¡Qué bonita! me encanta, desde siempre. Sin duda eres mi ciudad favorita, me vistes nacer y me soportas año tras año, aunque no siempre he querido dejar mi sueño en ti. Sevilla, bonita donde las haya, coqueta en la tele, presencia en persona. Cuando más grandes son las ciudades que visito más me gusta tu pequeño encanto, pequeño porque no abusas de muchos barrios; los suficientes para bien, y para mal. Pero me encantas, eres mi ciudad favorita.
¡Oh no! me parece que no, sin duda mi ciudad favorita es Cádiz. Vivistes mis diabluras de pequeño. Una gran pena que no las recuerde, casi todas anécdotas que con gran maldad el destino no ha dejado que sigan en mi memoria. Por fortuna tengo a mi querida familia para recordarme aquellos momentos. Veranos. Travieso. Sin duda la tacita de plata es mi ciudad favorita.
¡Nada, nada! ¡olvidadlo! Mi ciudad favorita es sin duda Oporto, ¡qué recuerdos! primer viaje solo sin mis padres. Mis amigos y compañeros, testigos. ¡Vuelta a las travesuras pero con recuerdos! Las paquis, el padre de quién, toto… No creo que sea posible volver a estar en un sitio tan chungo, sí las cosas claras, y que me deje mejor sabor de boca. ¡Animalitos! ¡tres mil viviendas lusas! Las noches de camas que suben por las escaleras, pijamas de calor, perritos, desniveles, sopas de verduras. ¡Ya la encontré!
¡Qué grave error! ¿cómo he podido pasar de ella? ¡Karlsruhe! Sin duda mi ciudad favorita. Grandes amigos, grandes distancias, grandes transportes. ¡Qué tranquilidad! Vida más allá de mi inglés. Wie gets die? Danke, danke. Nemensi kredit karten? Sí.
¡No! Toledo es sin duda mi ciudad favorita. Ciudad para vivir, soñar despierto. Encanto entre calles estrechas. Vida más allá de los sentimientos. La felicidad es una rueda y gira, y tocaba estar arriba. Buenos recuerdos.
¡No! Santander, estaba claro. Ciudad brilla bajo el sol de la negrura de un corazón roto. Vida más allá de los sentimientos. La felicidad es una rueda y gira, y tocaba estar abajo. Recuerdos.
Tenerife te tengo presente. Eres la ciudad, esa ciudad. Me distes la vida que necesitaba y eres en sí, un todo, el todo. Por tu gente, por tus pueblos, por tus playas, y ¿por qué no? ¡Por tus leones marinos!
¡Cazorla! ¡Mérida! mejor Madrid, Aranjuez, y las que faltan por venir. Son mis ciudades favoritas porque ella me lo ha hecho sentir así. Ella está presente en mí, y con ella las ciudades se presentan ante mí con ese brillo que inconfundiblemente me hacen decirme, son ellas, mis ciudades favoritas. Amigos que siempre estarán ahí, que me recuerdan lo afortunado que puede llegar a ser uno. Pero lo más importante eres tú, tú y tú. Tú eres mi ciudad favorita. Aparecistes y me haces sentir lo que nadie había logrado hasta ahora y que no pensaba que se pudiera sentir. No tienes nombre paradisíaco porque, Cristina, tú ya lo generas en mí.