Mi primer beso no es digno de recuerdo, preferiría hablarles del último. Por encima os diré que el primer beso no fue un beso fue un “torniquete lenguil discotequero” tras un típico “¿quieres rollo? ¿no?” “¿y con mi amigo? ¿y con mi otro amigo? ¿no?” “y tu amiga ¿quiere rollo conmigo?” “¿y con mi amigo?” etc, etc… en fin, eran otros tiempos.
Mi primera vez en cualquier aspecto es digno de recuerdo pero relacionado con el sexo, o con cualquier aspecto en el que cuente la experiencia, es digno de olvido o por lo menos es mi opinión, esta bien este tema para narrar experiencias pero mas bonito seria nuestro primer beso verdadero. Queremos saber que sentimos cuando entras en contacto físico por primera vez con la persona que amas, eso realmente no lo he vivido yo hasta hace poco, el derretirse por dentro, el sentirse correspondido, el demostrar lo que sientes, el tomarte tu tiempo y su tiempo para detener el tiempo de los demás, que nada nos importe mas allá del metro cuadrado en el que habitas, que sientas la magia a tu alrededor y que estés seguro de que nadie pueda cambiarla.
Sentir así es sentirte vivo, tocar su pelo mientras la besas, ese pelo en el que tantas veces te has fijado, su movimiento en cámara lenta en tu mente derrite tus manos, oler su perfume, ese perfume que tantas veces te ha hecho perder el conocimiento, ver sus rasgos físicos de cerca, esos rasgos que no has visto jamás en nadie, como si en su creación se hubiera roto el molde, su saliva sabe a felicidad, esa que nunca encontraste, esa que nunca te dio nadie porque nadie consiguió dártela, porque nadie te amo como ella porque nadie se puso nunca en tu lugar, un lugar deseado por otros pero que ella quiso darte a ti, por eso te sientes especial y si no ¿para que quieres los sentidos si no es para amar?, el odio es un sinsentido que no se merece ni una palabra mía mas.
¡Looking for paradise!