…O algo así…

_Haremos todo lo posible por encontrarle una ocupación lo antes posible señor Pérez, o algo así me dijeron cuando fui a la oficina de empleo con mi carta de despido en el bolsillo.

Ya había perdido la cuenta de las veces que tuve que pasar por ese servicio público (que mal suena esto), en donde hay gente muy simpática que te ayuda a hundirte más en tu miseria.

Después de esperar fuera en la calle un buen rato, desde las 8:30 de la mañana, con un frío de mil demonios, por fin entré. Sustraje un papelito con un número de una máquina y me dirigí hacia donde parecía que había sillas para sentarse, pero era una mera ilusión, estaban las cuatro ocupadas.

Menos mal que llevaba los auriculares del móvil y me puse a escuchar música mientras esperaba que saliera mi número en la pantalla.

En los rostros de la gente se podía adivinar cada una de sus propias historias. El señor de la barba que trabajaba de asalariado, el chico con gomina que estaba en la construcción, la señora del moño que limpiaba unas oficinas, etc…

Aquellos que estaban atendiendo parecían no inmutarse( creo que les dan clases de anticompasión ), ante las súplicas esgrimidas por l@s para@s.

_Es lo que le corresponde señora.

_No tiene derecho a paro señor.

_En este momento no tenemos ofertas caballero.

Solo algunos afortunados salen de allí contentos, por que han trabajado varios años seguidos con un sueldo alto y  ahora disfrutaran dos años cobrando un sueldo mas que decente por rascarse la barriga.

Pero, ¿para qué coño sirve la oficina de empleo?…