O «No digas de este agua no beberé…» que dice un refrán español.
Y es que el refranero, que nace del pueblo llano, es sabio y muchas veces por más que queramos hacer, o no hacer, algo las circunstancias nos imponen lo que hay que realizar.
Y por más que nos empeñemos una y otra vez hacemos cosas que no queremos o dejamos de hacer lo que queremos, porque las circunstancias así nos lo imponen.
Y más cuando no es algo que podamos preparar y planificar… por ello cuando dejamos para última hora la redacción de un articulo siempre surge algo que lo fastidia, como pasó la semana pasada… y como casi pasa esta.
Por eso sólo puedo dedicaros estas pocas lineas antes que el combinado de antibiótico y calmante que el dentista me ha dado, después de quitarme los restos de una muela, me deje tumbado…
Hasta otra menos dolorosa circunstancia.
Pues ya es de sentir que, en esta partida, el dentista haya salido vencedor. Así que, dado que presupongo -seguro que acertadamente- que el ciudadano Lustorgan no es amigo de las drogas duras que enmascaran nuestra vitalidad, es por lo que esperaremos pacientemente, una semana más, a disfrutar de sus letras en circunstancias menos dolorosas.
Salud, siempre, ciudadano.
Pingback: Bitacoras.com
A cuidarse.
😉
… y Dios dispone dolor de muelas… algo realmente fastidiado!! Qué te mejores!!!
que te mejores!
Espero que después del paso por el potro de la tortura te encuentres mejor.
A mí, cada vez que me toca…
Terrible
Un abrazo