por V – Aguaya – Activo
– Sí, Yusi, la misma lagartija de siempre… ¿por qué no se va a vivir a otro poste, eh? -le preguntó Ricardo a su hermana haciendo pucheros como si fuera un bebé.
– Ay, mi herma, ¿y a tí qué te importa el bicho ese? La pobre, la vas a botar de su casa y después no tendrá para donde ir. ¿Te gustaría que te botaran de la tuya? -Yusimí se estaba pasando de rosca burlándose del hermano que se había puesto frío como la pata de un muerto-. A ver, mi herma, a ver, para darte el masaje ese…
Mientras, en la azotea todo caminaba a pedir de boca para Lucy. No así para Carlos. La atrevida muchacha fue al grano sin pensarlo mucho pero él… a él empezaron a temblarle las piernas ante aquel cuerpazo que casi se le echaba encima.
– ¿Y eso de Bolero de dónde viene? -preguntó Lucy a la vez que se le acercaba «demasiado».
– Bueno… es que… a mí… mmmmme dicen así -por fin respondió Carlos muy cerquita de Lucy. Ella se dió cuenta muy rápido que lo tenía a tiro de pistola y que él se dejaría hacer, o dicho de otra forma, que lo había cogido por sorpresa y que le había ganado la primera gran batalla. No es que Lucy se le echara así arriba a todo el mundo sino que, siendo Carlos el buen tipazo que era, o que aparentaba, no daban otros deseos. Y él se veía tan buenón… que eso había que aprovecharlo bien y con tino.
– Cántame un bolerito, chico, pero que sea lindo, fíjate.
Carlos demoró unos segundos y comprobó que toda esa tembladera de piernas que tenía era consecuencia de sus actos. Si fuera sólo un poquito más atrevido… Al fin emitió sonido:
– Bésame, bésame muuuucho… -hizo una pausa y paró de cantar-. Dame un beso, anda.
– Uno solo no, varios si quieres, pero ven, ven a la Iglesia de enfrente. Yo conozco al que cuida en la puerta y siempre está dormido, así que podremos entrar sin que se dé cuenta.
Lucy se separó de Carlos, lo haló de un brazo y casi lo arrastró hasta la tapa del hueco de la escalera. Ya allí los dos le apretó una nalga y le dijo:
– Yo bajo primero y allí te espero. No me hagas esperar tanto, fíjate, que conozco un lugarcito que nos va a venir muy bien -y soltó lo que agarraba.
– ¿Y cómo entro? ¿Y si el tipo se despierta? -fue lo que se le ocurrió preguntar a Carlos.
– Espera entonces un ratico, que seguro se duerme enseguida otra vez -le dijo ella, abrió la tapa de la escalera y comenzó a bajar.
Carlos se dijo: «No me vayas a hacer quedar mal justo ahora, mi yerro. Tranquilo, tranquilo que el dulce viene en un rato«.
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He quedado con el desasosiego que puede provocar un bolero susurrado al oído.
Jejej de veras? Dentro de la Iglesia?
Por fin una oportunidad que Carlos no deberia desaprovechar. Pero tendremos que esperar a la siguiente entrega para ver si ahora si se le hace con Lucy, ya que durante todo este tiempo no se le ha hecho nada de nada. Y es que con dos capitulos mensuales apenas nos dejas picados con la historia. Me parece super bien y sabes dejarnos aqui esperando hasta el siguiente capitulo para ver que pasa.
Un saludito y un beso muy grande para ti. Aqui estare esperando la continuación que espero que todo vaya bien para Carlos y que no le falle nada de nada, esperemos que el cuidador no se despierte.
Pero lo que me tiene intrigado, ¿Como sabe tanto Lucy de ese lugarcito escondido? ¿que tanta experiencia tendrá esa chica? preguntome yo, je je.
hasta pronto
Dios mio….!
¡¡¡ Lo quiere casar por sorpresa !!!
Seguro que tiene dentro esperando al cura, los testigos.. y hasta la suegra.
Estas mujeres son un peligro.
¡Huye Carlos, huye aprisa ahora que aún hay tiempo!
jajajajajajajajaja…. me estoy partiendo de risa con el comentario de Aspec.
AGUAYA: esto del calor está haciendo subir la temperatura en los escritos del blogguercedario, je. Esperemos que, antes de que se acabe el verano, Carlos consiga su meta. Buen post. Besos!!
Jajaja, de acuerdo totalmente con Aspective, pero si bien recuerdo, esta historia está calientita desde hace ya rato, esperemos que explote dentro de la iglesia, sería genial!