Fue en el parque de Santa Margarita. Mi madre me llevaba a andar en bicicleta por la explanada. Yo quería ser como los mayores y por supuesto quería andar en la bici con dos ruedas y librarme de aquellos incómodos ruedines… Después de mucho pelear para que me los quitasen y de unos cuantos trompazos, todos muy dignos eso sí, lo conseguí. Fue la primera vez que anduve en bicicleta sin… ruedines y la primera vez que me sentí realmente mayor.
Fue en la piscina climatizada de La Solana. No recuerdo qué edad tenía pero debió ser allá por los diez u once. No me acordé de ese instante hasta unos añitos más tarde cuando descubrí qué era lo que había pasado. Esto es un secreto que sabe muy poca gente, porque una no va pregonando estas cosas por ahí, pero como aquí estamos como en familia y además no me lee nadie….
Fue en un pueblo con mar una noche… pero no había concierto. Una cocacola en El Carlos, un paseo por la playa hasta llegar a unos banquitos en una zona verde (que no sé si siguen existiendo) detrás de un hoy conocido local de copas veraniego… Fue mi primer beso en condiciones y estuve con mariposas en el estómago durante los meses que duró… Fijaros que hacía años que no me acordaba de esto y ahora que lo estoy escribiendo pienso en que todos deberíamos de haber guardado en un frasco una dosis de aquella inocencia, de aquel optimismo (¡¡¡¡nada en el mundo podía salir mal!!!!!) y de aquella confianza e ilusión para tenerla a mano por si acaso hacía falta con el paso de los años.
Tenia dieciocho años y pongamos que hablo de… Madrid. Siempre he sido bastante independiente de carácter pero esa era la primera vez iba a vivir sola. Mis padres me acompañaron a la puerta del lugar en el que iba a vivir, con mis maletas para todo el año y allí me quedé. Fue la primera vez que olí lo que podía significar vivir independiente y fue el principio de seis inolvidables años y de varias grandes amistades, de esas de para toda la vida y que aún hoy, a pesar de la distancia y de los distintos caminos que hemos tomado cada uno, me siento orgullosa de seguir manteniendo vivas.
Fue en otro pueblo con mar (distinto del anterior), también de noche y unos años más tarde de aquel primer beso. Lo más curioso es que ese mismo día pero por la mañana, recuerdo que me desperté y pensé: Hoy es el día, hoy. Y efectivamente lo fue (¡ojalá fuese tan visionaria con otras cosas!!). Él tenía diez años más que yo, que era una pipiola, y me tenía loca, pero loca de verdad. Nos escapamos en coche al chalet de sus padres en medio de la noche y allí, cómodamente con la ventana abierta y oyendo el sonido de los grillos… fue la primera vez. Fantástica me pareció en su momento. ¡No sabía yo lo que quedaba por llegar! Duró unos años y se terminó con mucho dolor de mi corazón. Hace poco lo volví a ver, en otra escena de esas de película (los dos chocamos literalmente al girar por un pasillo de un supermercado) y charlamos durante un rato riéndonos y recordando aquella época. Me sentí bien. Está claro que el tiempo cura bastantes cosas en esta vida.
Y por último y más que nada porque si sigo pensando podría seguir así toda la noche, fue aquí, en mi ciudad preferida (y no me voy a meter en el tema de la semana que viene) hace unos meses…fue la primera vez de otras tantas primeras veces… y mucho me temo que tampoco esta será la última.