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Doce hombres sin piedad

Tras ejercer un golpe en la mesa con el martillo de madera, el juez Dickson pronunció la, para él, repetitiva frase: “Visto para sentencia”. Acompañados por el alguacil, todos los miembros del jurado se adentraron en una pequeña sala que, una vez traspasada por su último componente, inmediatamente quedó cerrada. Una larga mesa, con cinco sillas apostadas en cada uno de sus laterales más otras dos en ambas cabeceras, se encontraba ya predispuesta con el mismo número de cuadernos. Como si fuese una predicción sobre la dificultad de la decisión a tomar, los cuadernos se hallaban acompañados de unos simples lapiceros que incluían, en su parte superior, una pequeña goma de borrar. En uno de los extremos de la habitación la única puerta de la sala, excepto por la que se habían adentrado a la misma, conducía a un pequeño cuarto de baño totalmente equipado aunque, en el lugar de la bañera se había optado por ubicar una simple ducha. Una ventana que, nada más traspasar el alféizar, curiosamente estaba enrejada. Era la única salida hacia el exterior, si por exterior pudiera considerarse el patio interior del edificio que allí se mostraba. A su izquierda, vistiendo uno de los rincones de la habitación, un mueble aparador daba cobijo a dos cafeteras así como al resto del servicio suficiente para su elaboración y degustación.

La primera decisión que tuvieron que tomar era la de nombrar presidente del jurado. Aunque simple, empezaron las primeras discusiones acerca de si debía ser una votación secreta o no. Después, si tenían que escribir el nombre de cada uno de ellos en las papeletas o simplemente un número, ya previamente asignado en función de su orden de colocación en la mesa. Y la tercera, sin que todavía las dos anteriores hubiesen sido resueltas, lo fue consecuencia del absurdo acaloramiento de las intrascendentes decisiones. Así es como, el número 6, sacó un pitillo que no logró encender ante la protesta del número 10. Decidieron, esta vez por simple y escasa mayoría, y a cara descubierta, que se podría fumar. Quizá fuese el efecto placebo del ya consistente humo que pululaba en la habitación pero, cierto es, que encontraron rápidamente solución a los anteriores dilemas y, es así que, las papeletas reflejaron que el número 3 fuese nombrado presidente.

El brutal asesinato de Jimmy, un pequeño de tan solo seis años y que previamente sufrió violación sexual, había escandalizado a buena parte de la opinión pública. Desde el primer instante las sospechas apuntaron a Tobías Hindle, un grandullón de raza negra que no había desarrollado sus facultades en relación a su edad. Sin embargo Tobías, nunca había hecho mal a nadie. Es verdad que se le veía muy a menudo, en el parque, cerca de los niños; jugaba con ellos no solo por mera distracción sino, más bien, porque él era un niño embutido en un cuerpo grande. Las madres de los pequeños lo apreciaban y, en esa continua vigilancia que se efectúa al mismo tiempo que departes con las amigas sentada en uno de los bancos del parque, observaban como Tobías ayudaba a los pequeños a deslizarse por el tobogán, único sitio en el que él, por su gran cuerpo, no podía utilizar.

Aquella tarde Tobías decidió acercarse al parque Larrigton. Tan solo debía atravesar la avenida Stanford y allí aparecía a su vista el mejor parque de la ciudad. Frondosos árboles salteados en una inmensa pradera verde, con césped bien cuidado. En su centro, un pequeño lago en el que plácidamente se deslizaban por sus aguas unos bellos cisnes blancos acompañados por un buen número de patos de diferentes plumajes. Se encaminó al lugar de juego de los más pequeños para, también él, disfrutar en su compañía de los columpios y toboganes. Sin embargo, la inmediata respuesta de las madres allí congregadas una vez se dieron cuenta que Tobías jugaba con los niños, fue elocuente. Había traspasado el límite de lo permitido. La avenida Stanford era la línea que dividía la ciudad según el color de la piel de sus ocupantes. Tobías no era bienvenido allí y, aún cuando el pequeño Jimmy insistía tirando de la mano de Tobías para que continuara el juego con él, debió de marcharse raudo ante la súbita aparición de un pequeño revólver sacado de uno de los bolsos de una madre.

A la mañana siguiente la noticia sobre la violación y asesinato de Jimmy produjo la inmediata detención de Tobías por la policía. Tanto es así que, suerte tuvo Tobías que el primero en llegar fuese el jefe de policía pues, pocos minutos más tarde, un buen gentío rodeaba la casa de Tobías apreciándose claramente como, en su mayoría, iban fuertemente armados.

La reunión no se hizo esperar. Alrededor de una hoguera los pitillos se consumían al mismo ritmo que las brasas siendo así que hasta difícil se hacía diferenciar el humo del tabaco del producido por la propia leña. Las túnicas blancas que envolvían los cuerpos de los asistentes fueron recompuestas añadiendo a las mismas un estilizado capirote blanco. Entre la maraña de gente surgió el definitivo grito de guerra: “Justicia para Jimmy”. El todopoderoso Ku Klux Klan había hecho acto de presencia y Tobías había sido el elegido.

( Continuará…. )

JOSE MANUEL BELTRAN

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, de forma descarnada, poco después de descubrirse el paradero del cuerpo. Hasta entonces, y aún a pesar de la poca edad de Alicia, el tratamiento del suceso había sido el habitual, es decir, unas pocas líneas.

Alicia, de tan solo seis años de edad, fue vista por última vez a eso de las seis de la tarde. Jugaba con otras amigas en el parque cercano a su casa al supuesto cuidado de su abuelo, quién aparecía más entretenido en la partida de ajedrez que, de forma habitual, disputaba con su amigo Ramón en uno de los bancos del parque. Las amigas de Alicia solo recordaban que ella fue quien se decidió a cruzar el seto para recoger la pelota, torpemente lanzada por una de ellas, y que se alejó de la zona demarcada de juego. Alicia no volvió y es allí donde la tragedia empezó a fraguarse.

Es verdad que J.R.C., a esas horas,  se encontraba en esa misma zona como también es verdad que fue él quien ayudó a Alicia a sacar la pelota de un pequeño zarzal ubicado al otro lado del seto. Pero, por mucho empeño que puso su abogado ante el juez especialmente nombrado, con hincapié en la inexistencia de pruebas fehacientes el veredicto fue de culpabilidad. Valieron más las presiones de los medios de comunicación, así como la de los familiares –éstas de por sí lógicas por su dolor- que se veían incrementadas por las de los curiosos, vecinos y todos aquellos que se dejaban manipular por la pasión y no por la razón. El cuerpo de Alicia apareció salvajemente golpeado y el dictamen del forense detallaba que también había sido objeto de abuso sexual con penetración.

Doce años y cuatro meses. Ese era el tiempo que hacía desde que ocurrieron los hechos. El mismo tiempo que JRC, primero en prisión provisional durante año y medio, y después con condena firme llevaba recluido en la cárcel de Guadalajara. La cárcel es ya de por sí un suplicio pero para un violador lo es mucho más: es un peligro superior al del exterior. JRC siempre afirmó de su inocencia aunque este detalle era superficial: todos los condenados dicen que son inocentes, por lo que podría seguir anunciándolo durante otros doce años más hasta completar su condena. Toda una vida por delante, toda una vida perdida entre rejas sabedor él que no tuvo nada que ver con el asunto.

El abogado de JRC, fiel a su convicción profesional así como a la personal con su cliente, no cejó ni un instante durante todo este tiempo. Sí, lo logró. Ahora se trataba de darle la misma o mayor publicidad que la que tuvo en su día. Fue él quién convocó a todos los medios que, por supuesto, se hicieron eco de la sorprendente noticia.

La pequeña ventana del confesionario se abrió. Una voz lánguida susurró: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

–          Padre, yo me confieso.

–          Dime, hijo.

–          No sé hasta que punto la presión social fue superior a mi conciencia como profesional. Cometí un grave error que ahora quiero reparar ante Dios.

La confesión se hizo extensa pues así lo necesitaba quién, arrodillado, no sabía como exculparse. Al final cumplió con la penitencia impuesta. Tres Padre Nuestro y dos Ave María. Después de ese deber se dirigió hacia la salida. Allí, las cámaras de televisión y el resto de los periodistas y fotógrafos asediaron al penitente.

–          Juez, ¿es verdad que ha quedado demostrado que JRC, a quién usted condenó por la muerte y violación de Alicia, es inocente?

El juez solo les dio una respuesta.

–          Yo ya me confesado ante Dios y ya he cumplido con mi penitencia.

Han pasado dos años desde que JRC salió de la cárcel. Todavía sigue pensando que la sociedad no terminará nunca de pagar la deuda que mantiene con él, sobre todo porque él también confesó en su día, lo que ocurre es que él decía la verdad.

JOSE MANUEL BELTRAN

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Libertad sin seguridad no es libertad

Eeeefestivamente!!!  como diria el otro «no es libertad es libertinaje»!!

Mi pregunta, aunque parezca muy profunda (cosa por otra parte rara en mi) seria: libertad para hacer que?

Para fumar donde yo quiero, para pasar de 13O km/h por autopista, o…., para estafar 3.OOO milones de euros en tu empresa y tener los santos cojones de seguir por la calle sin que nadie me rompa las dos piernas!!!

Aun hace poco condenaron a un mendigo por robar (eso si con violencia) media barra de pan, porque tenia hambre, a 18 meses de carcel. O sea un delito de una importancia total…..

Ahora bien, el presidente de la CCM (Caja Castilla la Mancha), el Sr. Hernandez Molto, con carnet de «progre», mete un clavo a su empresa de 3.OOO millones de euros, que vamos a reponer entre todos y por encima lo van a hacer vicepresidente de la nueva caja de ahorros resultado de la fusion entre Unicaja y la CCM.

Debe de ser que el pobre mendigo condenado tenia sus ahorros en esta caja, la CCM, y robo media barra de pan para que cuando se pusiese duro lanzarselo a la cabeza al presidente de la caja de ahorros, arriba citado. !!!Claro, por eso de lo de la carcel, porque estaba planeando un intento de asesinato cuando robo la media barra de pan!!!

En este pais cada dia hay menos libertad, eso es un hecho; porque mientras los que se encarguen de administrar justicia y por lo tanto de administar las libertades de todos esten de caceria, jugando al golf o sencillamente pidan una afiliciacion politica para  administrar «la que dicen que es ciega», las libertades estaran completamente en peligro.

Que se puede esperar de un pais como este, en el que un ministro dimite, por clara prevaricacion y hoy por la manana en prensa sale que tiene un sueldo mensual de 11.1OO euros al mes. A lo mejor tambien tiene que robar media barra de pan por tener hambre…..!!!!

Cada vez estoy mas convencido que la libertad de cada uno llega hasta que atentas contra la libertad de otro que es mas poderoso que tu. En ese momento, se acabaron tus libertades.

Me pone ultimamente de mala leche la plataforma surgida «AntiMercadona». Sabeis que ha decidido quitar 8OO marcas de grandes productores y sustituirlos por marcas blancas. Se ha montado esta plataforma porque dicen «que atenta contra la libertad de compra de los clientes, que no pueden elegir». !!!Vamos a ver!!! Mercadona es una empresa privada que es libre de hacer lo que quiera al igual que los clientes son libres de dejar de ir a comprar, pero montar esto, es un atentado contra las libertades de una empresa…que cojones de libertad es esa? que no vayan a comprar, si nadie les obliga….

Aqui, lo que pasa es que la gente confunde derechos con obligaciones y eso es lo que acaba con las libertades.

Tu tienes el derecho a comprar la marca que quieras, y eso obliga a que la tienda que tu digas, esta obligada a ofertartela,….., o sea que no puede de ser libre de hacer lo que le de la gana….

Cuando los derechos que tenemos pensamos que son obligaciones para los demas, las libertades se encuentran sin salvaguarda……  preguntar al pobre mendigo encarcelado, tiene derecho a un trabajo, a una vivienda, pero nadie tiene la obligacion de darsela  y asi acabo la cosa como acabo!!!

Proximo turno para G – Gaby – Fin de Semana

Salta turno a: F – Saralm – Activo

Salta turno a: C – 08sandra – Activo

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Una historia, por desgracia, real

Ojala ésta fuera una historia de mi imaginación, algo alegre y divertido o algo reflexivo pero agradable. Una historia, por desgracia real, he leido cuando veo que me ha tocado mi turno. De verdad poco animosa me he sentido luego de leer los títulares en «noticias internacionales» de esta mañana, «Buscan el cuerpo de Marta».

Y sin embargo, aqui me tienen escribiéndoles una historia real, tristemente real, el desenlace amargo de la desaparición de la sevillana Marta, chica de 17 años de la que no se sabía desde hacía 22 días.   La familia en pleno triste y esperanzada, ha buscado desde entonces a la joven, la madre sufriente solo podía pedir que su hija volviera a casa, la sociedad? abrigar la esperanza que la chica estaría de vuelta sana y salva.

No ha sido asi, el cuerpo de Marta es buscado hoy por la policía en el río Guadalquivir, a donde según ha confesado su asesino, la ha lanzado luego de matarla.  Mal día para todos, para una familia que ve destruirse su última esperanza de recuperar a la hija desaparecida, para la sociedad en pleno, impotentes ante un nuevo asesinato de género, no exploremos de qué? ya unos dirán pasional o de lo que sea, la verdad? un asesinato sin más, real y tristemente.

Pero qué ha pasado? un «exnovio», al que la familia ahora pide no catalogar como tal, la ha asesinado, los motivos? se desconocen, pero podemos avistar otro caso de violencia de género, que ocurre como en todo lugar a cada momento, y no por eso deja de ser doloroso e indignante.  Las leyes? bien gracias, en Europa, América y más lugares, unos años de cárcel se suponen justicia para las mujeres asesinadas.  La ley no es justa ciertamente, sobretodo para las mujeres.

Y no queriendo parecerles una feminista militante, sé que tanto ustedes como yo, pensarán un momento en la madre, en el padre, el hermano, el amigo…en miles de mujeres muertas y otros tantas maltratadas….cuánto debemos esperar para que la justicia sea más drástica y sirva de verdad en una advertencia para aquellos, perdónenme si me expreso así, «cobardes, asesinos» y demás menos amables calificativos que algunos les darán, se lo piensen antes de golpear, abusar y matar a otra mujer?

Que todo el peso de la ley caiga sobre el que, creyéndose muy «macho» ha robado la vida a una adolescente, resignación y consuelo para su familia, y la esperanza como ya dije muchas veces, de que el mundo un día sea un mundo más seguro sobretodo para las mujeres.

Turno para: N – Sonvak – Activo

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