…el haber hecho la mili en la Legion y con mi amiga la cabra despertandome todos los dias.
Ya estaba acostumbrado a los «madrugones» y a «oler a tigre» desde primera hora de la mañana; !! puñetera cabra !! , no hacia mas que morderme los calzoncillos la muy hija «de las cuatro letras».
Por eso ahora esto no me venia grande, por eso me llamaban «la madre superiora» porque llevaba 24 meses con el habito (habito de no ducharme nada mas que cada 15 dias), por eso los pelos del «sobaco» parecian rastas de Bob Marley, por eso cuando pasaba por delante de una perfumeria de lujo cerraban las puertas y por delante de las floristerias los claveles se marchitaban de repente ante mi poderosa presencia.
Me iba acercando a mi destino y me iba preguntando, cuantos seremos, tendria que haber llevado una silla, porque hasta que abriesen aun faltaban 5 horas. Llevo tabaco, porque mira que si estoy en la cola y se me acaba y pierdo el turno : «degollo al que se me ponga por delante».
Era una experiencia nueva, nunca habia ido a este sitio, pero el dia anterior me dijeron que la cola era enorme y que acababas empapado en sudor entre la espera de pie, los empujones y los roces de la gente. Yo ya llevaba puesto mi perfume natural, con lo que no iba a desentonar alli; es lo bueno de haber abandonado las buenas costumbres higienicas hace tiempo, que te impregnas en el ambiente, incluso pasas a formar parte del paisaje. Era lo que en Ceuta llamabamos «camuflaje natural».
Gire la esquina, eran las 4.OO a.m. (hora Zulu) y oi una serie de voces que no se dejaban entender pero que si dejaban ubicar donde acababa la cola.
«Embido», «embido mas», «ordago»….. !!coño estaban jugando al mus!! !!que bueno!! ya estaba claro de que me iba a encontrar como en casa.
Me acerque y pregunte: «quien da la vez», a lo que un amable joven que no pasaba de los veintipocos años me dijo que el era el ultimo. Lo mire, me miro, se rasco la nariz como si hubiese llegado una manada de ñus, cosa que me enorgullecio, porque tenia su merito oler como yo olia….
Ya estaba colocado, me use en la cola y mire «el peluco» : faltaban casi 5 horas para que abriesen las puertas y parece ser que yo era el numero 86, no estaba mal, teniendo en cuenta que cada uno de nosotros estariamso unos 1O minutos y como habia varias mesas, todo me hacia creer que hoy me atendian.
Encendi un pitillo, eche el humo de una fuerte calada y mire a lo lejos al letrero del establecimiento: INEM Oficina de Empleo de Coslada: puta crisis, putos politicos y puto paro!!
Y me acorde de lo que dijo un minsitro de mi exgremio militar una vez: Al alba y con viento de poniente!!!
Turno para: I – Iskan el Cubano – Activo
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