Estaba sola en casa y reinaba una paz inquieta. Sentada en mi cómodo sofa, con el portátil a mi lado y un libro en las manos y una sensación molesta de intranquilidad. No era capaz de concentrarme en el libro, mi cabeza huía una y otra vez de las letras y se adentraba en túneles de imágenes, sensaciones y recuerdos. Y al final del túnel siempre aquella voz.
Medio desnuda, soportando el calor del verano con el cuerpo sudoroso recorro la cocina, abro puertas sin saber muy bien que busco y como impulsivamente, una galleta, un trozo de bizcocho, qué horror! qué sequedad! abro la nevera y primero pego mi cuerpo a ella para sentir el frescor de su invierno. Después vacío la jarra de agua fría empapando la camiseta/pijama sin importarme sabiendo que enseguida secará. Me quedo pensativa mirando las manchas y de nuevo aquella voz.
De vuelta a mi sofá con cara de pocos amigos, abandono el libro en la mesa y reinicio mi portátil, pongo aquella canción tan bohemia y decido romper con mi propósito hasta nuevas fechas en las que esa voz me deje tranquila. Enciendo un cigarro entre aliviada y confundida, y busco excusas para sentirme mejor y justificar mi poca voluntad porque de qué valdría entonces si no voy a disfrutar mi cigarrillo?
Pingback: Bitacoras.com
Yo tengo algunas preguntas.
¿En femenino?
¿Dónde están las flores?
El segundo párrafo tiene un toque erótico festivo que me gusta :). Muy bien ambientado.
¿Eres tú Code? ¡¡¡Vaya giros!!! Sorprendida estoy!
Un besazo!
en femenino sí, por qué no? tiene su razón de ser. Las flores están aunque no se vean, es muy metafórico. Me gusta observar y pensar que piensan y escribirlo aunque me equivoque.
Me encanta en femenino. Siempre me han sorprendido los hombres que escriben desde ese punto de vista.
¡¡¡¡¡Qué fuerteeeee!!!!! Quiero saber lo de las flores!!!!!
Lo de pensar que piensan y escribirlo aunque te equivoques no lo entiendo Code.
Debo de estar de un espeso…