El sexo de los pingüinos

El sexo de los pingüinos parecía un secreto de estado, todos especulaban si serían dos machos, 2 hembras o uno de cada. Y es que era la primera vez que ocurría algo así, la hembra emperador había puesto 2 huevos y nunca lo hacen, sólo ponen uno. Steven y su joven enamorada estaban exultantes y no era para menos. Steven tenía en la colonia fama de pingüinero (mujeriego) hasta que conoció a Dorothi, una joven pingüina emperador que le hizo sentar la cabeza. Steven bebía los vientos por Dorothi y ahora más, que por fin iba a cumplir el sueño de su vida y por partida doble: Iba a ser papá.
Él no se alejaba de ella ni un instante más de lo necesario y siempre le traía plancton o los cefalópodos que tanto le gustaban a Dorothi. Ya no le interesaba ninguna otra pingüina por muy buena que estuviera, sólo tenía ojos para la guapa Dorothi, de todos es sabido que el pingüino, es tan fiel que cuando su pareja muere el se deja morir.
Todos comentaban:
–     Steven ha tardado en sentar cabeza, pero cuando lo ha hecho, lo ha hecho muy requetebién.
La colonia estaba revolucionada, todos hablaban de lo mismo, sobre todo de la suerte que había tenido el uno con la otra y viceversa, pero nadie entendía porqué no decían el sexo de sus polluelos si al final lo iban a saber.
Perseguían a la familia de Steven y nada, perseguían a la familia de Dorothi y tampoco.
Faltaba ya poco tiempo para que nacieran los retoños y una mañana de domingo, al fin se escuchó en la pingüinera el graznido de los polluelos.
–    Por fin vamos a saberlo, decían las chismosas del lugar, corrieron a casa de los enamorados y todos se quedaron con la boca abierta, se encontraron que salían por una puerta trasera y huían como alma que lleva el diablo en un Rolls Royce Silver Shadow 1967 con chofer incluido.
–    Pero, ¿a dónde van? se preguntaban atónitos.
Se habían pasado todo el tiempo de la incubación (62 días), que si polluelos, polluelas o uno de cada, no tardaron mucho en tener respuesta a sus preguntas.

La Pareja posando para la famosa Revista «Trulove» con sus hijas

El martes, se quedaron boquiabiertos al ver las revistas en el Kiospingu:
en todas las portadas salía la feliz pareja dando la noticia y en especial en una que según las malas lenguas había pagado un montón por la exclusiva “Trulove”, una de las revistas más prestigiosas y veteranas del mercado.
– Por cierto, tuvieron dos polluelas y Dorothi, como buena fémina lo tenía todo bien planeado (sabía que su caso era casi único y no íba a dejarlo pasar). En realidad, los pingüinos no se diferencian tanto de los humanos, ya que el hombre es más proclive a invertir para obtener sexo mientras que la mujer tiende más a dar sexo a cambio de inversión.

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