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Esperanzas

No siempre nuestras esperanzas se centran en aquellas cosas que no podemos conseguir, aunque si nos preguntas a todos… seguro que apoyamos las esperanzas de:

1.- Un mundo sin guerras.

2.- Vencer (o sea eliminar) el dolor y la muerte.

3.- Salud, bienestar y libertad para toda la gente.

Pero lamentablemente eso son cosas que, por muy deseables que sean, no pasan de ser una vana esperanza. Nos guste o no la muerte es la señora del mundo y todos acabaremos allí. En cuanto al camino y al como… debemos recordar que en múltiples ocasiones somos los propios humanos los que causamos la desgracia al prójimo, sea por acción, unos pocos, o por omisión, la gran mayoría.

Era otro mi ánimo cuando propuse este tema para el blog, pero la información, como malamente nuestro parlamento ha lamentado, «profusamente difundida» de la muerte de Orlando Zapata Tamayo ha cambiado mi ánimo.

Uno tiene la esperanza, ante la noticia de una huelga de hambre, que servirá para mover las conciencias de los malvados y liberar a los oprimidos, cuando, como en este caso, es realizada por un hombre injustamente perseguido, o simplemente espera que el huelguista se muera, como el pasado caso de Ignacio Dejuana Chaos. Pero nuestras esperanzas se ven una y otra vez frustradas, pues ante un opresor fuerte es un medio inútil, que finaliza con la muerte de un hombre bueno sin conseguir nada, pues nada ha conseguido, pese a que ahora esperemos que sirva de revulsivo. Mientras que cuando es realizada por el inicuo, falaz y asesino, frente a un gobierno débil o un pueblo horrado, tiene como efecto que este se salga con la suya, como lamentablemente hemos visto o que el gobierno se vea desprestigiado, como pasó en el caso de los gobiernos británicos, frente a su opinión publica.

Nuevamente nuestras esperanzas de un mundo mejor se ven lamentablemente frustradas.

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Lo importante es el presente

POR C – 08SANDRA – ACTIVO

Lo importante es el presente, si se tiene presente, Margot tiene un pasado y no me refiero a un pasado oscuro, sino al pasado que tenemos todas las personas cuando vamos creciendo, era una trabajadora nata, una mujer con ilusiones, ambiciones y con ganas, muchas ganas de vivir. Su infancia fue normalita tirando a cutre, la mayor de 5 hermanos siempre le caían las culpas de lo que le pasaba a los más pequeños, tenía que cuidarlos, ayudar en casa, cuidar de su abuela enferma y un montón de cosas más que no eran típicas de su edad, la edad en que los niños/as deben jugar. Años más tarde Margot y porque el destino es caprichoso conoció a un chico, ella sólo tenía 12 años y él 14, pero como digo el destino es caprichoso y se hicieron inseparables y novios. Sus padres no aceptaron nunca esta relación y le hicieron la vida imposible, nada de salir, nada de playa, nada de nada. Los jóvenes tenían que hacer malabares para verse y robar minutos a algún recado que ella hacía para poder estar juntos.

Margot no entendía nada, pasaron los años y el amor de los jóvenes al contrario de ser una cosa pasajera se hizo más y más fuerte. Hasta que un día, el chico decidió hablar con su «suegro» y dejarle claro que se querían y que querían estar juntos por muy jóvenes que fueran. Lo padres a regañadientes admitieron la relación pero con condiciones tan estúpidas como «a las 10 en casa» «salidas con carabina» y todo tipo de artimañas para que Margot y su joven «novio» se aburrieran. Aunque ellos, lejos de aburrirse se hicieron fuertes, soportando todo tipo de imbecilidades que hoy día darían risa.
Los años pasaban y los jóvenes se hicieron mayores, tenían 23 y 25 años cuando por fin dieron «el sí quiero» por la iglesia por supuesto, para no dar disgustos a nadie. Los primeros años de casados pudieron disfrutar dentro de sus posibilidades de un poco más de libertad, pero sólo trabajaba él y tenían el dinero casi justo para gastos y poco para diversión. Pronto Margot, vio que no era eso lo que ella imaginaba, después de una infancia y adolescencia truncada por sus padres. Margot, al poco tiempo encontró trabajo, un trabajo que le gustaba, le apasionaba y sobre todo la hacía independiente, terminaron de amueblar la casa, se compraron algunos caprichos y viajaron que era lo que a ella le entusiasmaba, pero eso no duró mucho, por regulación de empleo ella perdió su trabajo y volvió a las 4 paredes de su casa a ejercer de ama de casa, fueron pasando los años y Margot no tenía trabajo, eso la hizo caer en una depresión crónica y a lamentarse de que la vida era muy injusta con ella. Su marido hacía todo lo posible por animarla y ayudarla, pero cuando una persona cae en eso se aísla de todo y de todos y muchas veces no se deja ayudar todo lo que debiera.

Libertad

Al cabo de un tiempo, los padres de ella, se vieron envueltos en un grave problema económico, recurriendo a sus hijos, todos menos Margot y su marido le dieron la espalda, le ayudaron y perdieron los pocos ahorros que tenían y siguieron ayudándole años y años hasta que lograron salir del inesperado golpe económico. Por posicionarse junto a sus padres la relación entre los hermanos y Margot se deterioró hasta el punto de no hablarse ninguno. Margot se encontró más sola que nunca y se preguntaba qué había hecho mal y cuando le tocaría a ella disfrutar. Ya no es la misma, no le importa las fiestas, se ha metido en su coraza y evita a toda persona que le hace daño, sin darse cuenta que quien más daño le ha podido hacer son sus padres.

Margot vive inmersa en sus recuerdos de los años que trabajaba, la gente que conoció y sobre todo de cuando tenía poder de decisión, ahora tiene que preguntar a su marido si pueden hacer esto o lo otro y eso le puede, piensa que no tiene presente porque está enferma y no ve el momento de salir de esa enfermedad que la mina por dentro. Ella pone de su parte, pero las fuerzas le fallan muchas veces y pasa las noches en vela y sus días no tiene luz, ya no tiene fuerzas para seguir, a pesar de estar con el amor de su vida, no se encuentra realizada.
A veces, recuerda todo lo que pasó de niña y que quizás si hubiera tenido más libertad las cosas hubieran sido de otra manera, hubiera podido salir con sus amigas y disfrutar, cosa que ahora no puede porque aunque tiene más libertad no le quedan ganas de luchar.

Próximo turno para: E – Lino – Activo

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¿Tanto cuesta decir un sí, quiero?

Por supuesto que cuesta decir sí quiero y a las pruebas me remito:
Un hombre soltero llega a casa a la hora que le da la gana, puede andar por casa libremente en calzoncillos, con una lata de cerveza en mano hablando por el móvil a todo tren, se queda viendo la tele o chateando con sus «amigas» hasta altas horas de la noche, invita a dormir a quien quiere, hace reuniones de amig0s los viernes por la noche, los domingos en la mañana nadie le molesta para que vaya a por churros para desayunar, le sobra dinero cada mes, no pide disculpas a nadie por sus acciones, ni tiene que andar rogando por un miserable polvo.
No tiene que vender su flamante «moto» con la que tanto fardaba (¡ay! si la moto hablara) para conseguir «dinero para los niñ@s para el día de mañana».
Tampoco tiene que pelearse por el monopolio del mando a distancia, ni tener siempre a la vista el móvil para que no te lo registren…
Esto por un lado, y por el otro está:
Un si quiero, sale caro, el «anillo» que regala se convierte en grillete para toda la vida, el sí, quiero hace que engorde y/o que se le caiga el pelo. En su frente le graban, como si de un video-juego se tratase, las palabras «GAME OVER».

Los anillos, a veces se convierten en grilletes

Los anillos, a veces se convierten en grilletes

Ella, pasa en un breve plazo de tiempo de erótica a neurótica. El día del sí quiero se viste por lo general de oscuro, como si de un funeral se tratase y es que realmente para él lo es, según sus amigos es mejor convivir. Además de que es más fácil escapar, «Convivir es ideal. Haces lo mismo que hacen los casados, y el que se aburre, se viste y se va».
Un sí quiero, para el género masculino, significa más problemas mentales, que si la hipoteca, la luz, el coche, los aniversarios, cumpleaños y otras hierbas, las comidas con los suegr@s, las bromitas pesadas de los cuñad@s, todo son «contras» y además según Zsa Zsa Gabor: «Hasta casarse un hombre es inacabado y después está acabado».

¡Cariño! No olvides leer las instrucciones del inodoro

¡Cariño! No olvides leer las instrucciones del inodoro

Con todo esto queda claro lo que cuesta decir sí quiero, pero lo peor de todo, es que desde ese día: «deberá bajar siempre la tapa del inodoro».

 Próximo turno para: F – Saralm – Activo

Salta turno a: G – Gaby – Fin de Semana

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¿Podemos crear arte en el Blogguercedario?

¿Podemos crear arte en el Bloggercedario? Pues evidentemente que sí, pues según el diccionario de la Real Academia se llama arte a la actividad mediante la cual el ser humano expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, a través de recursos plásticos, lingüísticos, sonoros, o mixtos.

La Blogosfera está llena ¿pero de qué?

La Blogosfera está llena ¿pero de qué?

Evidentemente, la blogosfera se llena cada vez más de propuestas, pero casi todas, por no decir todas, persiguen lo mismo, ser los números uno en su temática a través de redes sociales, que dicho sea de paso dejan mucho que desear. La gente habla de trampa, ya que en numerosas ocasiones los primeros puestos no lo ocupan los blogs verdaderamente buenos, sino aquellos en que sus contenidos dejan mucho que desear, sin coherencia, sin reglas ortográficas, tan importante para establecer y facilitar la comunicación entre sus lectores. Lo importante para ellos, no es el contenido sino el continente.

Aqui podemos ver, oir y hablar...

Aquí podemos ver, oir y hablar...

El Bloggercedario, no es uno más de ellos, es contenido original, interesante, fuera de rutina y sobre todo donde podemos expresarnos con toda libertad de los temas más diversos y sin miedo a encontrarnos puertas cerradas. Es dar a conocer nuestras ideas poniendo a prueba nuestra inventiva.

D – Rosma – Activo

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