Archivo diario: 29 julio 2009

Hoy es uno de esos días en los que me levanto rara, con el alma cansada.

Hoy es uno de esos días en los que me levanto rara, con el alma…

cansada, sin sazón o desahuciante, no sé.  Todo es culpa de la fragilidad, de mi osadía, por esta maldita impertinencia de mirar en los ojos de alguien y husmear sus secretos. Siempre sola aunque ahora me habita su cuerpo, su lengua de lagartija en mi clítoris, en mis pies, en mi boca…

Las aguas turbulentas de un motel a media noche con la desnudez y la avaricia del despojo.

Lo miré y fue suficiente. Escuché sus incendios, su canto de catedral, su bosque  rojizo que desde el primer roce me dejó moribunda. Tenía años de no mirarle y no era sombra de su memoria. Ahora lo somos aunque seguimos extraños. Esa es la rareza que no entiendo cuando mi cuerpo tiene sed. Me siento tan «puta» como cualquiera que se deja ir por  instinto como cuando abro el grifo y el agua sale y sale porque simplemente debe salir.

Quiero creer que fue solo sexo pero miento si digo que no tengo aún luciérnagas que me vuelan en la espalda, que lo sigo deseando, y que su huella me será indefinida. Hubo algo extraño entre su olor del té inglés y mi café capushino. Un deseo incontrolable, con decisión y sin ceguera.

Me trazó en una servilleta arrugada, los torbellinos que le mueven y lo empujan. Allí mismo me dije que no sería fàcil olvidarlo.

Finjo que no me importa, qué sé dar el siguiente paso. Tomará pronto su avión y  quizás solo nos inventemos un regreso. Tal vez alguna noche recuerde su boca en mi seno y me mande un saludo. Tal vez jugará su próxima fantasía en otra cajetilla de cigarro sin que sea yo que exhale su beso. ¿Qué haré cuando el humo repinte mi labio en otra boca, también extraviada? Podremos olvidar esa exhalación en la única partida donde nos abandonamos?

Nos dejamos de ver esta madrugada. No hay señales de humo. Solo dijo que extrañaría mis besos. Por eso, hoy todo el día ha sido raro. Mi alma levitando sin dignidad. Solo con la afrenta de que es otro más que me abandona o quizás sea yo quién profetizo las partidas.

Alguno en su momento me dirá que mi espacio no está solo en una cama y en una noche. Ahora mismo estoy desafiando el  tiempo sin dejar de pensar en él.

Será hasta el próximo cuerpo, hasta el otro día cuando los demás regresen, cuando todas las promesas que me dieron, algún día regresen….

Quizás hayan otros días de sentirme rara y donde me permita olvidar más de prisa.

Lo sé, por eso sigo sola hasta que una voz me interrumpa de nuevo.

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Próximo turno para: H – JoseLuis – Activo

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