Archivo diario: 7 febrero 2010

Generación Nini

No suelo ver la tele, o como la llaman muchos la caja tonta, a excepción de alguna serie, que en general no requieren demasiada atención y puedo seguir mientras leo o escribo… o que si la requieren simplemente no sigo pero la tengo de ruido de fondo, al leer o escribir, mientras estoy con mi familia.

Respecto a las dos grandes estrellas (por la cantidad de público que parecen congregar) como los deportes y los realitys rara vez se ven en casa ya que ni me interesan personalmente ni interesan al resto de miembros de mi familia. Por ello se me hace raro ponerme a escribir sobre uno, o al menos eso he oído de él, aunque sea indirectamente.

Y como dice el refrán «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…» o lo que es lo mismo: ya que se trata de la caja tonta y el otro día oí hablar de un programa de la tele en la radio…

El programa en cuestión, como supondréis por el título (los españoles, para el resto os lo cuento) se trata de «Generación nini» un reality tipo Gran hermano (aunque la cadena lo niega los tertulianos decían que sí) donde un grupo de eso que los sociólogos han dado en llamar nini’s son encerrados en una casa, o al menos obligados a convivir.

¿Qué son en realidad los nini’s?

Según las definiciones que he leído se trata de jóvenes que NI estudian NI trabajan ni tienen la menor intención de ello. De estos siempre han existido algunos… antes se llamaban herederos, pues su máximo exponente social eran los herederos de las grandes fortunas que gastaban su tiempo en juergas fiestas y francachelas.

¿Cuál es la diferencia con otros tiempos?

La diferencia principal es que mientras antes eran casos puntuales, aunque llamativos, de las clases privilegiadas, hoy día se trata de una actitud mucho más extendida, que además abarca todas las capas sociales.

¿Cuál puede ser la causa?

No soy sociólogo, pero está claro que una falta de valores es un elemento que influye en la falta de perspectivas. Otros elementos son la falta de cultura de esfuerzo, de una sociedad en la que todo viene dado y en la que se busca la igualdad… igualando lamentablemente al nivel más bajo.

¿Cuál puede ser la solución?

Sinceramente arreglar las causas para eliminar los problemas, aunque reconozco que eso es más fácil de decir que hacerlo. Y también reconozco que yo no puedo aportar soluciones, ni mágicas ni practicas, pues no soy profesional de la cuestión sino meramente un aficionado… por así decirlo, como lo es todo padre interesado en la educación de sus hijos. Y quizás radique ahí la clave… no en unos jóvenes ya echados a perder por un sistema social perverso y pervertido, por aquellos que fomentan la masa frente al individuo y el seguir la corriente frente a la reflexión crítica, sino en sus padres, en esa gran cantidad de padres que han renegado de su función dejando la educación de sus hijos en manos de «los colegios» y lo que es peor en manos directa o indirectamente del gobierno y sus adláteres los partidos políticos.

Empecemos por dar a nuestros hijos unos principios y unos valores junto con una educación y dejemos para los colegios la formación, técnica que no cívica, la trasmisión de conocimientos, sin dejar en sus manos la formación moral que nos compete y nos debe competer a los padres.

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Tonto tú…(diría ella).

A ver, a ver…no confundamos, querid@s . La tele no es una caja tonta. Tontos somos nosotros, las personas humanas que le damos al botón del ON. Nos andamos quejando de la purria que dan en televisión, de lo grotesco de algunos personajes que reinan en los platós, o de lo casposo de ciertos programas, y sin embargo ¿quién no ha visto la cara nueva de la Esteban?. Venga ya, tenemos justo lo que queremos, es decir los hijos que criamos, los políticos que nos merecemos y la tele que vemos.

Yo no puedo verla muy a menudo, no porque no quiera, la cuestión es que me falta tiempo. Pero cuando estoy en casa, la enciendo aunque no la mire. La tele ha sustituido a la radio en muchas casas (excepto en la de mi madre, es una auténtica adicta a las ondas hercianas), y mola el ruido de fondo,  casi tanto como ese otro gran invento conocido como » mando a distancia «,  ese que liberó por fin al hijo menor de la casa o al que llegaba el último, y se sentaba más cerca de la tele, de andar levantándose para cambiar de canal.

Mis recuerdos de la tele, como hija, siguen las siguientes premisas, inalterables:

a) La tele es tuya, hasta que llega papá.

b) Los sábados hay que comer rápido que dan Heidi o Marco.

c) La primera es para todos, la segunda cadena para listos.

Mis recuerdos de la tele, como madre, siguen estas otras:

a) Con tal que se quede en casa, dale la tele, el ordenador, y hasta las tarjetas de crédito.

b) Los días que dan “El internado”, ni se te ocurra dormirte, no te lo perdonará nunca.

c) Los canales de TV más molones están en inglés, pon cara de que estás de acuerdo.

En fin, que a mí la tele no me desagrada, lo que sí me molestan son determinadas “marranerías”, que hacen en ella. Y no hablo de sexo, que conste en el acta.

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