Archivo diario: 26 marzo 2009

Ya no volverás a ver la luz del sol

Mis pulmones se llenan de un aire repentino…a lo lejos se oyen las campanas de un viejo reloj de iglesia…es la una del mediodía y luce el sol…ese sol que tanto te gusta de principios de primavera…parece que incluso hoy tú mandas y hayan puesto el día para ti….mi mirada sigue fija en la tierra… Te acuerdas?...

Nos conocimos en un rincón de tantos, facilitado por esta nuestra internet. Eso sí, en un lugar poco común para entablar este tipo de relaciones, en fin…nos conocimos en un blog, un blog de economía. Yo llegué a aquel blog por casualidad, en aquellas tardes de domingo en las que mi vida estaba más parada que la locomotora de un tren en un museo. Me pareció un blog con pocas posibilidades y sin mucho movimiento pero aún así, sin saber por qué, me puse a leer por encima algo de lo que allí se contaba…no me aportaba nada nuevo ni siquiera las ganas de poner algún comentario….pero tal vez el destino quiso que días más tarde volviera a entrar y encontrara lo mismo y así unas cuantas veces hasta que ocurrió…allí apareciste… Juan…llegaste al blog arrasando como un Atila, cosa que parecía bastante imposible por los temas que allí se trataban pero así fue…convertiste cada comentario tuyo en algo tan grande e intenso que pronto aquel blog comenzó a tener cientos de asiduos…pero no nos equivoquemos la gente no participaba para comentar las noticias que el creador de aquel blog nos daba del índice niquei o de la bolsa….no!…allí todos entramos para poder leer tus comentarios, Juan…y qué comentarios! Eras capaz de comentar una noticia a cerca del Euribor hablando de la Pantoja o de la Duval y todo con un tono mordaz e hiriente pero lleno de talento y no sin dejarnos ver que era un gran economista.

Entre nosotros pronto surgió la química y decidimos quedar en un bar para conocernos personalmente…recuerdo aquella conversación previa… ¿Cómo te reconoceré?…pregunté yo…… Pues verás, querida, cuando veas a una maricona loca armando un poco de jaleo en el local sabrás que me has encontrado y si aún así tienes dudas, no te preocupes que yo te encontraré a ti porque me hago una idea de cómo eres– contestó… Menos mal que tuvimos la prudencia de darnos el nº de tlf.

Era la hora…las cinco de la tarde…entré en el local sacudiéndome el agua, llovía a cántaros…eché un vistazo y todo estaba muy tranquilo, sonreí y me dije: “ está claro que todavía no ha llegado”… me dirigí a la barra a esperarlo y ya si acaso luego cogíamos una mesa, pensé…el local estaba medianamente lleno…pedí una caña y comencé a hojear la página de espectáculos del periódico…cuando volví a mirar el reloj eran las cinco y veinte…entonces sonó mi tlf. Móvil…número desconocido…

Contesté… Sí?…el chico que estaba a mi lado se giró hacia mí y me miró de arriba a bajo, colgó la llamada que estaba haciendo desde su móvil y mirándome de nuevo estalló en una carcajada…pero bueno?!…qué hace una economista de pro, como tú, vestida de vaqueros, camiseta y deportivas?…eso sí todo de buenísimas firmas…pero desde luego no te imaginaba así… Me sonrojé pero contesté: y yo no me imaginaba que la maricona loca con la que tenía una cita vistiera un carisísimo traje italiano y un abrigo de paño que quita el sentido…

Entonces simplemente ocurrió…. Juan se acercó a mí… me rodeó con su brazo por la cintura y me susurró al oído: “espera a que deshaga de esta corbata y este traje”…fui suya eternamente y hasta el final., así de sencillo y sin ninguna explicación…

Hubiera sido el hombre de mi vida, el padre perfecto de unos hijos que, por supuesto, nunca tuvimos, el compañero cariñoso y detallista…en fin el hombre de mi vida si no fuera por el ligero detalle de que como acostumbraba a decir…”cariño, lo único que conseguís, las chicas, que se despierte en mí son unas ganas irremediables de pedir justicia…!!por qué no he nacido mujer con lo que me gustan a mí los tíos?!!”

Era grande, como su corazón, era sensible y tierno y divertido y…en fin… lo mejor que me ha pasado en la vida!

Me acostumbré a ser su paño de lágrimas cuando después de una noche de juerga en algún pub de ambiente no había catado varón y venía herido en lo más profundo de su orgullo gay-masculino…Me convertí en la amiga fiel que el domingo por la mañana preparaba una cafetera esperando que me llamara al timbre para contarme en que antro o parque o baño público había echado el máxi-polvo de la noche…no sin esperar a cambio una buena reprimenda en plan maternal por mi parte, recriminándole su promiscuo comportamiento y ….finalmente me convertí en la enfermera que jamás se separó de su cama cuando meses después de llegar un martes por la noche a mi casa simplemente me anunció: “cariño, vamos a tener que buscarte algo para hacer los domingos porque yo voy a dejar de ser el hombre de tu vida en breve”… No supe que decir…lloré y lloré abrazada a ti durante un largo rato…me cabreé hasta el límite de no hablarte durante media hora…por qué tú? Por qué no pusiste precauciones siendo tan promiscuo…por qué? Un enfermedad tan jodida como el sida se te llevó de entre mis brazos…y digo bien…te fuiste entre mis brazos mirándome con esos ojos claros que nunca olvidaré…

Y ahora..hoy y aquí que te veo bajo tierra…con nuestras rosas rojas dando un toque de color a tu tumba…hoy que se ha hecho todo como tu querías y que ya no volverás a ver la luz del sol…hoy …te perdono por dejarme tan sola…y te perdono porque…porque te quiero .

Próximo turno para H – JoséLuis – Activo

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Ahora, estoy muerto.

Esta es una precuela… es decir una secuela (en el sentido que la he escrito después) pero que trascurre en un tiempo anterior (desde el punto de vista de la acción) a mi historia ¿Amigo? Publicada en fanfiction.es y en Cuentos de Khrandilhah.

«Ahora estoy muerto» pensaba el elfo mientras se incorporaba del lecho y miraba fijamente al enorme dragón azul que se alzaba a su lado.

Recordaba como le había mordido en el cuello… el dolor, el mareo, la perdida de la conciencia conforme salía la sangre de su cuerpo… Pro también la lenta y dolorosa reanimación mágica, la ingestión del amargo y letal veneno al que fue forzado por medio de la magia y también el dolor… sobre todo el dolor, mientras finalizaba la noche y contemplaba su ultimo amanecer. Su cuerpo se rebelaba contra el agente extraño que había sido introducido por su boca, mientras curiosamente se reanimaba, para rápidamente convertir la fuerza vivificadora del mismo en una fuerza corrosiva, que  le hacia sentir como si le quemaran el cuerpo por dentro.

Horas de profundo dolor y sufrimiento… de perdida continua de control sobre su cuerpo… que le habían llevado a desprenderse de la túnica cuando empezaba a notar que perdía el control sobre sus músculos… y en especial sobre sus esfínteres. Hasta finalmente quedar inconsciente y desnudo en el suelo… en medio de un enorme charco, tumbado por el dolor, pero también por el agotamiento.

– Tenias que regodearte – le espeto el elfo – mostrándome tu poder ahora ¿No?

– Por supuesto – respondió el dragón – si lo hubiera hecho anoche… ayer, te habrías quedado sin cabeza y no le serias útil al Sire…

– Aun lo noto, en mi interior – replico el elfo.

– Eso me dijo que te poseería unos años más… hasta que completaras tu parte del trato.

– He viajado a la lejana Amazonia, traicionado a una amiga… me he humillado entre los elfos del norte para conseguirle un buen candidato que poseer y desde el que dominarlos… ¡Y aun así espera más!

– Te faltan tres seres.

– Los conseguiré – le protesto el elfo.

– Eso espera Él. Pero ahora te será mas difícil.

– ¿Por qué? ¿Porque estoy muerto?

– Sí. Ahora eres uno de los nuestros – le indico el dragón mientras iba reduciendo su tamaño – solo podrás ingerir sangre… que es lo único que saciara el hambre que ahora sientes. Sangre de tus iguales, o al menos de aquellos que sean lo bastante parecidos a ti. Y ya no volverás a ver la luz del sol.

Próximo turno para I – Volvoreta – Activo

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