Por Lino
Al hilo de otros post, me ratifico en la opinión generalizada, somos bichos raros entre nuestros conocidos, enigmáticos personajes que hacemos algo poco común con nuestros ordenadores.
Pero… ¿poco común?, todo es relativo ¿no?.
No voy contando mi vida por ahí a la gente, es más no me gusta hablar de mí, no soy de los tíos que cuentan su vida sexual a los amigos y mucho menos me gusta que resalten mis virtudes, lo considero un ataque a mi salud mental, la debilitan, la duermen y no es mi meta, un letargo de nubes donde pisar firme, sin curvas, un piloto automático para que te adelanten por la izquierda sin que tu los veas, no gracias, oigo pero no escucho, critícame sin saña y te escucharé, permíteme estar alerta y enséñame el camino, un camino inevitablemente con curvas, las curvas de la vida.
Pero es verdad, ya os digo que no se lo dije a muchos, la mayoría te miran como si fueras Neo de “Matrix” y tu novia fuera Trinity, en fin, no es incomprensión, es desconocimiento. Si le preguntara a mi abuela, que en el cielo descansa, imagínense, pero pregúntenle a uno de esos trabajadores de Google en Silicon Valley y a ver qué les cuentan.
Si, escribo en un blog, ahora lo tengo aparcado, al igual que un libro que también estoy escribiendo, pero continuare porque me aporta cosas y cosas que no se pagan con dinero, para todo lo demas Mastercard.
Fíjense en Antonio Gaudí, de estudiante lo tomaron por loco y se convirtió en el artista del modernismo. El azar, que gobernó su vida, hizo que su afición al canto gregoriano lo condujera el lunes 7 de junio de 1926, a las 18:05 horas, a la Gran Vía barcelonesa, donde un tranvía de la línea 30 acabó con aquel genio discreto, en una curva de la vida que no conocía. El conductor que lo atropelló apartó el cuerpo y siguió su ruta, luego describiría a la víctima como -un vagabundo borracho que no miraba por dónde iba-. No sabemos cuáles fueron sus últimas palabras, pero sí que el motor de su existencia fue la pasión de vincular el arte a la naturaleza y de continuar la obra de Dios, el único arquitecto al que quiso emular. Siéntanse Gaudís por un momento y siéntanse contentos. Bienvenidos todos a esta nueva etapa de Bloggercedario, quizás una nueva etapa en nuestras vidas.
Lino