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Mil historias en la cabeza

Por Sara

Queridos compañeros del Blogguercedario: Feliz año. (por si no os lo había dicho). La verdad es que no me gustan las Navidades, ya que se supone que son días de reunión familiar, fiestas, bondad… blabla.

Mi familia no vive en España, cada año faltan más seres queridos, y para colmo de los males, apenas puedo salir porque hace 6 meses me destrocé una pierna mientras me tomaba un descanso escribiendo para este mismo blog.

Se supone que este nuevo año va a ser bueno, al menos eso señala la intuición de los que me rodean. Creo que peor no puede ser, pero no voy a hablar muy alto.

El caso es que, aunque no participe en las celebraciones, las navidades me trastornan. Todo se revoluciona, y ya no sé si vivo en sábado, domingo o jueves. Así que claro, llega el lunes y se me echa encima el tema del Blogguercedario. Y mientras hago planes para cuando me den el alta de una puñetera vez, intento llevar el máster al día, atender a todos mis amigos que están pasando por aquí las vacaciones, va el jefe y plantea el tema: Genio y figura. Que me recuerda al programa de chistes que había en la tele hace muchos años que lanzó a la fama a varios graciosillos de la farándula española.

Pues me vais a perdonar que no haga la reflexión pertinente, pero quiero centrarme en el regalo que quiero haceros. No tengo ni idea de qué hacer, y menos desde el triunfo de Gorio con su canción, creo que ese regalo es insuperable. Así que no esperéis gran cosa de mi parte, ni un vídeo haciendo capoeira porque soy muy tímida. Disculpadme si el regalo llega tarde… pero agarrándome al refranero español, “más vale tarde que nunca” y una vez más, me paso el tema semanal por el forro y escribo lo que quiero. Ya sabéis, “genio y figura hasta la sepultura”.

Saludos a todos y feliz 2010.

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Post del día de Navidad, je…

Tenía varias ideas en la cabeza para este post, cosa que por suerte, suele ocurrirme. La que más me gustaba era aquella en la que versionaba «Cuento de Navidad» y los espíritus de las Navidades pasadas, presentes y futuras visitaban a Sito… para convencerlo de que nos diese una cesta de navidad, je. Sin embargo, tras leer todos vuestros post, he decidido pasar de la ficción y escribir un post hablando de por qué me gusta la Navidad… con lo cual, aquellos que no sois fans de estas fechas casi es mejor que dejeis de leer 😀

MOTIVOS POR LOS QUE ME GUSTA LA NAVIDAD (el orden no va en relación a la importancia):

1º/ Por la ilusión de los niños. Porque todavía sigue aquí esa niña que cree en la magia. Esa niña que sonríe feliz cuandos en sus ojos se reflejan las luces de los adornos navideños. Esa niña que tararea villancicos… El otro dia, en mi estudio de pintura, viví un momento precioso al final del cual todos acabamos partiéndonos de risa. La cosa comenzó con una de mis alumnas pequeñas, de 5 años… dijo que había aprendido un nuevo villancico y de ese villancico solo sabía el comienzo «Campana sobre campana» y cantó el comienzo, yo la acompañé y poco a poco las voces comenzaron a sumarse hasta que todos los alumnos, también adultos, y yo, acabamos cantando el villancico. Cuando finalizamos se me escapó un comentario: «esto ya parece una película musical«… y todos acabamos riendonos a carcajadas. Pero la verdad es que fue un momento precioso, digno de la Navidad.

Otro momento típico de mis navidades es aquel en que algún alumno «sabidillo» de 9 ó 10 años le dice a los pequeños que ni Papa Nöel ni los Reyes Magos existen. Y ahí salta la Sonvak que defiende apasionadamente cualquier causa que le parezca adecuada, y desde luego, mantener la ilusión de los peques es la mejor de las causas, con lo cual acabo dando un discurso que gira alrededor de que el creer no se hace con la cabeza sino con el corazón, y que si uno en su corazón siente que Papa Nöel existe (o SSMM los Reyes Magos) pues entonces así es. Y lo finalizo diciendo que desde luego yo sí creo en Papa Nöel y los Reyes Magos, con una cara muy seria, je. Al final, el alumno «sabidillo» se queda dudando de sus propias palabras o incluso cediendo, y los peques con su ilusión intacta. Y yo me siento bien y con la misión cumplida.

2º/ Los adornos navideños: me encantaaaaaaaan, porque sino la Navidad no parecería tal. La ambientación siempre es importante. Eso sí, a poder ser, con cierto gusto.

3º/ Las sonrisas de la gente. Están ahí todo el año, pero en Navidad parecen intensificarse.

4º/ ¿Espíritu consumista?. Odio ir de compras y sin embargo me entusiasmo buscando el regalo perfecto para cada persona, poniendo todo el cariño en el empeño. No es que sea tarea fácil pues hay que adecuarla al bolsillo, pero aún así vale la pena.

5º/ La lotería… Lo curioso es que no suelo jugar, pero me encanta oir su retransmisión el día 22 y pensar en la cantidad de gente que se sentirá aliviada económicamente.

6º/ Compartir estas fechas con la familia. Eso me colma el corazón. Soy persona de visitar todas las semanas a la familia, para mi lo más importante, y en esta época del año es como si festejara la existencia de mi familia, como si diera gracias especialmente por tenerlos ahí. También es cierto que las ausencias se sienten más presentes de lo habitual y que hay momentos en que los ojos se te empañan por la triste emoción. Pero me siento a la mesa, los contemplo a todos, añoro a los que no puedo contemplar, y me siento rebosante de amor hacia ellos, mi familia, y doy gracias.

CONCLUSIÓN: Seguro se me quedan cosas en el tintero, pero para mi la Navidad es una tradición digna de ser conservada. Son unas fechas de agradecimiento, de amor y de magia. Unas fechas de buenos sentimientos.

Así que hoy es viernes, 25 de diciembre y con una sonrisa en la cara y mucho cariño yo os deseo FELIZ NAVIDAD!!! 😀

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¿Blanca Navidad?

¿Blanca Navidad?

Desde hace ya varios años, por motivos personales No celebro la Navidad, es más es la peor época del año, tanto que cuando se va acercando me pongo enferma y estoy deseando que llegue el 6 de enero por la noche. Es entonces cuando respiro más tranquila…
La Navidad era fabulosa, al menos para mí, cuando nos reuníamos todos los hermanos con mis padres y compartíamos los buenos platos que mi madre se esmeraba en preparar. Había cariño, unión y felicidad, pero las cosas cambian y ya no hay na de na, así que aunque no quería dejar de participar en el tema de la semana, no puedo ni deseo hablar de lo que llaman «la blanca Navidad», ni blanca ni de cualquier otro color, para mí son unos días muy tristes. Sin embargo respeto a todos los que quieren y pueden celebrarla y por eso os dejo un vídeo que espero os guste. Y por supuesto que os deseo una Feliz Navidad a tod@s , una cosa no quita la otra…

SANDRA

 

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El regalo de Gorio

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Navidad versus Primavera

En Navidad  el tiempo es de fiar. Sales de casa por la mañana y hace frío y con un poco de suerte nieva y hay una niebla chulísima. Cuando vuelves a casa por la tarde seguirá haciendo frío y es posible que durante todo el día no haya parado de jarrear.
En primavera hace un calor asqueroso, pero no te puedes confiar. Lo mismo hace calor por la mañana y cuando vuelves por la tarde ha caído la mundial de lluvia, se ha levantado un viento huracanado y llegas a casa con una tiritona.
 
En Navidad sabes qué ropa tienes que ponerte: toda la que haya en el armario. Calcetines chulos de colorines, botas guays resistentes al agua, un abrigo gordo con el que pareces un muñeco michelín, unos guantes preciosos, bufanda y además todos mis gorros. Todo el mundo va igual: forrado. 
En primavera llega el confusionismo estilístico. ¿ Qué te pones? ¿Manga corta con medias? ¿ Manga larga sin calcetines? ¿ Tirantes será demasiado? Mejor botas no, pero sandalias tampoco, ¡Dios mio! necesito zapatos de entretiempo..pero..¿qué coño es entretiempo? Un stress. Sales a la calle y te das cuenta de que no solo tú no sabes que ponerte, en 20 metros de acera ves a gente con botas y forro polar y otros con sandalias y tirantes.
En Navidad estoy pletórica de energía. Nada me da pereza. Quiero hacer cosas, salir de compras, ver amigos, ver a mi familia, ver incluso a mi familia política, ir al cine, a exposiciones, a ver las luces de Navidad, a pasear forrado de ropa. Soy actividad permanente.
En primavera no quiero hacer nada, no quiero comer, no quiero levantarme de la cama, todo el mundo me cae mal, mi trabajo me horroriza, mi familia me da pereza, mis amigos son plastas, no quiero salir de casa, no quiero pasear, no quiero hacer nada, mas que estar en mi sofá leyendo y esperar a que llegue el otoño o a que me toque la lotería y poder irme a vivir a algún sitio sin primavera. Si me dejaran hibernaria.
 
En Navidad hay regalos. Para hacer y para recibir. Me gustan los regalos, comprarlos y darlos. Me da igual que sea materialista, que sea consumista, que sea un invento de los grandes almacenes y desde luego no tolero eso de: mejor te lo compro la semana que viene que empiezan las rebajas. ¡cutre!
En primavera en los escaparates no hay más que ropa de verano que no puedes ponerte y con la que además te visualizas y dices: ¡ dios mio!…este año a la montaña.
En Navidad estoy más guapa, me favorecen los gorros.
En primavera quiero ser invisible, no me favorecen los bikinis.
 
En Navidad la ciudad está preciosa, me encantan las luces de colores, los adornos y los árboles. Los escaparates están decorados y los dulces de navidad son apetitosos aunque yo jamás coma ninguno.
En primavera la ciudad se instala en un calor asqueroso que te va a aplastando contra el suelo y a tu alrededor millones de partículas de polen vuelan haciéndote estornudar, rascarte el paladar con la lengua y tener los ojos rojos como dos tomates.
Navidad es en diciembre siempre. No hay cambios. Diciembre es un mes chulo y de confianza.
Primavera es cuando le apetece, desde marzo hasta junio, se concentra en mayo. Un mes feo y que me cae mal.
En Navidad está de moda decir: que pereza de Navidad. Yo digo: ¡ ole, ole, Navidad! 
En primavera la gente dice: que ilusión…la primavera. Yo digo: putaprimaveradeloscojones….
En Navidad estoy más feliz que una perdiz.
En primavera soy horriblemente desgraciada, desagradable y hostil.
 
Adoro la Navidad.
Odio la primavera.

 

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Blanca Navidad

Bueno, no me negareis que está simpático el video.

¡¡FELICIDADES A TODAS!!

¡¡Y A TODOS TAMBIEN!!

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Invierno en la montaña

24 inviernos sufriendo lo que popularmente se conoce como Blanca Navidad. 24 inviernos con incomunicaciones continuas, frío, días y días sin salir de casa, sin poder hacer planes para Nochevieja porque lo más seguro es que la carretera esté cortada.

Porque aquí nieva sobre nevado, hiela sobre helado, y a pesar de todo, odio la Navidad. He llegado a pasar un invierno en los Alpes preguntándome para qué coño busco más montaña. El único año de mi vida que no he visto la nieve fue cuando vivía en Lisboa y os puedo asegurar que no la eché de menos en absoluto. Soy capaz de vender mi alma al diablo por otro invierno sin nieve.

Ya sé, ya sé que a vosotros os encanta la nieve, que adoráis cuando nieva y os emocionáis sólo de pensarlo. Así que nada, si queréis un poquito, os abro la ventana de mi habitación para que cojáis todo lo que queráis.

PC170247

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El regalo de Sonvak (II)

Bien… he decidido tener en cuenta las quejas de los miembros varones del equipo. Así que he disfrazado de Mama Nöel a una de mis ilustraciones.

Espero que os guste. Los deseos los mismos, siempre los mejores, tanto para las fiestas como para todo el año 2010.

Besazos 😀

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Regalito de Navidad

Para los que quieran participar. Con motivo de las fechas navideñas se nos ha ocurrido que podemos hacer un regalito en forma de artículo al resto de compañeros. Cómo? A continuación lo explico:

Se trata de realizar un artículo de lo que quieras, puede ser un vídeo de una canción o de otra cosa, puede ser una sugerencia de una web, un poema, o lo que se te ocurra, puede ser una carta dirigida a tus compañeros de El Blogguercedario, puede ser lo que pueda ser, no doy más ideas mejor pensad vosotros como podéis sorprender y agradar al resto. El objetivo es compartir algo que te motiva, gusta, apasiona o consideras que el resto deberíamos conocer. Es voluntario, como siempre no hay ni obligación ni presión, todo lo que hacemos aquí debe ir acompañado de la voluntariedad y la diversión.

Los artículos se pueden publicar en cualquier momento desde hoy hasta la noche de Reyes, y si alguien considera que tiene varias regalos en lugar de uno bienvenido sea, los que queráis. Para distinguir los artículos regalo del resto de posts vamos a titularlos de la siguiente manera: «El regalo de -nombre de usuario-«. Así, cuando yo realice mi artículo regalo se titulará:

«El regalo de Codeblue»

Feliz Navidad a todos desde ya, Feliz Año y Feliz regalo, sois maravillosos!!!

Por cierto aprovecho para presentaros una nueva incorporación que escribirá los miércoles bajo el nombre de Obsidianablack. Bienvenida!!!

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Perdiendo la inocencia…

Sentadas en una esquina del patio del colegio, dos niñas charlaban concentradas, sin ser conscientes del bullicio que las rodeaba. Sus rostros reflejaban auténtica seriedad y preocupación.

-¿Estás segura? -le preguntó María a Laura.

-Sí, me lo dijo Víctor y él no suele mentir.

María se quedó mirando pensativa al frente, viendo sin ver como los demás niños jugaban a su alrededor.

-Vamos a tener que comprobarlo… -dijo María tras el momento de meditación sobre la revelación que le había hecho su amiga.

-Sí… -la voz de Laura reflejaba tristeza. Ambas se sentían tristes ante la idea de comprobar que lo que había dichoVíctor pudiese ser cierto.

*  *  *

Ese mediodía, mientras comía, María observaba con atención a sus padres. Confiaba en ellos. Los quería. Sabía que la querían. Le resultaba imposible creer que pudiesen estar mintiéndole. Se preguntaba a si misma cómo haría para descubrir la verdad… Bueno, sabía lo que tenía que hacer, pero no sabía cómo encontrar el momento para hacerlo sin que ellos la pillasen. Tendría que tener paciencia, y eso era algo realmente difícil.

Después de la comida su padre se marchó a trabajar y su madre se puso a limpiar la cocina. Pensó que aquel podía ser un buen momento… pero le daba miedo. Pasó repetidamente por delante de la puerta de la habitación de sus padres sin atreverse a entrar. Miraba al interior de aquella habitación como si fuese un santuario que su presencia profanaría. Siempre le había parecido una habitación llena de secretos por descubrir, y ahora todavía se lo parecía más.

Cuando acabó de limpiar la cocina, su madre se tumbó en el sofá y María se quedó pendiente, con el corazón en vilo, esperando a que se quedase dormida. Estaba muy nerviosa.

En el momento que se sintió segura del dormir de su madre, se levantó con sigilio y se dirigió a la habitación. Entró sintiendo que aquella habitación la imponía más que nunca y se preguntó por dónde empezar. Estaba claro que había lugares en los que no podría investigar pues quedaban fuera de su alcance.

Primero miró debajo de la cama… sin resultados, lo cual en cierta manera le hizo sentir alivio. Después se volvió hacia el armario y se quedó mirándolo con seriedad. Miró hacia la puerta escuchando con atención antes de abrir con cuidado las puertas del armario. Se puso de puntillas y estiró al máximo su cuerpo para intentar espiar en la parte más alta del armario. No vió nada sospechoso. En los estantes tampoco. Se agachó para investigar por el suelo del armario… y entonces su corazón dió un vuelco. Apenas había sido un destello, pero estaba segura de haber visto algo. Apartó con cuidado lo que estaba por delante, intentado no hacer ruido alguno, y entonces lo vió. Su corazón ya no podía latir más rápido. Era un paquete de regalo envuelto en un papel rojo lleno de estrellas plateadas. No conocía su contenido, pero en aquel momento para ella aquel regalo contenía el posible final de una gran ilusión. Con celeridad lo volvió a esconder y se retiró a su habitación para reflexionar sobre su descubrimiento. Al final llegó a la conclusión de que lo mejor era esperar.

*  *  *

Había llegado el momento de la verdad. Esa noche le había costado y mucho quedarse dormida pero la mañana ya había llegado y el árbol de navidad esperaba. Se dirigió hacia él despacio, con la respiración contenida. Había muchos regalos, pero ella solo estaba pendiente de uno, aquel que no tardó en aparecer ante sus ojos. Se sentó en el suelo, mirando aquella prueba irrefuctable y se sintió triste. Se sintió profundamente estafada: los Reyes Magos no existían… La magia había desaparecido. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

 

SONVAK

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