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Acerca de apaxito

Profesor de Wordpress, IT Manager en @ignuscommunity, escritor novel, fotógrafo amateur y mairenero adoptivo... y mucho #Betis

Mi teléfono suena runrun

Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en el que las pesadas y antiguas tecnologías hacían mella en el espíritu dadivoso de medio centenar de caimanes en celo, a orillas de un pequeño río en México.  ¿Y qué pasó? Muchas cosas, demasiadas.

Durante algunos meses, el nuevo Icaimand intentó hacerse fuerte en el mercado de los naturales de Cartier, ¡buen pelaje! Dicho aparatito intentó introducir las llamadas de teléfono, algo absurdo para los queridos reptiles de la zona que exclusivamente pasan horas y horas delante de la televisión, en dispositivos inmóviles para animales de dudosa moralidad. Y así es como Villa decidió apostar por las pesadas y antiguas tecnologías y decidió boicotear la salida del Icaimand.

Fue triste, fue duro pero sobre todo, fue increible. Ni lo más experimentados cazadores furtivos yo sin mi gato no habían conocido tales dimensiones populares. Revuelos, trifulcas, robos con intimidación de mandíbulas de apretar mucho. En fin, una locura acuática.

Debemos decir en defensa de Villa, presentador de un famoso canal de televisión terrestre, pero mu terrestre, que el que sus palabras avivacen justamente la opinión contraria no es para que lo juzguemos y condenemos como desastre de la naturaleza. Lo ha intentado, como cuando yo iba a los exámenes y me decía constantemente «apaxito, lo importante es participar». Pero si somos realistas, ¡qué vergüenza de Villa! independientemente de que su musculado cuerpo hormonado impidiera pasar desapercibida entre los grupos de largatos que esperaban a la salida del edificio principal de la cadena.

Y colorín colorado, este cuento, al que le falta una llamada ha terminado.

¿Quién es? ¿quién llama? Soy yo, quien te escribe. ¿Otra vez estamos con estas? Ya pasó con «tus celos», con «carmela», y ¿ahora también Villa?

Como diría aquél, «¡déjate de disnei».

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Una entrevista, nos vamos a comer…

¿Está usted preparado?

Depende.

¿De qué depende?

Na na na na na na naa na, nananaa dependeeeee.

¿Por qué Apaxito?

¿Por qué a qué?

¿Por qué su nick es Apaxito?

Es una historia muy larga, no le interesaría. Ahora que lo dice, es una pequeña «conversión» de un pequeño apodo que asumí, como muchos otros, de pequeño. Tengo más y muy interesantes, pregunte, pregunte. Por cierto, viene de mapache, que es que me pongo a rajar y rajar y me pierdo, ¡ay si me pierdo! entiéndelo, pregúntame, nananana nanananana…

¿Sigue cantando en una entrevista?

Le perdono.

Gracias, ¿cómo dice? A ver, a lo que íbamos, ¿desde cuándo escribe?

Probablemente desde que aprendí a escribir, día arriba, día abajo. Al principio lo hacía por desconocimiento, después simplemente por vicios, ya sabe, los vicios me pierden.

¿Tiene muchos vicios?

Aproximadamente todos, aunque todavía tengo ninguno. Me gusta el alcohol pero bebo poco (no dice lo mismo la grandísima despensa de mi piso; por cierto, ahí están cogiendo polvo), me gusta el vino pero bebo cerveza. No fumo y no creo que lo haga nunca, no me llama. Lo que sí me llaman son los dulces, puro vicio, me pierden, pero estoy en tratamiento, creo (¡ay los tocinos de cielo!). Tengo también pasión por el póker (torneos in situ, partidas por internet, apuestas deportivas, etc.) y los deportes, aunque sin practicarlos muy a menudo (menudooo, esas cannecitas). Sexo y café completan el círculo… ¡ay campanera!

Me he fijado en los títulos de sus posts, algo raros ¿no?

Reflejo la música que me viene a la mente ante un folio en blanco, virtual claro. Esperaba que le resultara original al menos. ¿Modestia? no gracias, debes dejarlo crecer. Mejor sencillo, sí, pero auténtico.

¿Tiene algo más que añadir?

Me gusta todo aquello que pueda provocar una impresión en mí, ya sea a modo de sentimientos, sensaciones, vivencias, recuerdos, experiencia, gatos, etc. ¡Por qué me encantan los gatos! Tengo uno o tenía. Que en paz descanse, lo digo porque estará durmiendo en su camita ahora mismo, ¡mi inspiración! Jamás pensé que un animalito peludo pudiera enseñarme tantas cosas, hacerme sentir emociones tan fuertes y formar parte de mí. Y recuerdo que no deja de ser un animal, pero también es mi Puchi.

¿Y para acabar, ahora sí de verdad?

Retomando la pregunta anterior, que creo tiene que ver con esta, mi experiencia aquí con vosotros ustedes (frase muy de mi tierra) forma parte del tipo de experiencias que me enseñan algo nuevo todos los días, conoceros es un reto y como me encanta apostar, juguemos y apostemos.

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Solamente una vez, viví en tu… ciudad

¡Qué bonita! me encanta, desde siempre. Sin duda eres mi ciudad favorita, me vistes nacer y me soportas año tras año, aunque no siempre he querido dejar mi sueño en ti. Sevilla, bonita donde las haya, coqueta en la tele, presencia en persona. Cuando más grandes son las ciudades que visito más me gusta tu pequeño encanto, pequeño porque no abusas de muchos barrios; los suficientes para bien, y para mal. Pero me encantas, eres mi ciudad favorita.

¡Oh no! me parece que no, sin duda mi ciudad favorita es Cádiz. Vivistes mis diabluras de pequeño. Una gran pena que no las recuerde, casi todas anécdotas que con gran maldad el destino no ha dejado que sigan en mi memoria. Por fortuna tengo a mi querida familia para recordarme aquellos momentos. Veranos. Travieso. Sin duda la tacita de plata es mi ciudad favorita.

¡Nada, nada! ¡olvidadlo! Mi ciudad favorita es sin duda Oporto, ¡qué recuerdos! primer viaje solo sin mis padres. Mis amigos y compañeros, testigos. ¡Vuelta a las travesuras pero con recuerdos! Las paquis, el padre de quién, toto… No creo que sea posible volver a estar en un sitio tan chungo, sí las cosas claras, y que me deje mejor sabor de boca. ¡Animalitos! ¡tres mil viviendas lusas! Las noches de camas que suben por las escaleras, pijamas de calor, perritos, desniveles, sopas de verduras. ¡Ya la encontré!

¡Qué grave error! ¿cómo he podido pasar de ella? ¡Karlsruhe! Sin duda mi ciudad favorita. Grandes amigos, grandes distancias, grandes transportes. ¡Qué tranquilidad! Vida más allá de mi inglés. Wie gets die? Danke, danke. Nemensi kredit karten? Sí.

¡No! Toledo es sin duda mi ciudad favorita. Ciudad para vivir, soñar despierto. Encanto entre calles estrechas. Vida más allá de los sentimientos. La felicidad es una rueda y gira, y tocaba estar arriba. Buenos recuerdos.

¡No! Santander, estaba claro. Ciudad brilla bajo el sol de la negrura de un corazón roto. Vida más allá de los sentimientos. La felicidad es una rueda y gira, y tocaba estar abajo. Recuerdos.

Tenerife te tengo presente. Eres la ciudad, esa ciudad. Me distes la vida que necesitaba y eres en sí, un todo, el todo. Por tu gente, por tus pueblos, por tus playas, y ¿por qué no? ¡Por tus leones marinos!

¡Cazorla! ¡Mérida! mejor Madrid, Aranjuez, y las que faltan por venir. Son mis ciudades favoritas porque ella me lo ha hecho sentir así. Ella está presente en mí, y con ella las ciudades se presentan ante mí con ese brillo que inconfundiblemente me hacen decirme, son ellas, mis ciudades favoritas. Amigos que siempre estarán ahí, que me recuerdan lo afortunado que puede llegar a ser uno. Pero lo más importante eres tú, tú y tú. Tú eres mi ciudad favorita. Aparecistes y me haces sentir lo que nadie había logrado hasta ahora y que no pensaba que se pudiera sentir. No tienes nombre paradisíaco porque, Cristina, tú ya lo generas en mí.

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Nada valgo sin mis celos

– No me encuentro bien, me siento presionado en este sin vivir.

– ¿Por qué?

– No lo sé, pero no puedo más. Cuando estoy muy cerca me quedo pegado a ella y me cuesta mucho despegarme.

– ¿Y es malo?

– Al principio pensaba que no, pero nada más pensar que…

– ¿Qué? ¿qué? ¡qué!

– Que si no estoy junto a ella puede venir alguien más.

– ¿Inseguridad?

– No, no, es algo físico.

– ¿Fisiológico?

– No, no, físico.

– ¿No hay nada que te alivie?

– No. Me reconcome por dentro. Cuando me alejo un poco de ella todo cambia, no es lo mismo.

– ¿Qué cambia?

– No puedo volver a estar junto a ella tan cerca como antes. Me siento despegado de ella.

– ¿Y te pasa mucho?

– Desde que tengo uso.

– ¿Y mejora con el tiempo?

– Me temo que no.

– ¡Celos, celos y más celos! ¡siempre igual! volved a vuestra cola, estáis en la de pegamento de cola.

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Víciame, víciame mucho

«Tengo vicios y de todos los colores», a modo de reunión de viciosos anónimos hoy aquí me descubro, pudiera ser. El vicio tiene casi tantas acepciones que no sabría cómo catalogar todos los excesos que contemplo.

Entre los más populares se encuentran el tabaco, alcohol, drogas más fuertes que las dos anteriores, juego, sexo. Por otro lado podríamos contar con adicciones menores tales como el chocolate (no vuelvo a hablar de drogas) y el café; incluso podría hablar del deporte, la comida, el trabajo y las aficiones, si nos ponemos meticulosos en el tema.

Pues yo nada de eso, no considero que mis aficiones al alcohol, juego, sexo y café sean lo suficientemente excesivas como para catologarlas de vicios, pero como son consideradas así, ¡he aquí mis vicios! pero no es de lo que quiero hablaros, no de lo que me evoca a mí la frase «¡qué vicio!».

Anoche tuve un recuerdo, sea por nostalgia o por pocas horas de sueño esta semana, y fue bonito; lo más preocupante es que me vieniera al pelo para este post jeje. Para mí, mi vicio, mi qué vicio, es un recuerdo de la infancia, como decimos en mi tierra «to chiquinino», en una máquina recreativa de aquellas de cinco duros jugando a las tortugas ninjas y escuchando cómo se referían a mí otros niños mientras pasaba una tras otras las fases del videojuego:

¡qué vicio tiene!

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Y ahí estás tú, tú

Según el diccionario de la real academia de mi casa, y no con ello quiero hacer publicidad a cierta empresa de muebles por montar, «caja tonta» dícese de aquel objeto cuya naturaleza tecnológica le impide una comunicación bidireccional con su usuario, mostrándose como un elemento sin posibilidad de interactividad… ¡hasta qué el buen uso de la TDT lo evite!

No sé si tonta, o más bien basurilla, pero si bien es cierto que su uso decae en mi piso hostil (nominada a los oscars como mejor película de ficción).

Pero no quiero echarle la culpa a mi cajita, ella no tiene culpa alguna del uso que le dan los creadores de sus contenidos, ni tampoco de la selección que luego hacemos nosotros. ¡Ay mi tonta! que le digo yo todas las mañanas, mientras la observo con una taza de café a lo lejos, a oscuras (a oscuras ella, claro).

Este es mi primer aporte al blog, y mi oki, mi inspiración.

«Pudo haber sido mejor pero entonces no hubiese sido mío. Pudo haber sido peor pero entonces seguro que no hubiese mío».

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