Donde guardo el corazón…

Desde el miércoles me siento como la canción de Sabina… como si me hubieran robado algo.

Me quedé de piedra cuando leí su adios en este blog. Pasaba yo por aquí, toda ilusionada porque era su turno y yo recibiría mi dosis de la droga que él ha colado en mis venas a través de sus palabras. Y me encuentro con un chaparrón de agua helada. Lo siguiente que hice fue buscarlo en el reto… otro adiós. Me escapé a su blog personal… para encontrarme con otro tanto de lo mismo.

Me sentí desorientada, triste… me cayó encima una especie de luto virtual (o algo así). Áquel que había conseguido que guardase sus palabras donde guardo el corazón, de repente parecía estar realizando una especie de «suicidio virtual». Y cuando este pensamiento pasó por mi cabeza… me pillé un tremendo cabreo: ¿cómo demonios se le ocurre a Aspective hacerme esto?.

Y claro… se supone que tengo que comprenderlo, entenderlo y además, apoyarlo… pero «mecagoentoloquesemenea» (no sé si es de Molinos o Xinax esta frase). Querido Aspec, no me da la real gana de darte una palmadita en la espalda y mi visto bueno. NO. Que sepas que me estás haciendo una tremenda faena. Que yo no puedo pasar sin leerte y sin saber que estás ahí, formando parte del cotarro.

Y no me vengas con que la vida es cambio. En la vida hay que cambiar todo lo malo, pero lo bueno… lo bueno, ni hablar, leches, lo bueno tiene que seguir ahí para que podamos disfrutarlo.

Y yo, que no consigo que los cabreos me duren una hora seguida, ya llevo cabreada dos días enteros gracias a ti. Y no dejo de preguntarme:

¿Quién me ha robado a  Aspective?

¿Cómo pudo sucederme a mi?

Lo guardaba en el cajón,

donde guardo el corazón…

SONVAK