o pueblo era asidua a un hotel o restaurante la gente, que siempre las hay, al desconocer a lo que se dedicaba, pensaban que los largos ratos que pasaba en la cafetería del hotel terminando sus reportes diarios antes de subirse sola a la habitación, era porque buscaba algo…

María tomando su café

María tomando su café

María era representante de una empresa de bebidas, se pasaba el día visitando tiendas, bares, restaurantes, hoteles, cadenas de alimentación… y al llegar la tarde tenía que hacer un resumen del día para enviarlo a su empresa a final de cada semana, ella en vez de subirse a la habitación pues le aterraba la soledad, se quedaba en cualquier mesa de la cafetería del hotel donde estuviera alojada, rellenando sus papeles, haciendo alguna que otra llamada y preparando el trabajo para el día siguiente, siempre con su café con leche sin azúcar, saboreándolo lentamente, como si fuera su último café,  y atenta a su trabajo sin reparar en su alrededor.
Cuando esto lo hacía en una ciudad, nadie reparaba en ella, todo el mundo iba a lo suyo, pero cuando esto lo hacía en un pueblo, la gente la miraba, y cuchicheaba sin que ella se diera ni cuenta.
En esta ocasión María estaba en el típico pueblo de machos, que las mujeres estaban en casa cuidando de los niños y haciendo la comida y ellos en la cafetería o bar del hotel del pueblo, solía ir a ese hotel porque tenía buen precio, le cogía a mano de varios pueblos cercanos, no tenía que andar trasladándose a lo largo de la semana y a los dueños cada vez que iba les metía un buen pedido, que por supuesto repercutía en sus beneficios.
María solía hacer siempre lo mismo, por la mañana temprano tomaba en la barra un café con leche sin azúcar y salía pitando para empezar la jornada,  a mediodía comía donde le pillara y no regresaba al hotel hasta las 7 o las 8 de la tarde, hora en la que preparaba los asuntos para el día siguiente y después cenaba algo y subía a dormir.
Una mañana de miércoles uno de los dueños, con el que hablaba frecuentemente y con el que tenía más confianza, le preguntó si esa tarde volvería a la misma hora de siempre, ella que no sabía por dónde iba le dijo que sí, que aproximadamente volvería a las 8, el joven no le dijo nada más. María pagó su café y se despidió.
A lo largo del día ni se acordó más de la pregunta de la mañana, a eso de las 6 de la tarde la invitaron a la inauguración de un pub y María vio una buena oportunidad para vender sus productos, pues vendía vinos sin alcohol, vinos espumosos, vinos de aguja y otros productos que podría ir introduciendo en ese nuevo pub, así que decidió ir y allí estuvo hasta las más de las 12 de la noche. Cuando se dio cuenta de la hora y pensando que al día siguiente tenía que madrugar se fue como un rayo para el hotel y directamente a su habitación a dormir.
A la mañana siguiente, uno de los camareros la saludó y le dijo que Juan (ese era el nombre de uno de los dueños) se había quedado esperándola.
Ella con cara de extrañeza le preguntó:
– ¿Cómo?
El camarero le dijo:
– Si, Juan estuvo aquí hasta cerca de las 12 pues era su cumpleaños y quería invitarte.
María entonces cayó en la cuenta y recordó lo que por la mañana le había preguntado Juan y se sintió mal por no haberle prestado atención y sólo comentó:
– Esta tarde hablaré con él, por favor dile que me espere.
Y se despidió. Durante el día no pudo quitárselo de la cabeza y a la hora de comer llamó al hotel sabiendo que Juan era el que normalmente cogía el teléfono. Lo saludó y le pidió disculpas, Juan, al oír su voz le contestó un poco contrariado pues pensó que ella lo había hecho a posta, mantuvieron una breve conversación y él le dijo: «¿es que no te has dado cuenta?», ella no daba crédito a lo que oía y le preguntó:
-¿Cuenta? ¿De qué?
Juan, le dijo que era mejor que lo hablaran en persona, que le habían dado su recado y que la esperaría y en eso quedaron.
Cuando María colgó no sabía qué pensar, estaba aturdida, desorientada, ella con el que más hablaba era con Juan pero aunque a ella sí le gustaba, jamás había pensado que Juan pudiera sentir algo por ella.
María le siguió dando vueltas a la cabeza el resto de la tarde y pensando y pensando, ahora se explicaba algunas de las «atenciones» que Juan tenía para con ella, le había quitado de encima algún que otro moscón baboso de encima, la invitaba al café de sobremesa y pasaban mucho tiempo hablando…
A media tarde, puso una excusa y se fue al hotel, eran las 6,30 aproximadamente, Juan al verla llegar tan pronto le preguntó:
-¿Te encuentras mal?
María lo miró y tuvo que apartar su mirada de la suya porque un frío le recorrió todo el cuerpo y en ese preciso momento se dio cuenta de algo muy, muy raro:
¡Ambos sentían lo mismo! ¿Cómo puede ser? – se preguntaba para sí misma. Si hemos hablado de mil cosas, hemos comido y cenado juntos, conozco a su mujer ¿Cómo puede ser?
Pidió su llave y se fue a su habitación y le dijo:
– Ahora bajo. Juan cambió su cara y le dijo: – De acuerdo, ¿te espero y cenamos?
Ella sólo asintió con la cabeza semi bajada.
Ya en la habitación, soltó en la cama sus carpetas, sus papeles, el móvil y el portátil y se metió a la ducha, no podía quitárselo de la cabeza y no dejaba de preguntarse:
– ¿Cómo puede ser?

¡¡¡PASAJERAS al tren!!!

¡¡¡PASAJERAS al tren!!!

Ambos estaban casados y a Juan siempre lo había visto como un amigo y nada más lejos de su intención de mantener una relación con él. Mientras se duchaba, hacía un recorrido mental por el tiempo pasado con él, las risas, las bromas, los gestos, en realidad tenían más cosas en común de lo que ella quería pensar. Cerró la ducha y se dijo:
– Y ¿Por qué no? pero la duda le invadía y se preguntaba:
– ¿Será otro hombre que piensa que su cama es una estación de tren donde entran y salen las mujeres?
Para saber el final tendremos que esperar al siguiente capítulo.

Próximo turno: E – Lino – Activo

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Atándome a las horas lívidas

AUTORA:  T- CAROLINAGROMANI

Ave Fénix

Atándome a las horas lívidas, en las que como un alma en pena, me quedo esperando tu regreso.

Pierdo el sentido de la realidad, pierdo mi identidad, soy la que tú quieres que sea. Sólo para agradarte, para que no me abandones. Sólo estoy viva cuando estás junto a mí y siento tu aliento; cuando te vas regresan mis horas lívidas, el tiempo no pasa y no tengo alicientes.

Siento que estoy muerta cuando te vas y renazco cuando veo tu rostro sonriente, que te acercas y me saludas con cariño.

Postrada en esta cama, mi cuerpo dejó de seguir a dónde mi cabeza quería ir. Un día una enfermedad se llevó mi libertad, mi cuerpo se quedó, pero mi movilidad desapareció.

No fue fácil el tiempo que pasó después, pero aquí estoy, esperando con ilusión tu visita, amiga, esperando con anhelo los regalos que me haces a través de tu alegría y que me llenas de vida explicándome tus cositas.

Pero, como el ave Fénix  resurgiré de mis propias cenizas para no atarme a las horas lívidas, recompensarte con mi vida y renacer con toda mi gloria para poder volver a volar, volar…

Próximo turno: U- Pitufrapa – Activo

Salta turno a: W – Cuauhtémoc – Activo

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LA ATMOSFÉRICA REINA

Por R – Gorio – Activo

 

 

¿Qué tal si quedamos y te explico lo que es la atmosférica reina?

 

Estoy seguro que:

Habrá empatía instantánea entre los dos.

 

Próximo turno para P – Montse – Activo

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…me he lanzado contigo.

…me he lanzado contigo.

Ayer por la noche, me rapé el cabello al número 3.

Dejé mis cabellos largos y oscuros esparcidos por el suelo del baño. Cuando acabé me miré sonriendo en el espejo.

Hoy cuando salí a la calle, me encontré con reacciones de todo tipo. Desde los conocidos que me miraron con cara de estar yo loca y otros con cara de pena como si yo estuviera enferma.

Qué sabrán los demás de mí?

Hace pocos días, mi  amiga, no sabía como decirme que ella estaba enferma. Hacía días que lo sabía, pero yo no había notado ningún cambio en su actitud  y la había visto normal, con su sonrisa y sus ganas de hablar como siempre.

Un temblor recorrió todo mi cuerpo y mi primer pensamiento fue salir corriendo, pero me quedé quieta escuchándola, tragándome las lágrimas. 

Deberás continuar luchando, nos lanzaremos juntas con un nudo en el estómago pero cuando lleguemos de nuevo al suelo, seguiremos caminando mirando hacia adelante.

Coge mi mano, recorreremos este nuevo duro trayecto juntas. Cuando a tí te crezca de nuevo tu hermosa cabellera yo dejaré crecer la mía. Mientras soportaré las miradas ignorantes de la gente.

U -Noel Plebeyo – Activo

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