Saboreo cada minuto desde que sé que va a ocurrir.
Rezo para que nada estropee ese momento.
Intento no pensarlo para no emocionarme demasiado y llevarme un chasco enorme si se jode el plan.
Cuando por fin llega el día, no me importa ir a trabajar, voy con otro talante. Curro y vuelvo a casa como si me fuera la vida en ello.
Llego a casa. Abro la puerta. Silencio.
Voy a cambiarme de ropa. Silencio. Decido qué para qué. Estoy sola en casa, puedo pasearme desnuda.
Enciendo una luz, sólo una que me alumbre lo justo. Silencio.
Voy a la cocina y me preparo una bandeja con todo lo que he comprado en la gasolinera: derivados del petróleo debidamente saborizados, un sándwich, una copita de vino y de postre lo mejor de la noche: una tarrina entera de Strawberry Cheese Cake.
Me arrellano en el sofá y le doy al play.
Sé que solo será una noche. Los 3 se han ido y yo estoy sola. Puedo imaginar que soy soltera, independiente y tengo toda la casa para mi.
Mi tiempo es mío.
Comienzo a comer el helado despacito..para que me dure toda la película.
¿Qué peli veo?
Siempre la misma. Amo a Woody Allen y amo más Nueva York.