Archivo diario: 23 marzo 2009

Follas menos que un casado

-¿O es que no has oído el refrán «follas menos que un casado«?.

Aspec medio escuchaba la conversación de sus compañeros de oficina mientras su mente divagaba. Era lunes y estaban tomando el primer café de la mañana al lado de la maquina de los cafés. Todo un ritual de cada día. Se había pasado el fin de semana deseando que llegase el lunes. Como para no desearlo tras la extraña situación vivida el viernes…

-¿Quién folla menos que un casado? -el que hablaba ahora era Sito, que acababa de entrar. El gran jefe.

Aspec miró hacia él, distraído. De todos era sabido que aunque en la oficina mantenían las apariencias, todos los viernes se iban de juerga juntos.

-¿Qué pasa aquí? Ni que me tuviesen miedo… -todos habían abandonado el café tras la entrada de Sito.

-Tío, es que los lunes entras con una cara que cualquiera se atreve a hablarte. Además, ya sabes lo que dicen, coge fama y échate a dormir…

-Oye ¿y a ti qué te pasa?… porque hablas de mi pero no es que tú tengas muy buena cara… ¿Y se puede saber por qué no te viniste el viernes noche?.

Aspec se lo quedó mirando. Como para explicarle porque no había ido. Como para decirle que lo habían encadenado. Vamos… que ni de coña. No quería tener bromas para el resto de su vida.

Precisamente en ese momento, la que se acercaba a la máquina del café era Montse. Había esperado tanto ese momento… El momento de verla delante. ¿Cómo era posible que aquella mujer, de apariencia dulce, hubiese cometido la locura de encadenarlo? ¿Cómo era posible que no se hubiese fijado antes en ella?

*  *  *

Había rezado porque el lunes no llegara nunca, pero ya era lunes, ya estaba en la oficina y tarde o temprano tendría que enfrentarse con él. Con encontrárselo delante. Necesitaba un café con urgencia. Apenas había dormido en todo el fin de semana… el breve fin de semana que se había pasado deseando no haberlo hecho. No haberlo encadenado.

Abrió la puerta de la pequeña habitación que se usaba a un tiempo como archivo y como «sala de cafés». Ojalá estuviera Sonvak por allí, tenía la cualidad de hacer que se olvidara de los problemas mientras charlaba con ella. Pero al primero que vió fue a Sito, «el gran jefe» como solían llamarlo. Ella sabía que lo de Sito era pura fama, y que en realidad aquella cara de «lunes por la mañana» escondía a un amante de las juergas y la vida nocturna con un tremendo sentido del humor. Ese no fue el problema. El problema era el personaje que estaba a su lado. Esa persona que menos deseaba ver aquel lunes, ni ningún otro día de allí en adelante. ¿Por qué tenía que verse tan atractivo comenzando la semana?. Sintió como le ardía la cara cuando él fijó sus ojos en ella. Aquella mirada decía más de lo que ella quería saber y, sin haber saludado tan siquiera, dió media vuelta y escapó del enfrentamiento que veía venírsele encima.

*  *  *

-¿Se puede saber que le pasa a Montse hoy?. Está de lo más rara. Antes la saludé y ni me contestó -Sito contemplaba a Aspec, quizá esperando que éste le diese una respuesta a su pregunta.

Pero Aspec ni tan siquiera lo miró cuando cerró la puerta a sus espaldas. Iba tras Montse. Tenía claro que huía de él. Pero también tenía claro que él no se lo iba a poner fácil. La agarró con suavidad del brazo.

-Espera, tengo que hablar contigo.

-Creo que tú y yo no tenemos nada de que hablar. -la mirada de ella le recordaba la amenaza que le había hecho justo antes de abandonarlo en aquella habitación, encadenado, desnudo.

-Oh, nenita, yo creo que sí, que tú y yo tenemos mucho de lo que hablar. -no sabía por qué la había llamado nenita, quizá porque tenía ganas de provocarla, quizá porque sentía ganas de que ella sacara a relucir aquella pasión de la que había hecho gala el viernes.

-¿Nenita? -la voz de Montse se había alzado, llamando la atención de sus compañeros- ¿Nenita? -el fuego relucía en sus ojos e intentó librarse de su brazo para irse. Sin embargo él se lo impidió sujetándola más fuerte.

-Suéltame ahora mismo si no quieres provocar una escena -esta vez el tono era bajo, pero claramente enfadado.

-No creo que una pequeña mariposa como tú tenga valor de provocar una escena -aquella frase era del puro estilo Aspec.

Fue una fracción de segundo la que atrapó sus miradas. El sonido de la bofetada resonó en el silencio que se había apropiado de la oficina. Y no se sabía quien estaba más sorprendido… si Montse por haberle dado la bofetada, si Aspec por haberla recibido, o si cualquiera de los compañeros que estaban mirando con la boca abierta.

-¿Se puede saber que demonios está pasando aquí? -Sito había sido el primero en salir de su asombro. Acababa de salir de la «sala de los cafés» y lo primero que ven sus ojos es como su amigo de juergas recibe una fenomenal bofetada. La verdad es que quien conociese un poco a Aspec, no dudaría en que seguramente se la merecía. Por otra parte era realmente raro ver a Montse, siempre tan eficiente y controlada, hacer gala de semejante genio.

Aspec sentía que esa era la gota que colmaba el vaso. Aquella pequeña mujercita estaba pidiendo a gritos que le diesen una lección y, desde luego, él no iba a hacer oídos sordos a tal petición.

*  *  *

Pero, ¡¡¿cómo se había atrevido a llamarla «nenita»?!!, ¡¡¿cómo podía ser tan prepotente, tan arrogante?!!, ¡¡¿cómo podía sacarla de sus casillas tan fácil?!!… ¿Es qué ese hombre nunca aprendería?… ¡¡Y aún por encima delante de toda la oficina!!…

Nunca había dado una bofetada antes. Y la verdad es que después de habérsela dado se quedó horrorizada ante lo que había hecho. Se quedó sorprendida. Él también,… lo notó en su mirada. Notó primero su sorpresa y después algo cambió en sus ojos, algo que la alarmó y aún así no tuvo tiempo de reaccionar. Fue demasiado rápido. En un visto y no visto, una mano la sujetaba por la nuca y sus labios eran asaltados de forma arrasadora; los labios de él se apretaron contra los de ella con fuerza como queriendo marcarla… Un beso que apenas duró un segundo pero que destilaba un fuego que amenazaba con quemarlos a los dos.

*  *  *

¡¡Dios!! ¡¡¿cómo era posible que aquella mujer lo sacase de sus casillas tan fácilmente?!! Lo peor de todo es que solo podía pensar en poseerla. Aspec dió media vuelta furioso, no sabía si con ella o consigo mismo, y se alejó descargando su enfado en cada uno de los pasos que daba. Si había algo que tenía claro es que aquello no iba a quedar así… Aunque la próxima vez haría lo posible porque no hubiese público delante.

*  *  *

-¿Se puede saber a qué esperais? -la voz de Sito tomó el mando de la situación, llamándo la atención de todos los que habían contemplado la escena- ¿es qué no teneis suficiente trabajo? ¡¡Quiero el próximo artículo del bloggercedario en mi mesa ya!!.

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Quiero mi polvo !!!!

– ¡Pues búscatelo tú! -le contesté- y si no, ya sabes, a jalear.

 

Estábamos los dos en la barra del bar dónde nos veíamos siempre. Unos vermús, el aperitivo y un poco de charla sobre fútbol y mujeres habían consolidado una relación que nació hace años, al coincidir los dos en la misma empresa. Nuestros caminos, con el tiempo, habían seguido trayectorias distintas, pero nos seguíamos viendo con regularidad.

 

– ¿Jalear?

– Sí hombre, jalear, animar: “Hale manita, hale manita…”

– Eres imbécil. Tengo un problema y tú te lo tomas a coña marinera.

– ¿Problema? ¿Qué problema?

– ¡Que hace meses que no follo! Ni ligo, ni nada de nada. Las tías no me hacen ni caso.

 

Manolo se quedó mirando fijamente a Joaquín. Enfrente tenía un hombre casi de cuarenta años, bien parecido, medianamente alto, con facciones suaves como de niño, rubio, ojos azules y una figura normal. No se mataba en el gimnasio pero tampoco tenía huellas de ser practicante del levantamiento de vidrio en barra fija.

 

         Joaquín, no lo entiendo. ¿Que no ligas? Pero si tampoco es tan difícil…

         Eso será para ti. Tú con esa pinta de chulo, ganando pasta y con lo cabronazo que eres, te las llevas de calle. Yo, en cambio…

         ¿En cambio, qué? Tú eres normal, hasta guapo diría yo, y no me entiendas mariconadas ¿eh? ¿Por qué no vas a ligar?

         Porque no sé, tío, porque no sé. Siempre acabo siendo un gran amigo de la tía que me quiero tirar. Pero yo no quiero ser su amigo, joder, ¡quiero follar con ella! Tú no las haces ni puto caso, las puteas, y las tienes embobadas. Sin embargo, yo hablo con ellas, me intereso por su vida, por sus preocupaciones, me desvivo por quedar bien y me terminan contando lo que les duelen los ovarios cuando les viene la regla ¡No te jode!

         No sé, será que usas una técnica equivocada…

         ¿Técnica? ¿Hay técnicas? No me fastidies. Cada mujer es un mundo, es un ser individual, distinto de las demás, diferente a todas, con unos valores, experiencias que la hacen ser única…

         ¿…Y?

         ¡Coño, pues que no puede haber “técnicas” para ligar! Cada una responderá a unos estímulos diferentes, a unos resortes, como consecuencia de sus inquietudes y deseos…

         Joer, Joaquín –le interrumpí- Pero tú, ¿quieres follar o escribir un tratado de psicología?

         ¡Vete a la mierda!

         Es que te complicas mucho. Vamos a ver. Si tú ves a Charlize Theron ¿qué es lo primero que se te ocurrecharlize_theron1_300_4003?

         Que está buenísima.

         ¿Y que más?

         Bueno… sí, que me apetecería tirármela…

         Correcto. Sin embargo, es una gran actriz, ganadora de un Oscar y nominada a otro, bailarina de ballet, modelo… Además, con una historia truculenta pues nació en la República de Sudáfrica en pleno apartheid, vivió todos los momentos convulsos de su país en esos años y además, a los 16, presenció el asesinato de su padre a manos de su madre, provocado por los continuos ataques y amenazas de muerte que éste le hacia a ella. Sin embargo, con esa historia detrás, a ti solo se te ocurre follártela. ¿Por qué?

         No sé, es algo animal, es puro instinto. Es verla en la pantalla y ¡¡ufffff!!

         Ya. Pues algo de ese “uuffff” debe de ser lo que a ti te falta. Si lo que quieres es simplemente follar con una tía, déjate de rollos y ve a lo que vas.

         ¿En plan de bailas o follamos?

         Mira que eres animal, tronco. Las cosas no se preguntan, simplemente surgen.

         Vale. OK. Pero sigo sin entenderlo. No soy un atleta pero no estoy gordo. Soy un tío sensible, inteligente, buen conversador, que me preocupo por conocerlas…

         Oye Joaquín. ¿Tú vives solo, no?

         Si ya lo sabes cabrón. ¿Cuántas veces no me has pedido el piso para ir con tu ligue de turno sin que se entere tu parienta? Claro que sí.

         Y ¿qué tal te desenvuelves como “amo de casa”?

         Perfectamente. Al principio tenía una asistenta pero no hacían nada así que ahora, organizándome bien, lo hago yo todo.

         O sea: limpias, lavas, cocinas, friegas, planchas…

–    Y quito el polvo, doblo la ropa, arreglo averías, sí, ¿y?

         Y tres cosas clave: ¿sacas la basura, haces la cama y bajas la tapa del “water”?

         Hombre claro… ¿quién lo va a hacer si no?

         Pues macho, tengo la solución.

         ¿…?

         Joder, cásate. Ligar no ligas, pero como pongas un anuncio diciendo lo que sabes hacer, vas a tener cola en la puerta de tu piso para casarse contigo.

         Serás cabrón.

         ¡Piénsalo! Es tu solución.

         Ja, ja, ja. Al menos así follaría.

         Que te lo has creído. Así ya no tendrías que salir a ligar y gastarte las pelas invitando en discotecas. Pero ¿follar? Como mucho, los sábados cuando tocase. O es que no has oído el refrán de “follas menos que un casado

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Orgía de empresa

Aquí estoy, sin comerlo ni beberlo, y mucho menos «mojando», encontrándome que ha habido, lo que Sarinha ha dado en llamar, ORGÍA DE EMPRESA.

Efectivamente, sabía que el día 21 empezaba la primavera pero nadie me avisó que iba a haber «fiestuky» y yo, junto a mi hija, en esos momentos estaba haciendo un recorrido por el Sur de Francia, para conocer un tema que me apasiona: el mundo cátaro y el misterio de Rennes le Château.

Está claro que este «putiferio» se debía haber avisado con tiempo, porque hay más días que longanizas y habiendo esperado 50 años para refrendar con mis propios ojos, la historia completa de dicho misterio, podía haber esperado algún día más.

Sin embargo no es eso lo que más me molesta. Lo que realmente me «jolinga» es que ha habido una persona que se ha hecho pasar por mí en dicha fiesta!!!!!!!!!

Mientras yo coincidía en el mencionado Rennes le Château con Axel Graisely, que por coincidir con el nombre de mi hijo mayor tuvo el detalle de regalarme uno de sus libros y que es un estudioso del tema del Abad François Bérenger Saunière, mejorando mis conocimientos con un montón de detalles más que pude ver en directo, en esta empresa se corría la juerga del siglo. Y yo en una iglesia, pero con el agravante que ha quedado escrito que no sólo participé, sino que además fomenté el «nudismo».

Mientras yo le hacía fotos al demonio que sujeta la pila bautismal, me afanaba contando las casillas de la pequeña iglesia para confirmar que coincidían con las 64 casillas, blancas y negras, de un ajedrez. Mientras miraba cada detalle, por ejemplo que a ambos lados del altar están María y José con un hijo cada uno, se supone que Jesucristo y un hermano, y que todas las figuras miran al suelo excepto la de María Magdalena. Entretanto yo «diseccionaba» cada detalle en la Torre de Magdala, también dedicada a María Magdalena (los estudiosos del tema siguen diciendo que el Sangrial, no es otra cosa que «sang rial», o sea, sangre real, lo que les lleva a deducir que María Magdalena estuvo, al menos en una ocasión, embarazada de Jesús y llegó a buen puerto y ese hijo o hija lleva esa sangre que era el nexo de unión entre los cátaros) por este famoso Abad que haciendo unas obras en los primeros años del siglo XX, encontró 4 pergaminos y a raíz de ello consiguió una fortuna inmensa que dedicó a dejar una serie de «pistas» y que después dejó en manos de su «ama-guardesa-apaño-compañera-amor», por la que dejó la religión poco antes de morir en 1917, aquí, hasta el último de los integrantes del Bloggercedario se ponías hasta las mismísimas trancas de todo y por su orden.

Yo tomando fotos de cada detalle, incluso después en el castillo de Montségur, donde se dice que murieron los últimos cátaros, con un viento helado que cortaba el cutis, y por aquí hacía calor para jorobar el calentamiento global a perpetuidad.

Pues estoy enfadada, porque aquí todo el mundo se ha llevado su ración  y yo, estudiando el mundo cátaro en el país vecino.

Yo quiero fiesta porque ya que todo el mundo piensa que fui la precursora del streap-póker pero sin cartas, ahora quiero ver yo cuerpos, torsos con «tableta de chocolate», cuerpos duros como rocas, masculinos por supuesto, y probar manjares.

Mira Sarinha, esto ha sido una jugada sucia. Yo mística completamente. Tú, absolutamente carnal y si te fuste antes de tiempo, sería decisión tuya, pero yo QUIERO MI POLVO!!!!!!!

Próximo turno – O – Aspective – Activo

 

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Korda inmortalizó al Ché con aquella foto

Siempre evité las cenas de empresa. Pertenezco a ese 9% de las estadísticas que busca una buena escusa para no ir. Me resultaba violento ver cómo el jefe se ponía hasta las patas de vino y tener que verle al día siguiente en la oficina con una resaca del quince y encima mostrarle respeto. Pero con Sito en la butaca de dirección, era diferente. Raro era el fin de semana que no salíamos de juerga, la plantilla al completo, los 26. Así que en este caso, la cena de empresa prometía.

Para empezar, no se trataba de un encuentro formal y convencional, sino más bien todo lo contrario. Ni restaurantes caros, ni vestidos con tacones, ni trajes con corbata. El jefe había acondicionado el despacho para la ocasión, pizzas, bebidas, platos y vasos de plástico, y buena música. Desde luego, el ambiente más distendido no podía ser. Junto a la mesa, había un retrato de Ernesto Guevara, que sustituía a a la imagen del Rey de los viejos tiempos, o si me apuras, a la de Franco. Unsinagawa recordaba con admiración cuando Korda inmortalizó al Ché con aquella foto.

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Nuestra empresa era conocida en el sector por ser rigurosamente organizada, pero a pesar del aspecto de rectitud que se percibía desde fuera, el cachondeo interno era el pan de cada día. Entre los trabajadores, la monotonía brillaba por su ausencia, y teníamos personajes de lo más variopinto. Una charla con Gaby resultaba de lo más divertida, sobre todo cuando salían a relucir sus múltiples personalidades. La imaginación y el buen hacer de mi tocaya Sara nos mantenía entretenidos durante horas, cualquier excusa era buena para no trabajar. El encargado de Recursos Humanos, José Luis, se ocupaba siempre de elegir a lo mejor de cada casa para colaborar con nosotros.

Volvoreta era la fotógrafa del equipo, pero había que tener cuidado con ella, porque si te descuidabas, te sacaba hasta meando. Ella decía que todo era arte, pero oigan, para mí la intimidad es sagrada. En el fondo tenía alma de paparazzi la chica. En esa cena también se llevó la cámara, pero nada más entrar, Sonvak ya advirtió que era mejor que esa noche no hiciera uso de ella, o más de uno nos arrepentiríamos.

En el equipo de música sonaba algo de rock, un mítico tema de Barricada, y con un par de copas encima, a Juan Diego Polo le vino la inspiración y se dispuso a tocar la guitarra. El chico tenía hasta nombre de artista, así que la reunión que había comenzado como una cena informal, se animaba por momentos. Lustorgan vació un cajón de su escritorio y lo colocó boca abajo para golpearlo con las palmas de las manos y establecer el ritmo de la percusión. Sandra entonaba como los ángeles, y Aguaya movía las caderas con mucho arte al son cubano.

Gorio y Utopía se subieron encima de la mesa. El espectáculo era bacanal, y el alcohol desinhibía hasta a los más recatados. Carolina estaba sentada junto a la ventana y Aspective le tiraba tantos trastos que hasta rompió un cristal, con tal mala suerte que le alcanzó en un brazo a Suki, que gritaba dolor y rabia. Alejandro, que tenía nociones de primeros auxilios, le hizo un torniquete para salir del paso, no era plan de chafar la fiesta por un poco de sangre de nada.

La temperatura del ambiente subía por momentos, y es que la cena no era una cena de Navidad, sino una cena de Primavera, y el calor ya empezaba a apretar, por lo que sobraba toda la ropa. Montse, que era la precursora del Comando G, nos animó a todos a despojarnos de nuestras prendas, y Yuyicienta cogió carrerilla y se quitó hasta el sujetador. A Mosquitovolador se le salían los ojos, y se lanzó a picar sin pensárselo dos veces. Cuauhtémoc y Daniela bebían champán con los brazos enlazados, y Rosma y Ariel compartían un estrecho sillón. 

Yo, aproveché la entrega y el entusiasmo que todos ponían en tan peculiar orgía y le robé a Volvoreta la cámara de fotos que había dejado abandonada en un rincón. Disparé, y nadie pareció darse cuenta del flash. Entre copa y copa, baile y baile, y polvo y polvo, se hizo de día, pero para entonces yo ya había salido de allí hacía rato.

Al día siguiente, las portadas de los periódicos aparecían a todo color, con una gran fotografía, y un titular unánime: EL BLOGGUERCEDARIO CELEBRA LA PRIMAVERA CON UNA GRAN ORGÍA DE EMPRESA.

Próximo turno para: P –  Montserratita – Activo. (Tú la llevas)

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