Neftis corría apresurada por el palacio de Isis, llamándola a gritos sin que su hermana respondiera. Osiris, seguido de un cortejo enorme de sirvientes salió a su encuentro.
– Neftis, ¿a qué se debe este escándalo?
– Osi, necesito un favor. Me urge hablar con Isis y no la encuentro.
– Isis debe estar a punto de volver. Se fue con Horus a conocer a su nueva novia.
– ¿Horus tiene otra novia?
– Neftis, ten cuidado lo que dices de mi hijo. Isis ha ido con Horus a conocer a Mari, una diosa vasca que parece que los tiene muy bien puestos y lleva a Horus más derecho que una vela. Algo que nos congratula tanto a Isis como a mí.
– Uyy!! Fíjate tú que hasta me va a gustar mi nueva sobrina política y todo!!!
– Neftis te prevengo. No voy a tolerar más enredos de esos que tanto te gustan y que luego me toca a mí solucionar. Aún no me he recuperado del último.
– Osiiiii, porfaaaaaaaa. Te voy a contar y ….
En ese instante, y con otro cortejo que superaba al de Osiris, apareció Isis.
– Osiris, ¿te importaría decirle a tu caterva de eunucos que desalojen inmediatamente mis aposentos? Somos demasiada gente para un espacio tan pequeño y no me gustaría tener que dejar de respirar en beneficio de esos pazguatos.
– Si no te “beneficiaras” a cualquier cosa que llevara pantalones, no tendría que convertirlos en eunucos, Isis. Y no me mires con el ojo de lado, que no estás posando para un grabado de la pirámide.
– No empecemos Osiris, no empecemos. Además, ¿me podéis contar que hacéis todos aquí? Vengo de hacer un viaje largo y estoy cansada. Tu hijo cada día conduce peor y me gustaría reposar un poco.
– Hermana –intervino Neftis- necesito que me ayudéis todos. Incluso la nueva novia de Horus. Os cuento la historia completa y a ver qué se os ocurre.
Neftis, después de desaparecer ambos cortejos habiéndoles avituallado con manjares y bebidas, comenzó con su relato.
– Sabéis ambos que Seth, mi esposo, tiene una amante india shoshone, y le tiene bien amarradito por los bajos. No os molestéis en negarlo porque por lejos que esté, lo sé bien. Ya me contaréis que pinta un dios egipcio un día sí y el otro también en Idaho. Pues nada, si no fuera porque está allí con Entrepierna Deliciosa, que es así como se llama la interfecta.
Pero no es eso lo que me desasosiega. Al contrario. En este momento nada me incomodaría más que volviera.
Desde que Seth empezó a viajar, a mí me dio por hacer incursiones en eso que llaman Internet. Poco a poco fui conociendo sitios hasta que llegué a “El Bloggercedario” y me lo paso mejor que El Coloso de Rodas corriendo por el Mediterráneo.
Allí, hay escritores que se inventan historias y otras veces cuentan vivencias reales suyas. Ahí está el problema.
– ¿Dónde? –dijeron a coro Isis y Osiris.
– En la última historia de un escritor.
– ¿Y eso porqué? -volvieron a contestar al unísono
– Parecéis los niños cantores de Nubia, hibiscus!!!! En la última historia de Lino
– ¿Y quién es Lino? –por tercera vez Osiris e Isis hablaron al tiempo.
– ¿Vais a contestar siempre juntos? Lino es un escritor que se encontró con un alma que se nos debió escapar.
– Te lo digo Osiris –dijo Isis- Tot tiene demasiados encargos. El pluriempleo nunca ha sido bueno. Como encargado de las almas de los muertos se le habrá perdido alguna y seguro que es nuestra.
– Isis y Neftis, sé que somos los más grandes pero no los únicos, por lo tanto debéis pensar que puede ser un alma que no pertenezca a nuestra familia.
– Estoy segura que es culpa de Tot –musitó Isis
– Isis, no seas pesada. Además Tot hace mucho tiempo que no pasea con la barca por el cielo, ya que Seshat, su mujer, como bibliotecaria nuestra, ha descubierto una serie de libros de Stephenie Meyer, la saga Crepúsculo y una inacabada, de un tal Stieg Larsson, que la tiene embobada en su lectura, por lo que Tot está dedicado, por entero, durante el día como siempre a medir el tiempo, y por la noche a las tareas de la casa y los niños para que Seshat pueda leer.
– Es que hay más –dijo Neftis- A resultas de contar su historia con ese alma perdida, ha habido cierta discrepancia con los otros integrantes. A mí, ese escritor me parece una buena persona y me gustaría ayudarle.
– ¿Neftis recuerdas que no puedes tener comercio carnal con humanos? – la interpeló Osiris.
– Osiiiiiiii, que no es eso!!! Es que a mí me gustaría saber si Isis podría hablar con alguna de sus amigas y darle algún susto a unos escépticos.
– Neftis –intervino Isis con un tono severo- siempre acabo cargando con todos tus errores ¿recuerdas? Desde tu hijo Anubis, querida. Y así llevamos la intemerata!! Y ahora quieres que me ponga en evidencia con mis amigas, como si a lo largo de los siglos no hubieras hecho pocas fechorías querida hermana!!!.
– Isisssss.
En ese momento, entró en la estancia como una exhalación Amón-Ra. Fue corriendo hacia Isis, sin embargo se paró ante las bandejas de las bebidas para servirse un generoso vaso de heneket (cerveza de los dioses egipcios) que engulló en tres tragos.
– ¿Venías sediento Amón-Ra? –le preguntó Isis.
– Si, Isis. Aunque de ahora en adelante quiero que me llaméis Ra-Amón. He creado un grupo de música que se llamará The Ra-Amones. Mi primera canción se titula: Animal Boy. ¿Qué os parece?
– Amón –dijo Isis mientras levantaba una mano para callarlo- ese grupo de música ya existe entre los humanos y la canción es una de ese grupo. Eso se llama copiar Amón. Debes intentar hacer algo nuevo alguna vez.
– Es que con el sol este siempre en mi cabeza creo que jamás podré hacer nada –balbuceó Amón-Ra.
– Amón, cállate –ordenó Neftis- Necesito que Isis hable con alguna de sus amigas diosas a ver si pueden dar algún susto a dos personas, a dos humanos vivos.
– Neftis, ¿qué quieres que haga Isis? Nosotros somos dioses, Neftis –dijo Amón-Ra.
– Amón, hijo, unos sustitos de nada. Lo justo para quitarles el hipo.
– Seguro que me arrepentiré –dijo Isis- así que tú me dirás.
– Mira Isis, uno vive por Galicia y otro por Madrid. ¿Conoces alguna diosa que tenga poderes por esas zonas?
Osiris, con una cara de incredulidad que jamás habría podido representarse en ninguna pintura ni en ningún grabado, ya que no habría sido reconocido, optó por acercarse a la bandeja de las viandas y tomó pan en abundancia junto con néctar y ambrosía, que ya se sabe que son los favoritos de los dioses, para seguir el discurrir de los hechos con el estómago lleno.
– Pues no sé si Isis conoce a alguna diosa por Galicia, Neftis, pero yo sí –apostilló Amón-Ra- precisamente quería que hubiera cantado conmigo en mi grupo. Es una diosa celta y se llama Lugoves. Está mal que yo lo diga, pero está coladita por mí.
– Yo había pensado en la nueva novia de Horus. Me ha dicho Osi que es vasca, y eso no está lejos ni de Madrid ni de Galicia.
– A Mari la dejas en paz -concluyó Osiris- Neftis. No hay nada en el Universo que desee más que casar a Horus. Mejor dicho, casarlo y que le aguanten, porque casarlo lo hemos casado muchas veces, pero nos lo devuelven antes de que acaben los fastos.
– Osiris, no te voy a consentir que hables del niño así -dijo Isis mirándole furibunda.
– No hablaré más, mi adorada Isis, sin embargo te pediré que no te refieras a él como niño cuando ya no le quedan ni dientes -concluyó Osiris cogiendo su pan con ambrosía y volviendo a su trono.
– Neftis, para Madrid, la diosa Cibeles –dijo Isis- es griega, pero tiene una plaza y eso imprime carácter. Además tengo telepatía con ella y puedo comunicarme inmediatamente. Claro está, que antes de nada quiero saber cuál es el final de todo esto. Porque la misma Cibeles también puede preguntarle a Caronte si ha perdido algún alma, que lo mismo es suya. Que ya no se entierra como antaño, Neftis. La gente ya no tiene la moneda para pagarle a Caronte y vagan errantes las almas y lo mismo es suya.
– Isis, tampoco me preocupa el alma perdida. Yo creo que Lino ya no va a llamarla más. Lo que yo quiero es que le den el susto a los escritores que te he dicho.
– Neftis –dijo Osiris con la boca llena de pan y ambrosía- pero si son tan escépticos ¿crees que luego lo reconocerán? Si es un susto pequeño lo pueden atribuir a cualquier cosa. Si es un susto grande, nos podemos pasar y se quedan secos en el sitio.
– Aquí no se mata a nadie –acotó Isis- Yo creo que los dioses estamos dotados de una inteligencia superior para saber qué hacer para lograr nuestros fines y si no se puede ……
– ¡Sálvese quién pueda! –dijo Amón-Ra entre carcajadas- el último con el que me pasé me lo devolvió Poseidón en muy malas condiciones, después de haber pasado unos días a remojo.
Unos días más tarde, la diosa Vör comunicó con el dios Momo, para informarle lo que tenía qué hacer, como encargo personal de Isis para agradar a Neftis. Momo aceptó gustoso y, a cambio, pidió a Neftis la dirección de “El Bloggercedario” para enterarse, cuando diera los sustos, si se atreverían, o no, a contarlo.
Neftis, telepáticamente, envió a Momo, dicha dirección.
Ahora, solo resta esperar a que el dios Momo cumpla lo prometido y que haya valentía en los asustados para que los demás lo podamos leer.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
MONTSE
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