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Chop Suey!

Todos mis colegas me habían recomendado que no me ofuscara y que peleara por lo que por derecho me corresponde: el papel principal. Me exhortaron para que le escribiera una carta al director de la obra, en ella debía exponer mis argumentos para demostrarle que yo era la mejor opción para representar al protagonista.

Juan Arrabales era un pésimo actor, sin embargo tenía una enorme ventaja sobre mi: era el mejor amigo del director. Ante tan rival, yo sabía que no tenía ni la mas mínima posibilidad de competir, pero la frase que tanto me repitieron el día de hoy me dejo con la duda. «No tienes nada que perder, y si mucho que ganar».

Decidí escribir esa carta, aunque no tenía idea de como empezarla. ‘estimado señor director’, ‘colega y amigo’, ‘hijo de la gran chingada’; nada me agradaba y terminé escribiendo una carta personal. Odio, miedo, ira, ardor, entre otros sentimientos estaban reflejados en dicha carta.

Frases como: ‘El pinche Arrabales ni hablar sabe’ o ‘ Las actrices le tiene asco’, eran bastante recurrentes. Yo, acostumbrado a ser educado y respetuoso, y a ganarme mis oportunidades en base a trabajo y esfuerzo. Pronto me di cuenta que eso no valía absolutamente nada en un mundo tan asqueroso como este en el que vivo.

Por eso estas leyendo esto mientras observas mi cuerpo con el rostro desfigurado por un balazo que yo me provoqué. No me mal interpretes, era yo o el director. Una vez leí en una gran película que uno muere como un héroe, o vive lo suficiente para convertirse en villano. No, no soy ningún héroe, por lo menos tampoco soy un villano.

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Si yo fuera etarra

Biografía de un perturbado que nació normal – creció perturbado – y vive arrpentido:  

(todos los datos son ficticios)

Nací en el año 1972 en Irún, un municipio perteniciente a Guipúzcoa que es fronterizo con Francia del que la separa el río Bidasoa. Mi infancia fue de lo más normal, mis padres me enviaron a un colegio privado y me educaron a la perfección, sin que me faltase de nada. Creo recordar que fue la etapa más feliz de mi vida, o casi mejor dicho, la única etapa en la que tuve vida.

Con 14 años comenzaron los problemas. Dejé el colegio privado y comencé a ir al Instituto, al igual que otros dos compañeros con los que había intimado y con los que comenzaba a disfrutar de las primeras experiencias en la vida, tales como ese primer cigarrito, esas primeras novietas y esas primeras borracheras. En el instituto tuvimos vidas paralelas, en 1º bup todavía tuvimos un historial académico aceptable, pero a partir de 2º las dificultades crecieron. Y crecieron porque conocimos al Chuli, un hombre que nos duplicaba en edad y que nos comenzaba a explicar la realidad vasca y la desfachatez española. Empezamos a faltar a clase cada vez más, y nos juntábamos en un pequeño local propiedad de el Chuli donde también acudían otros jóvenes de otros institutos. Nos planteaba todo como un juego, de misiones. Existen varios niveles y para llegar al nivel 1o hay que ir quemando y cumpliendo objetivos. Nuestro bautizo consistió en acudir a un meeting del PP y conseguir mostrar unas pancartas nacionalistas con escritura en vasco que ni siquiera entendíamos por aquel entonces. Si conseguíamos salir en prensa escrita o televisión los puntos se disparaban y el ascenso de nivel era inmediato. Así prueba tras prueba, mientras que nuestro nivel académico se desmoronaba nuestra popularidad y diversión iban in crescendo. Manifestaciones, peleas, destrozos de mobiliario y de locales sede (cajeros, sedes políticas, sucursales bancarias, portales de amenazados, etc.). Aquí comenzamos a forjarnos un merecido historial delictivo con frecuentes detenciones que no llegaban a ser más que un susto.

Los problemas reales llegaron cuando alcanzamos el nivel 10, eso significaba reunión con el mandamás y nuevos preceptos además de pulir y evolucionar el discreto entrenamiento al que sin darnos cuenta habíamos sido sometidos. En qué momento fuimos conscientes de que aquello había dejado de ser un juego? y ahora estábamos atrapados. Habíamos jurado lealtad y estábamos sometidos a las estrictas reglas de la banda. Nuestras cabezas no podían ni siquiera imaginar en abandonar o cambiar aquella forma de vida, sabíamos de sobra cuales serían las consecuencias.

Tras la reunión con el mandamás se nos asignó un mecenas, una persona que se ocuparía de nosotros durante 6 largos meses. Ahora sí que estábamos siendo profesionalmente entrenados. Debíamos cuidar hasta el último detalle, leer numerosos escritos de comportamiento y nunca, nunca faltar al decálogo sagrado de la banda.

Tras esos meses de estudio y entrenamiento volvimos a tener la reunión con el mandamás, en esta ocasión era otro, ya que el anterior había sido apresado por la Guardia Civil. Estábamos preparados para la fase operativa, nos constituíamos como Comando itinerante a la espera de nuestra misión y objetivo. Ahora ya no se trataba de montar espectáculos callejeros o de destrozar bienes materiales, no. Ahora nuestra primera misión consistía en secuestrar a un empresario. Todavía recuerdo los gritos de pánico en el momento en el que lo apresamos y los lamentos y súplicas que vertía día tras día durante  8 largos meses. Nos pedía que lo matásemos, y a mi me daba la risa. No me lo puedo creer. Ahora detrás de estas rejas lo entiendo perfectamente, y eso que a mi me alimentan mucho mejor y me permiten hacer ejercicio, dormir en una cama y poder leer y realizar varias actividades.

Durante 1o años cometí secuestros, asesinatos, extorsiones, amenazas, atentados con explosivos y he visto como compañeros iban cayendo, ya sea muertos en operativa o detenidos por las autoridades. Cada vez que algo así ocurría me sentía espoleado y mi ira crecía.

Pero como no podía ser de otra forma, acabé cometiendo errores y me atraparon, fue en Noviembre de 2003. Nuestra misión a largo plazo un atentado con coche bomba en la sede de un partido político. Estábamos al inicio de la operativa y conducíamos una furgoneta robada en España en el sur de Francia. Detrás un doble fondo lleno de explosivos y camuflándolos multitud de plantas. Un control de carretera nos apresó y aunque intentamos huir fue imposible, alguien nos había vendido porque conocía de sobra nuestro itinerario y había cubierto las vías de escape. Los explosivos los encontraron al momento, no podía ser todo tan fácil, alguien había largado.

Después de casi 1o años de cárcel y de mucho tiempo para pensar y mucho tiempo para leer, empiezo a darme cuenta de que soy un monstruo, de que por culpa de entrar en aquella dinámica de diversión cuando era joven y muchas veces de hacerme el machito acabé donde no quería sin posibilidad de vuelta atrás, con una forma de vida muy perra pero de la que no se puede salir, hay que estar muy atento cuando uno tiene el sentido común de un adolescente para no caer en ella y me considero una víctima de mi entorno, pero entiendo que debo pedir perdón y sé que eso nunca será suficiente. Cada vez es menor el peso de la cárcel y mayor el peso de mis actos, mi cuerpo vive bien aunque sea encerrado pero mi cabeza no soporta las imágenes que cada noche me visitan con nitidez y un sonido de espanto. Mi desayuno desde hace tiempo es un sincero Lo siento!!!

 

«Todo lo escrito aquí es ficticio y nada tiene que ver con la realidad. Es simplemente un ejercicio de empatía con un supuesto integrante de eta arrepentido»

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Actores, actrices y otros transmisores de sentimientos

  Cierto es que sobre películas cada uno tiene su gusto y aunque nos guste un genero, puede que dentro del mismo haya películas que no nos gusten y en cambio le encanten a otros. También es cierto que el cine puede variar de un país a otro, de una cultura a otra, y de hecho así es, pero hay algo que nunca cambia, la capacidad de transmitir. Cuando alguien no transmite lo que se demanda del personaje esta claro que no ha logrado una gran interpretación, la prueba evidente de esta finalidad la tenemos en que todos los actores coinciden en señalar el teatro como el medio apropiado para representar y actuar, precisamente por su capacidad de transmitir y conectar con el público. Partiendo de esa base la perfección interpretativa, para mi, esta en creerte lo que ves, o sea que no seas capaz de imaginarte a ese actor interpretando otro papel. Pero el buen actor siempre te sorprende con otra gran interpretación y te vuelve a pasar lo mismo, no te lo imaginas en otro papel y así sucesivamente, sin ninguna duda estamos ante un gran transmisor de sentimientos.

 Ahora podría detallaros decenas de actores que para mi lo son y decenas de otros que dicen llamarse actores pero que para mi no lo son, también podría enumerar una gran lista de mis películas o géneros favoritos, pero no lo haré.

 En lugar de esto he preferido incluir un video, por primera vez, porque creo que «transmite» perfectamente lo que entiendo yo por un artista, en este caso no es cine pero es arte en estado puro y creo que merece la pena.

 Esta joven nacida en 1985 en Ucrania es un ejemplo de lo que el ser humano puede hacer con su talento en medio de una gran crisis. Ella perdió su negocio en un colapso crediticio y sin embargo, meses más tarde participó en el concurso Ukraine’s Got Talent (2009). Resultó ganadora en primer lugar con 125.000 dólares en su mano y su arte en la arena ya lleva en You Tube más de 7 millones de visitas. Aquí la se la ve construyendo una animación acerca de la vida en la Unión Soviética durante la Gran Guerra Patriótica contra el Tercer Reich en la Segunda Guerra Mundial.

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Un día en mi vida vale mucho dinero

¿Un día en mi vida?, no creo aquello de que todos lo días sean iguales. Cierto es, que es costumbre extendida tal aseveración, pero yo no la comparto. Tengo en el recuerdo, en mi vida de estudiante imberbe, de haber pensado en ese sentido sobre mi vida pero entonces era así. Me levantaba, iba a clase, volvía, comía y para clase otra vez, después volvía, barrio sésamo y poco mas, a la cama. No podía hacer nada mas, no tenia dinero, no había Internet, ni play ni nada de lo que hay ahora.

Los tiempos cambian y la gente cambia, por la vida y por nosotros mismos, es mi caso. Gracias a Dios, me exijo mucho, no permitiría caer en la pasividad mental de pensar que hoy es igual que mañana y que pasado mañana será igual que ayer, no me lo puedo permitir, por salud mental.

¿Qué hacer para no caer en la monotonía?, es algo muy subjetivo pero depende donde pongas el listón de cada concepto: diversión, relax, trabajo, familia….. yo personalmente pongo los listones altos y así y solo así llegare al termino medio, donde evidentemente radica la virtud, esa gran desconocida. Seguro que hay algún familiar al que hace mucho tiempo que no llamas o una película que hace mucho tiempo que querías ver o una empresa donde siempre quisiste trabajar y nunca te atreviste a mandar curriculum, etc., y millones de etc., etc.,…

Puedo pecar de ignorante para algunos o de vanidoso para otros pero raramente me importa lo que piense la gente, mientras no me lo digan están en su derecho de pensar lo que cada uno quiera, ahora eso si, yo también tengo mi manera de pensar y nada ni nadie lo va a cambiar, o quizás si. Si me contradicen encantado, puede que les de parte de razón, hoy en día con una jornada de mañana y tarde en la oficina poco diferente pueden ser los días, pues estáis equivocados todo esta en nuestra cabeza. Ayer leí que se había suicidado el portero de la selección alemana de fútbol con 32 años, había sido portero del FC Barcelona entre otros, se tiro a las vías de un tren, ¿creen ustedes que se puede tener razones para suicidarse con tu vida y la de toda tu familia solucionada?. Por eso les digo… ¿un día en mi vida?…un día en mi vida vale mucho dinero.

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La relatividad de la vida

Año 2050, todos estaremos muertos.

El agua es el bien mas preciado y hace varios años que se acabo. No hubo tercera guerra mundial, fue la guerra definitiva. No hubo división por raza ni por religión, unos tenían agua y otros la necesitaban.

Nos remontamos diez años atrás, las reservas se agotaron y mientras unos procuraban encontrar agua por sus propios medios, con sus propias manos, otros esperaban con impaciencia para quitársela, armados hasta los dientes, para eso habían sido las grandes potencias mundiales durante varios siglos.

Los primeros la encontraron y se desato una guerra que nadie años atrás podía haberse imaginado, sangrienta, injusta, desproporcionada, lanzas contra armas sofisticadas, hombres contra maquinas. Fueron millones de personas las que murieron tantas que murieron todas las que tenían agua, ironías de la vida.

Año 2050, todos estaremos muertos, pero….¿a  eso podemos llamarle vida?.

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De rubias, negros y otras leyendas

Cuenta la leyenda, no por antigua menos cierta, que en algún paraje castellano habitaba una bella dama junto a su marido labrador. Ambos se dedicaban en cuerpo y alma a su tierra, en las cuales se dejaban las manos con el único fin de tener algo de comer cada día y cada noche. Su armonía era tal que no necesitaban nada más, se complementaban y querían plenamente hasta el punto de no relacionarse con nadie más, no era necesario, no era vital. Una única cosa les diferenciaba, su aspecto físico. Ella, melena rubia, ojos azules y piel clara. El, un ogro, grande y feo como el mismísimo diablo. Como les decía nada de eso les importaba. Un “buen” día cuando caminaba nuestra doncella dirección a su morada se encontró un caballero cortándole el paso. El apuesto caballero de piel negra, fornido y elegante, a lomos de un corcel blanco que impresionaría a cualquiera, no dudo en dirigirse a ella. Su melena rubia y ojos claros le habían nublado, hasta el punto de ofrecerle marchar con el hasta su castillo, donde le esperaba la riqueza mas grande que ella podía imaginar. Nuestra doncella dudo un instante pero echando la vista atrás pensó que era una oportunidad única y que su amado encontraría otra persona mas acorde a su belleza y además pensaría que ella habría muerto y así pues el daño al corazón seria menor que si se lo dijera ella misma. Y así fue.

 Con el paso de los años, muchos años, la cosa cambio. El apuesto caballero de piel oscura se arruino y tuvieron que vender el castillo con todo lo que en el había, nada les quedo para ellos, tan solo una pequeña porción de tierra. Cuentan que en esa época cierto campesino se había hecho rico con su trabajo y había comprado las tierras de su vecino y que poco después compro las tierras de su otro vecino y así hasta poseer todas las tierras de cultivo de la región castellana en cuestión. Dicen que llego un momento en que dicho campesino lindo sus tierras con las del arruinado caballero de piel morena y dicen que no les arrebato esas tierras, que se construyo un castillo alrededor de ellas y continuamente hacia fiestas en sus torres. Dicen que ese nuevo rico era algo así como un ogro, grande y feo como el mismísimo diablo, pero rico. De aquí podríamos deducir que las rubias son tontas y que al final los que no paran de follar son los negros, pero también podríamos concluir que una historia son solo palabras y que algo importante debe constar con el paso de los años para que se pueda hablar de leyenda, urbana, rural, etc..o simplemente leyenda.

Lino

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Voy a contarles algo…

Dieciocho de marzo de 1993 son las 16:00 h (aprox.) en la ciudad de Sevilla, cuatro chicos de entre 15 y 16 años se reúnen como cualquier otro día para pasar la tarde juntos, entre risas y juegos, entre amigos. Jose, Pedro, Miguel Ángel y Benjamín podrían ser cuatro chicos cualquiera porque en esa época y por estas tierras la gente se reunía en la calle, no había móviles y si no salías a la calle nadie te llamaba, nadie se acordaba de ti. El día se había despertado gris y frió, el tiempo amenazaba lluvia desde por la mañana temprano, bueno, mas que lluvia tempestad y mirando hacia arriba el cielo gris tornaba a rojizo con el paso de las horas, daba la sensación que en breve este se caería sobre ellos. Así las cosas, el chico llamado Jose ofreció bajar a su “cuartillo”, una habitación medianita que tenia cada propietario en los sótanos del edificio, una habitación siniestra en una planta baja deshabitada por completo, y allí buscar algún entretenimiento. Fue comentar eso y escucharse un trueno como nunca antes habían escuchado, primero un estruendo brutal y después un flash inmenso, tanto como el cielo de Sevilla, y en medio un rayo directo desde…. quizás desde el infierno. No dio tiempo a caer la primera gota y los cuatro amigos ya marchaban, porque la tarde empezaba a ponerse fea, Miguel Ángel tomo la iniciativa y nadie tuvo mejor idea- Joder eso ha tenido que caer cerca, vamos abajo-. Una vez en el habitáculo todos se preguntaron a que demonios iban a jugar allí, tres o cuatro metros cuadrados libres y alrededor estanterías con libros viejos de su padre, un astrónomo famoso en el barrio pero con mala reputación en su casa, que desapareció en extrañas circunstancias o mejor dicho nadie supo nunca las circunstancias.

–Ya se a que podemos jugar tío, mira lo que tenía mi padre  aquí – dijo José para intentar pasar la tarde, sin mas.

– Eso es una güija “killo” déjate de rollo que eso es chungo, pudo decir Pedro perfectamente.

– ¿Chungo?, eso no vale para nada yo me rio de eso y de todos ustedes si jugáis a eso, exclamo Benjamín.  

– ¡Venga! pues entonces vamos a jugar y nos reímos, sentencio Miguel Ángel.

Y así fue, los cuatro chicos de rodillas en una habitación con suelo de…. bueno sin suelo, de rodillas en cemento puro, y húmedo, muy húmedo, tanto como el ambiente, casi irrespirable, algo así como el calabozo tetrico de una pelicula terrorifica de serie B . Cada dedo en un vaso, ¿allí había un vaso?, si señores allí había un vaso, inexplicable pero ya saben que la realidad supera siempre a la ficción je je. Primera pregunta. Jose toma la palabra y pregunta…. “¿Papa estas entre nosotros?”. Corazones paralizados, todos habían escuchado hablar de ese rollo pero la situación era totalmente propicia para que sucediera algo malo, muy malo. El vaso se movió y se situó encima de la casilla que contenía en su interior como respuesta “SI”, ya se les podía pinchar y no notaban nada, fríos como el hielo y al borde de gritar un “vasta”, pero nadie se atrevió. Siguieron así unos veinte minutos pero fue una vida entera para ellos, más preguntas y más respuestas, alguna no tenía sentido pero la mayoría tenían un sentido aterrador. Y ya imagínense, cada uno preguntando aquello que creía que podía ser definitivo para saber de verdad si había alguien más allí y alguien que por desgracia no era terrenal. Pero todo se trunco cuando……

– ¡Al carajo con tu padre!, Benjamín le pego un manotazo al tablero y el vaso salio despedido como si hubiera estado cargándose con energía cinética todo ese tiempo, para chocar contra la puerta de la habitación.

Todos sintieron que algo iba mal, que aquello no se había terminado de una manera normal y que ninguno estaba seguro allí. De repente suena la puerta de arriba, la que permite acceder a la planta baja por medio de unas escaleras, se abre y se cierra seguidamente. Los cuatro a la vez abren la puerta del zulo y se dirigen por un pasillo, sin ventanas, solo puertas, un corredor de la muerte, hacia las escaleras sin dirigirse la palabra, en el silencio más absoluto.

Jose iba el primero y de repente se detiene justo delante del primer escalón….

– ¡“Killo” esto no puede ser!, yo no puedo dejarle el marrón este a mi madre aquí esperarse un momento. A nadie le gusto la idea evidentemente pero el chico tenía razón.

 – ¡Y que coño quieres que hagamos, cojones!, dijo cualquiera de los tres.

– Os voy a decir lo que vamos a hacer, voy a por la güija y la voy a traer aquí, ¿veis ese extintor de esa pared?, pues tendrá un numero de serie seguro, vamos a ver si de verdad dejamos alguien aquí o no. Y como no, otra vez como en las películas también apareció un bolígrafo para apuntar el numero que supuestamente iba a contestar…. alguien.

 Bueno, lo de aquella habitación ustedes saben aquello del poder de la mente y todas esas cosas, que yo me las creo a pies juntillas, pero que cada un piense lo que quiera. En cada pregunta al menos uno sabia la respuesta y conscientemente o inconscientemente podía moverla o ayudar a moverla, nunca iban a estar seguros. Pero lo que había propuesto Jose era lo bastante definitivo para que tragaran saliva los cuatro a la vez y asintieran con la cabeza. Jose marcho por el tablón diabólico y lo trajo de nuevo antes ellos junto con el vaso, ese horrible recuerdo volvía ante sus ojos. Se arrodillaron y Jose tomo la palabra.

– Papa, si estas aquí, muéstranos por favor el número de serie de ese extintor.

El vaso se movió bruscamente hacia el 0, después hacia el 1, cada vez mas rápido, prácticamente no daba tiempo ni a apuntarlo, tenían que acordarse entre todos del que había dicho antes, al fin se detuvo y todos se quedaron en silencio mirando el numero, como memorizando, eran muchos números, pero ¿quién iba a comprobarlo?. Decidieron ir todos juntos y fue darle la vuelta al extintor y ……bueno el final pensaba contároslo la siguiente semana que venia muy bien al tema, pero la verdad solo pensar tener en la cabeza ese recuerdo una semana miedo me da.

Imagínense, una pegatina mas grande de lo esperado les sorprendió con un numero exactamente igual que al que habían escrito, patadas en el culo y codazos en la cara para subir el primero por la escalera, no eran personas eran fieras subiendo por una montaña. Y claro como no, la puerta tenia truco y no se abría, hasta que consiguio llegar Jose hasta ella y ….una vez fuera, bueno.. un sol esplendido recibio a los cuatro chavales que incredulos miraban el cielo azul, y una vez mas sin hablarse.

Para terminar dejar claro, por si alguien no se había dado cuenta, que este relato se parece en algo más a una película, de los cuatro chicos tres nombres son reales pero Pedro, ese chico en realidad no se llamaba así….Y desde entonces os puedo jurar algo, yo no creo en dráculas ni hombres lobo ni nada por el estilo, pero en que hay algo mas ahí fuera… eso es seguro.

 

Lino

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Nos dejamos caer abrazados en el suelo.

Ya casi eran las doce de mediodía, cuando los dos compadres se encontraron en aquel café. Elpidio se miraba sorprendido por la respuesta que su compadre le había dado por la pregunta que él le había hecho.

 

-No, compadre es imposible, me estaré volviendo loco. Te puedo jurar que el demonio estuvo aquí, ha estado conmigo durante casi toda la mañana, hemos conversado y llegado a conclusiones bastante buenas.

 

–         Todo estaba en tu imaginación compadre, pero yo no vine para hablar de su locura, lo que vengo a ver es  ¿Por qué tiene usted dos días sin ir por sus hijos a mi casa? ¿Qué ha hecho compadre? ¿Dónde ha andado?

–         ¿Dos días? Pero, si los he visto ayer en mi casa.

–         Mire compadre cálmese, explíqueme bien que pasa. Usted le dijo a mi mujer que mi comadre se había ido, que lo había dejado. Ellos ahí han estado esperándolo, pero no nada mas ellos también sus padres compadre. Me dijeron que cuando llegaron a la ciudad y al ver que usted no iba por ellos, se fueron a su casa en taxi, tocaron hasta cansarse y usted salio como alma que lleva el diablo en su auto. ¿A dónde iba compadre? Cuénteme todo por favor.

 

Aun un poco confundido por todo lo que estaba pasando Elpidio empezó su historia, comenzó por decirle lo del puterío y terminó con lo que había pasado ese día en la mañana…

 

                  … – y entonces compadre desperté en mi cama y  ella me trajo el desayuno a la cama, pero antes de pensar en desayunar hicimos el amor como nunca, nos dejamos caer  abrazados  en el suelo y después en la cama quedamos rendidos. No puede ser nada de eso un espejismo compadre no puede ser algo tiene que haber causado todo esto. Si no fue el demonio ¿entonces quien? Algo o alguien es el causante de todo lo que me está pasando compadre.

 

–         Compadre pero esto que me ha contado es muy grave, me está diciendo que mató a mi comadre.

–         Le estoy diciendo que no, compadre, que ella está viva, que está ahorita en mi casa.

–         OK, compadre, eso lo veremos a su tiempo, por ahora dígame ¿que se supone que le dijo el demonio?

 

Entonces Elpidio le contó todo lo que discutieron hasta lo que le dijo el diablo del Blogguercedario.

 

–         ¿El Blog que? Compadre.

–         Pues no se exactamente pero es algo así como Blogguercedario, el caso es que suena como abecedario compadre.

–         Pues no me suena nada congruente ni conocido lo que me dice compadre.

–         Ve compadre, eso es lo que le quiero decir, a mi no se me pueden ocurrir esas cosas así, tiene que haber algo o alguien que haya hecho esto, ya que dice que el demonio no estaba aquí. A menos que solo yo lo haya mirado compadre.

–         Mire compadre, yo quiero ayudarlo, de verdad, pero entonces necesito informarme más de lo que esta pasando. Vaya usted a su casa, asegúrese que su mujer todavía esta viva y yo iré en cuanto vea alguna solución a su problema, los niños todavía se pueden quedar en mi casa, también sus papás

–         Ya verá compadre, ya verá que tengo razón.

 

 

Se despidieron los dos compadres, Elpidio salio apresuradamente del café, Chencho se quedó pensativo:

 

            -Espero que mi compadre no esté loco, no creo que lo esté, por eso antes de mandarlo con un psiquiatra voy a investigar en Internet esto que está pasando.

 

Salió y se dirigió a un ciber que estaba en la otra calle.

 

Mientras tanto, Elpidio descubría lo que tanto temía. En su casa no había nadie, en la cochera aun estaba el manchón de sangre que no había podido quitar hacia dos días.  Todo le venia a la mente de nuevo, la escena de su mujer con el del agua, el momento que hizo que el se desquiciara y la matara. No había nadie, se sentía solo, se sentía impotente, mas de lo que estaba, maldita sea se estaba volviendo loco.

 

No tardarían en dar con el, la policía ya ha de haber encontrado el cuerpo, en cualquier momento llegarían y el ahí estaría para irse a la cárcel. ¿Qué mas le daba ya? Todo estaba perdido, nada se podía hacer, Elpidio Obeso terminaría en prisión. A lo mejor ese era su destino.

 

–         ¡Nooooo! No puedo estar loco, alguien o algo tiene que manejar mis actos, mi mundo, mi todo, no puede ser que todo esto me pase a mi, tiene que haber algún responsable y ese no soy yo.

 

El sueño lo venció y durmió placidamente durante mucho tiempo. Los golpes a la puerta lo despertaron. Despertó asustado, pensando que era la policía que venia por el. Se dirigió a la puerta, entonces pudo darse cuenta que era su compadre lo que lo hizo relajarse un poco.

 

–         compadre, ¿Qué pasa? ¿Por qué toca de esa manera?

–         Compadre, tiene que ver esto.

–         ¿Ver que cosa compadre? Pensé que era la policía.

–         ¿recuerda lo que le dije en la mañana que le investigaría lo que estaba pasando con usted?

–         Pues si compadre, pero la verdad no veo como pueda ayudarme o ver que pueda pasar. Me estoy volviendo loco esa es la única realidad.

–         No compadre, yo también creía eso pero no, no esta usted loco.

–         ¿entonces compadre?

–         Venga compadre, acompáñeme al ciber café que le tengo que mostrar algo.

–         ¿al ciber café? ¿Que tengo que hacer en un ciber?

–         ¿Recuerda esa palabra difícil que según usted el demonio le mencionó?

–         Si el tal Blogguercedario o no se que cosa.

–         Si compadre eso, es Blogguercedario compadre y tiene que ver lo que encontré.

 

Se dirigieron los dos velozmente al ciber más cercano de la casa de Elpidio. Chencho pidió algún ordenador disponible y empezó a teclear una dirección en Internet. Ahí apareció lo que el diablo había mencionado, le mostró algo que Elpidio casi caía para atrás.

 

-Compadre ¿le parece conocido esto?

– ¿Q- que es esto compadre? ¿Cómo supo esta persona lo que me estaba pasando compadre?

– Lea y fíjese como cuenta esta persona cada cosa que usted ha hecho e incluso mire aquí, aparece el diablo tal y como usted me lo contó y la ultima frase es la que yo le dije ahora en la mañana.

– Pero entonces ¿que pasa compadre?

-Aquí tiene la respuesta compadre, aquí la tiene, usted quería que alguien fuera el causante de sus problemas y pues se le ha concedido.

– ¿quiere decir que este escritor de aquí ha escrito todo lo que he hecho y Hare? Entonces ¿Por qué no hay nada de lo que estamos haciendo en estos momentos?

– Porque a lo mejor en estos momentos lo esta escribiendo compadre, por eso no aparece todavía.

– ¿Me está diciendo que soy un personaje de una historia por Internet?

– No nada más usted compadre, todos los que estamos cerca de usted también. Mire, aquí le ponen comentarios, entonces los demás leen lo que el escribe, es por eso que el demonio le dice a usted que a lo mejor a los del Blogguercedario usted les cae mal.

 

–         Entonces ¿esta persona ha sido el causante de que haya matado a mi esposa, de que no se me pare, de que mis padres me hayan puesto este nombre de mierda?

–         Si compadre, somos personajes de todas esta historia.

–         Pero en alguna parte del mundo tiene que estar esta persona, ¿y si vamos y le doy su merecido por jugar con nuestras vidas? Esta persona bien pudo haberme hecho bueno y exitoso, no así, no un asesino compadre.

–         No podemos compadre no podemos, está en México.

–         Pues vamos compadre vamos, tiene que aclararme muchas cosas ese tal, ¿Cómo se llama?

–         Cuauhtemoc compadre, dice aquí. Pero ni siquiera sabemos en que país o ciudad estamos compadre.

–         Pues lea ahí, vea en que parte de este mundo existe nuestra ciudad. Porque si hay Internet no podemos estar tan alejados de la civilización.

–         ¿Pero no ha comprendido compadre? El ha puesto todo esto aquí, si el quiere ahorita nos da un infarto y se nos acaba la historia.

–         Pues seria mejor un infarto a estar sufriendo de por vida en la cárcel por culpa de un maldito que por tal de quedar bien con sus compañeros me ha desgraciado la vida.

–         Tiene razón compadre, vamos al aeropuerto, vamos a buscarlo y a pedirle cuentas, pero no podemos matarlo compadre, nos rebajaríamos a su nivel.

–         Esta bien compadre solo quiero que me responda cosas, quiero que me solucione esto que me está pasando.

–         Compadre pero ¿se ha puesto a pensar que así como nosotros somos unos personajes de historieta pueda ser que alguien también este escribiendo que el esta escribiendo nuestra historia?

–         ¿Usted se refiere a que todo lo que pasa en este mundo sea solo una historia escrita por alguien con muchos personajes?

–         Algo así compadre algo así. Pero pues vamos, yo lo apoyo en lo que decida. Vamos a México.

 

 

Y así, nuestros personajes se dirigieron al aeropuerto, tomaron un avión a México.

 

Todo marchaba excelente, todo iba bien, pero no se supo de donde vino la turbulencia que sacudió aquella aeronave, pero se fue directo al océano, nadie sobrevivió, nuestros personajes murieron ahogados en el mar.

 Proximo turno para: X-mosquitovolador

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Esto es consecuencia de mis actos

por V – Aguaya – Activo

– Sí, Yusi, la misma lagartija de siempre… ¿por qué no se va a vivir a otro poste, eh? -le preguntó Ricardo a su hermana haciendo pucheros como si fuera un bebé.

– Ay, mi herma, ¿y a tí qué te importa el bicho ese? La pobre, la vas a botar de su casa y después no tendrá para donde ir. ¿Te gustaría que te botaran de la tuya? -Yusimí se estaba pasando de rosca burlándose del hermano que se había puesto frío como la pata de un muerto-. A ver, mi herma, a ver, para darte el masaje ese…

Mientras, en la azotea todo caminaba a pedir de boca para Lucy. No así para Carlos. La atrevida muchacha fue al grano sin pensarlo mucho pero él… a él empezaron a temblarle las piernas ante aquel cuerpazo que casi se le echaba encima.

– ¿Y eso de Bolero de dónde viene? -preguntó Lucy a la vez que se le acercaba «demasiado».

– Bueno… es que… a mí… mmmmme dicen así -por fin respondió Carlos muy cerquita de Lucy. Ella se dió cuenta muy rápido que lo tenía a tiro de pistola y que él se dejaría hacer, o dicho de otra forma, que lo había cogido por sorpresa y que le había ganado la primera gran batalla. No es que Lucy se le echara así arriba a todo el mundo sino que, siendo Carlos el buen tipazo que era, o que aparentaba, no daban otros deseos. Y él se veía tan buenón… que eso había que aprovecharlo bien y con tino.

– Cántame un bolerito, chico, pero que sea lindo, fíjate.

Carlos demoró unos segundos y comprobó que toda esa tembladera de piernas que tenía era consecuencia de sus actos. Si fuera sólo un poquito más atrevido… Al fin emitió sonido:

– Bésame, bésame muuuucho… -hizo una pausa y paró de cantar-. Dame un beso, anda.

– Uno solo no, varios si quieres, pero ven, ven a la Iglesia de enfrente. Yo conozco al que cuida en la puerta y siempre está dormido, así que podremos entrar sin que se dé cuenta.

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Lucy se separó de Carlos, lo haló de un brazo y casi lo arrastró hasta la tapa del hueco de la escalera. Ya allí los dos le apretó una nalga y le dijo:

– Yo bajo primero y allí te espero. No me hagas esperar tanto, fíjate, que conozco un lugarcito que nos va a venir muy bien -y soltó lo que agarraba.

– ¿Y cómo entro? ¿Y si el tipo se despierta? -fue lo que se le ocurrió preguntar a Carlos.

– Espera entonces un ratico, que seguro se duerme enseguida otra vez -le dijo ella, abrió la tapa de la escalera y comenzó a bajar.

Carlos se dijo: «No me vayas a hacer quedar mal justo ahora, mi yerro. Tranquilo, tranquilo que el dulce viene en un rato«.

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¿Qué he hecho, Dios mío, para merecer esto?

Mientras Ricardo estiraba sin proponérselo su presencia en el baño de la casa, incapaz de regular ni la duración ni la cantidad de sus necesidades fisiológicas, su hermana Yusimí y la nueva amiguita de estudios seguían conversando pero ya Ricardo no podía oir sobre qué. Su inoportuno organismo había escogido un muy mal momento para desahogarse.

– ¿Qué he hecho, Dios mío, para merecer esto? -se lamentaba una y otra vez, sentado en la taza azul.

Lucy, resuelta en su decisión de acercársele a Carlos de cualquier manera, miraba más hacia donde estaba él parado que hacia las libretas de Física que tenía delante. De pronto le susurró a su amiga Yusimí al oído:

– Yusi, deja la Física ésta y haz algo para hablar con el amigo de tu hermano, anda.

– Pero, ¿te gustó Bolero? -se sorprendió la interpelada.

– ¿Boleeeero? ¿Y así le pusieron a esa belleza masculina?

– No, chica… así le dice mi hermano. Él canta esas cosas de viejos, ¿sabes? Tiene una voz bonita, eso es verdad.

– Anda, Yusi, inventa algo para que venga a hablar con nosotras.

Yusimí se levantó de su silla, fue hasta la puerta de la calle, donde aún estaba Carlos recostado mirando hacia el destartalado carro del vecino, y le dijo en tono de orden:

– Oye, nos hace falta tu ayuda allá arriba. Aguántanos la escalera de caracol para no caernos. Fíjate, no la vayas a soltar, ¡mira que yo le tengo miedo! Es que queremos recoger la ropa que está tendida en la azotea.

azotea

Yusimí le dió la espalda a Carlos y le hizo señas a Lucy para que la siguiera, esperó a que éste llegara a la baranda de herrumbres, situada a mitad del pasillo, y le puso las manos donde debía aguantar. Carlos se aferró a los fríos metales con las dos manos. Primero subió Yusimí la escalera oxidada, lentamente, y Lucy siguió detrás, sin acomodarse ni aguantar para nada la saya corta que llevaba ese día, roja como el deseo, intensa como la lujuria. Carlos se quedó sin habla. Bueno, hacía rato que no pronunciaba una sílaba pero con la escena que tenía ante sus ojos se le escondió más la lengua. Y pensó: «Ay, niña, pero qué buena tú estás».

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