Por Gorio
El primer beso fue un experimento, a penas se conocían.
Se citaron después de chatear a través de una de esas redes sociales que abundan en internet.
En casa de Alberto, Teresa se sentó en el sillón a dos metros de él.
Estuvieron hablando largo y tendido de sus otras relaciones, de sus vidas y de otras muchas cosas.
Aunque no se fiaban del todo uno del otro, se podía notar el nerviosismo mutúo, por la atracción que sentían los dos.
Y depués de mucho hablar y hablar y hablar, se acercaron y arrimaron sus labios. Querían probar a ver que pasaba, que sentían.
Y el experimento fue todo un éxito. Tanto que acabaron saliendo juntos y dándose muchísimos besos más…
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!!