Archivo mensual: febrero 2009

«Una buena persona»

Eso pensaba yo cuando la semana pasada me hicieron una de las mayores «putadas» que me han hecho ultimamente. Si soy una buena persona…¿o no? !!y yo que se!!, !!maldito sea el «joputa» que invento la informatica y los putos hackers!! Si señores me han «hackeado». No se si la Real Acadenia de la Lengua Española recoge esta acepcion, pero a mi me ha jodido bien.

Un hijo de las cuatro letras me ha entrado en mi usuario de «google» y me ha borrado tres blogs y cambiado las contraseñas, jodido adsesne y una cuenta de gmail, o sea, casi na. !!Si soy una buena persona!! Va a ser que no… sino no me lo explico.

Ciertamente soy de los que da las opiniones de un modo bastante directo, cosa que en muchas ocasiones es malo, no conviene ser tan vehemente en las acciones y en el lenguaje, pero es que yo soy asi, asi me han parido y creo que asi morire.

Si cojo a este me «c…» (pi) en su «p…»(pi) madre. Lo que esta claro que los avances en estos tiempos corren que es una barbaridad y siempre que sale algo nuevo en informatica , ya hay alguien para «piratearlo».

Me acuerdo una vez que un amigo me ofrecio la Enciclopedia de Jurisrpudencia Aranzadi de 15 dvds totalmente pirateada y que costaba 7.25O euros original. Yo, que soy mas bien de ciencias y numeros, no estaba interesado. Al cabo de unos dias le pregunte y ya la habia vendido por 6OO euros. «Se la habia comprado un juez»…. jajaja!!! tocate el pie.

Como me gusta decir a mi, aqui todo el mundo es bueno, mientras no mate a nadie, se presume que es bueno, como en la «mili», el valor se «presupone».

Y digo yo, a este juez le gustaria tambien la caceria como a Garzon. Tiro va, tiro viene, debe de ser una actividad desestresante de «carayo», venga tiros. Yo no podria, aparte de que no me gusta matar animales por placer, es que me saltarian las lagrimas de pena: pagas el coto,…. 6.OOO euros del ala, y cada pieza abatida hay que pagar or ella,… joer, si voy a disparar no veo un ciervo, veo el simbolo del dolar y me saltan las lagrimas y no mataria a ninguno. Cojones!! que vicio mas caro….!!!

Pero siempre ha habido clases en esta vida, como decia mi abuelo, «de a pie y de a caballo». Mira que los gallegos vamos en medios de locomocion no muy avanzados, porque cuando llegue el AVE a Galicia, ya estaran obsoletos,…, mientras que «Troitiño» a la sazon, presidente de la Xunta, se nos mueve por Galicia en un Audi de 48O.OOO euros, como somos «potencia mundial» nos podemos permitir esos lujos.

Tengo que parar de divagar…. empece con mi ataque hacker y acabo con Audis de 75 millones de las antiguas pesetas…. si no me poneis freno no se donde iba a parar… !!Que palizas soy cuando me pongo!!

 H – JoseLuis – Activo

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«Ellos se lo han buscado»

…Lo he intentado…juro y perjuro que lo he intentado…ya sólo me queda gritar a los cuatro vientos aquello de…» …a Dios pongo por testigo de que…»..lo he intentado en seriooooo!.

Me he vestido mis mejores galas de trabajo, mi mejor vaquero y mi mejor jersey, para no parecer una «mileurista» cualquiera. He sido puntual, 10 minutos antes de abrir las puertas todos y cada uno de los días, con lo que me cuesta a mi tirarme de la cama por las mañanas. Los he visto llegar todas las mañanas con su cara de asco y yo a cambio qué? eh, qué? pues, tonta de mi! les he puesto mi mejor cara de Lunes y les he saludado con mi mejor «buenos díaaaas», por supuesto sin obtener respuesta. Adornaba mi cara con mi mejor sonrisa cada minuto para parecer agradable mientras por dentro me contenía para no mandarlos educadamente a la mierrrrda!. Ni que decir tiene que he trabajado duramente durante 8 horas todos los días prescindiendo, incluso de mi ratito de descanso ( en qué estaría yo pensando?). Me he preocupado, he hestado atenta, he acudido a trabajar con fiebre y bastante jodida. He puesto a sus servicios mis conocimientos, que no es por nada pero la chica, es decir yo, vale lo suyo…, he puesto, como decía, mis conocimientos a su servicio, planteando nuevas fórmulas y procesos de trabajo más sencillos e indudablemente mejores… para conseguir como respuesta una mirada entre perpleja y despectiva como diciendo:»pero a ti quién te deja hablar ni decir nada en todo esto»..en fin amigos…que he hecho lo que cualquiera…sólo he intentado adaptarme a mi nuevo puesto de trabajo pero…sinceramente…todo esto para qué? pues muy sencillo para que un buen día te digan: «Hoy quedamos todos ( es decir cuatro «compañeros de trabajo» que somos) para comer juntos, si quieres puedes venir…ups!….y yo…y yo…no sé qué decir…siento rabia, impotencia y ganas de darle, a la persona que tengo enfrente, un guantazoooo de esos que hacen historia…pero qué se han creído? que pueden invitarme a comer como si me hicieran un favor avisándome a última hora deprisa y corriendo..¡me contengo, sí! aunque parezca increíble, me contengo…y a cambio le regalo mi mejor sonrisa…»no gracias, ya tengo planes, demasiado tarde me avisas…» ah!. Pero lo que ellos no saben es que ya no los voy a aguantar más, ellos se lo han buscado, sin duda. Me voy…me voooooy! he pedido traslado y me lo han concedido y me voy sin decirles nada ya se enterarán cuando venga mi sustituto…que por cierto…ya sé quien será el que me sustituye y desde luego dista mucho de ser como soy yo…»una buena persona».

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Pero bueno, así son los hombres.

Hemos estado toda la campaña viendo como un juez, en connivencia, o aparente connivencia al menos, con el ministro de justicia, perseguía durante toda la campaña electoral al partido de la oposición.

Al final la dimisión del ministro de justicia, en mi opinión de la forma más penosa posible, que se va, no por influir, manipular o incitar acciones presuntamente ilegales por parte de un miembro del poder judicial, ni siquiera se va porque aun no haciéndolo sus actos lo aparenten, que lo aparentan… repito no dimite por destruir o aparentar destruir la separación de poderes y dejar nuestra nación a la altura de una república bananera bolivariana o de la Alemania de los años 30… si, esa que estáis pensando: la del bigotito y la cruz gamada.

Pero no… no se va por esos actos sino porque en el reino de taifas en la que se ha convertido nuestra nación cometió la irregularidad de cazar en Andalucía con una licencia de caza de Castilla la Mancha.

Y es que no me extraña que los descreídos ateos del gobierno favorezcan la implantación del Islam en España, pues a fin de cuentas la están convirtiendo en lo que fue la España musulmana al final de califato… tafias y señoríos de un pueblo enfrentado contra el vecino.

Y es que el secreto de sumario del juez Garzón ha sentado mal, muy mal… y no solo al partido de la oposición al que se ha puesto en la picota pública, en casi todos los medios, por, de momento, un par de alcaldes y algún cargo menor, que han sido expedientados, según dicen. También ha sentado mal en sus «compañeros de cama» de la fiscalía anticorrupción… tanto que quizás sea eso lo que les ha llevado a hoy, últimos día de campaña, detener un alcalde socialista y varios familiares y funcionarios más, de un ayuntamiento de la provincia de Málaga, gobernado por miembros del partido socialista.

Naturalmente aunque la fiscalía impulsora sea la misma, que no lo sé pero me parecería lógico, el juez no lo es, ya que en este caso, de momento es algo local. Sin embargo es esta especie de ventilador, al que podemos unir la sarta de insultos y descalificaciones que todos los sufridos españoles, es decir aunque no vayamos a votar, hemos tenido que oír entre los diferentes políticos, donde lo único de muchos mítines que sería tolerado para menores es «y tú más» solo nos acaba dando la idea que la política es algo sucio y nauseabundo.

Que después de la campaña alguien de la fiscalía, de cualquier fiscalía, vaya a por alguien del partido del gobierno puede ser que alguien tienen madera de héroe o que cambian los vientos. Debido, quizás, a los muchos desmanes y desafueros que estamos últimamente leyendo de los supuestos gestores de nuestra nación, aunque no es que la opción se presente con mejor curriculum, después de seguir la táctica de cortar la cabeza del que protesta por bueno que sea y subir al que pelotea, por nulo que sea.

Como dice el refrán «en el mundo de los ciegos el tuerto es el rey» o aplicado, por desgracia, en nuestro caso: en la pléyade de nulidades hasta los mediocres destacan.

Pero bueno así somos los hombres… las mujeres, los niños… todos los humanos, o al menos la mayoría: egoístas, avariciosos, interesados… y quien más diga que no lo es, más lo suele ser pues ya lo dice el refrán: «dime de qué presumes y te diré de qué careces»

Pasado mañana los gallegos deciden su futuro, espero que para bien… los vascos me temo que se van a limitar a elegir quien les va a seguir llevando por el mismo camino pero como reza el dicho «Ellos se lo han buscado

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Soy una fiera en la cama

Fue lo primero que me dijo la noche en que nos conocimos.

– Soy una fiera en la cama – me susurró al oído mientras bailábamos muy pegados cerca del parlante. No sé si notó mi cara de estupor; creo que no, porque siguió con su actitud de macho alfa algo sexópata por bastante rato.

Nadie me había dicho algo así antes, aunque debo admitir que el ambiente para hacer tal afirmación era perfecto. Arriba de nosotros se balanceaban mujeres semidesnudas, que colgaban de sedas transparentes; a los costados la gente se amontonaba intentando bailar – y tocar a otra gente -, encima de los parlantes, más chicas bailando…En fin, la típica disco puntaesteña, en donde los tipos se ponen más borrachos que en Navidad, y las mujeres se dedican a contonear las caderas provocativas y menearse por doquier, pensando que encontrarán al amor de su vida, quizá bailando sin camisa en la tarima y sudando como un puerco. Una idea muy romántica, sin duda.

Y bueno, allí estaba yo, con mi nuevo acompañante, que aparentemente sabía trucos que no conocía ni el propio escritor del Kama Sutra.

– Estudié sexo tántrico – me decía ahora, arrastrando las palabras (obviamente llevaba un par de tequilas de más). – De hecho, me dio clases la mismísima Alejandra Rasposa.

– ¿Alexandra Rampolla? – reí divertida. Aquél tipo había dejado de asustarme, era demasiado idiota como para matar a una mosca.

De pronto, algo interrumpió nuestra ridícula conversación. La espuma

Dios, lo había olvidado. Esa noche era “La noche de la espuma”.

Para los que no frecuentan discotecas, les aclararé esto: durante las noches de espuma, la espuma – valga la redundancia – cae del techo, de las paredes, qué se yo de dónde… Cae y cae como si fuera nieve, hasta que la pista de baile se convierte en un baño aromático de baja calidad; al final la espuma te llegará hasta las rodillas, te irás empapado y encima con un buen resfriado. Además te tienes que bancar todo el rato a los reos que se quitan las remeras y se bañan en la espumita como si hicieran meses desde la última vez que se bañaron (lo que probablemente es cierto).

Personalmente, odio las dichosas “fiestas”. Pero mi acompañante pareció más entusiasmado por el jabón que por explicarme la teoría del tantra indio o cómo la posición 168 era parecida a la 45. Bueno, al menos era algo.

Recuerdo que se divirtió como un niñito. Yo me desternillaba de risa, mientras él bailaba un ritmo brasilero a mi alrededor y me salpicaba con una enorme sonrisa estampada en el rostro lampiño.

A pesar del loco antagonismo entre su actitud de macho sexópata y su lado tierno e infantil, algo me llamó la atención en él. Al final de la noche, le di mi teléfono.

 

Adivinen qué: fuimos novios durante dos meses enteros. Y, ¿saben algo? Lo de fiera en la cama eran puros palabreríos. Yo más bien diría que parecía un pobre conejito asustado. Pero bueno, así son los hombres.


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No pararemos nunca de follar, perdón, de hacer el amor…

Él dice que no pararemos nunca de follar, perdón, de hacer el amor… ja!! y ¿se supone que debo creerme tal afirmación?. Si todos hacen igual, se quejan de que las mujeres no están a su altura en cuanto a «ganas» y cuando dan conmigo acaban con la lengua fuera y pidiendo «papas».

Ya me pasó con mi primer marido, que en la luna de miel me suelta «tenía razón mi amigo que decía que después de casado hay que hacer el amor por obligación«… me quedé mirándolo con cara de asombro, pues si me soltaba tal afirmación tras cuatro días de casados ¿qué demonios de vida sexual me esperaba a mi durante ese matrimonio?. Así duró…, lo que duró «dura»… o sea, visto y no visto. Y es que yo lo tenía claro, si con 22 lo hacía una vez al mes ¿¿cada cuanto lo haría cuando tuviese 30??. Y digan lo que digan, para mi el sexo es la parte más importante de una relación… para lo demás ya están los amigos y la familia; ¿¿¿para que demonios quiero sino un marido???… para follar, está claro.

Y llegó el segundo marido. Yo que oía siempre a mis amigas quejarse de las ganas de sus parejas pensaba que sería muy difícil el no superar la experiencia con el primero. O sea, de todas que llevaba las de ganar. Ja!!.

Y eso que esa vez escogí uno con pinta de machito, de tipo duro. Pero ni por esas. Desde luego que batí récords… los récords que había establecido mi primer marido en no hacerlo. Entenderéis que me parta de risa cuando salen las encuestas en la televisión sobre cada cuanto hacen el amor los españoles; me encantaría que me hubiesen preguntado a mi por aquel entonces.

Si con el primero me quejaba de hacerlo tan solo una vez al mes, con el segundo eso ya era una bicoca. Cada dos meses…, cada medio año…, ¡¡dos años sin hacerlo!!… eso para mi ya fue el «novamás» y tomé cartas en el asunto. Joer! si estaba segura de que hasta mis padres tenían una vida sexual mucho más intensa que la mía (cosa que confirmé hablando con mi padre).

Teníais que haber oído la conversación con mi padre cuando le consulté sobre el tema. Estábamos en un restaurante de eses que hasta se le oye a uno respirar de lo educadita que es la gente y lo bajito que hablan. Y en eso mi carcajada rompe el reverenciado silencio. ¿Por qué?… mi padre me había dicho que visto el problema… igual mi marido era gay. Yo no podía parar de reir. Desde luego mi padre tenía claro que el problema no era yo y «no era porque fuese su hija, pero yo estaba de buen ver»… o sea, que el problema solo podía estar en mi par.

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Así que pillé por banda al bendito en cuestión y le pregunté si alguna vez se le había pasado por la cabeza tener algo con otro hombre. Flipó. Yo le insistí. Le dije que igual tenía dichas inclinaciones y todavía no lo sabía. Vamos!! ya podeis imaginarme intentando convencer a mi segundo marido de que era gay.

Él, al ver que yo estaba dispuesta a romper nuestro matrimonio por la falta de folleteo, propuso ir a terapia de pareja, y accedí… que no se dijese que yo no intentaba solucionar la cuestión. Y de nuevo ¡¡ja!!. Resulta que con la presión empezó a tener un problema añadido… y es que acababa antes de tan siquiera empezar. Yo alucinaba. Yo a pan y agua años y años y ahora resulta que tenía que tener mil atenciones con él porque el pobrecito no aguantaba la presión… Sí, la terapeuta, como parte de la terapia para el nuevo problema, le mandó comprar una vagina en un sex-shop para que practicase con ella… Con la vagina en cuestión mi segundo marido no tenía problemas, sin embargo y a pesar de todito el empeño que él ponía… no podía ni rozarme que…

Y a todo esto, parece que es que yo les pedía mucho, pero ¿es mucho una vez al día?… ya que no podían ser más… Pero es que no lo puedo evitar. Para mi los hombres son el manjar más delicioso que existe sobre el planeta Tierra. Cuanto más los pruebo, más me gustan y más hambre tengo. Me enloquece tocarlos, acariciarlos, lamerlos, besarlos, volverlos locos, y es que… soy una fiera en la cama.

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Sonvak y yo, somos el uno para el otro.

Y esta vez acertaba, seguro. Iba a ser mi cuarto intento, la cuarta vez que confiaba en  que mi relación de pareja saliera bien, que fuese definitiva, que no se marchitara poco a poco, día a día. Pero las tres veces anteriores fueron grandes fracasos y tuve que tomar la decisión de romper, de finalizar cada matrimonio antes de que la cosa fuese a mayores.

 

Y la culpa la tuvo mi madre. O yo por creerle.

 

Hace tiempo, cuando todavía era adolescente, mientras comenzaba a pelar la pava con mi primera novieta, mi madre se sintió en la tentación de ejercer de “madre-madre” y regalarme algunos consejos de esos que no tienen precio y recuerdas durante toda tu vida.

 

       Mira hijo, a tu edad te ves muy atraído por el físico de las chicas, por la novedad de un cuerpo distinto, diferente.Pero tienes que ser más maduro, más listo y buscar la inteligencia, el carácter, otras cosas más importantes que el físico porque luego, en la cama, con la luz apagada, todas son iguales…

 

‘Dita sea con el «todas son iguales». Yo, como el consejo venía de mi santa madre a la que adoraba y reverenciaba, me lo creí a pies juntillas y actué en consecuencia  en el futuro. Y así me fue.

 

Mi primera esposa, Elvira, fue una mujer inteligente, lista, con estudios, un recio carácter bien forjado, y una prometedora carrera profesional. Y más fea que el pegar a un padre. Una morena casi desagradable de lo fea que era. Pero recordaba los consejos de mi madre y creí que no tendría importancia. Nos casamos y pronto descubrí que los deportes de cama no le iban mucho, dicho así por ser fino, ya que la realidad era que los aborrecía  y entre que no quería y que tampoco motivaba y con la desesperación que da la urgencia no satisfecha, me convertí en un compulsivo practicante del sano deporte de Onán. Ante el resto de mis amigos intentaba explicar que la musculatura del brazo derecho era consecuencia de mis clases intensivas de tenis, pero creo que alguno se olió la verdad. Cuando no pude más, me divorcié quitándome un peso de encima.

 

Un tiempo después conocí a Sofía, que se convertiría en mi segunda esposa. Esta vez además de inteligente, lista, etc., era guapa. Una castaña de pelo larguísimo, preciosa. Muy guapa. Y parecía que el sexo le gustaba. Nuestra relación de convivencia empezó bien, pero algo debí de hacer mal pues en cuanto nació nuestro primer hijo, aquello dejó de interesarle. No me lo podía creer. De la noche a la mañana perdió totalmente las ganas y buscaba excusas constantemente para huir de mis atenciones. La situación se me hizo nuevamente insoportable ya que finalmente cualquier mujer por la calle era una tentación y yo iba permanentemente caliente como un mono. Quizá los comentarios que realizaba a las compañeras en el trabajo, o los chistes que contaba, hicieron que mi situación comenzara a trascender empezando a sobrellevar una fama de salido de aquí te espero. Y hubo un momento en que ya no pude más y decidí poner fin a aquello. Segundo divorcio y el brazo como el de Conan.

 

Harto, decidí que lo mío no tenía remedio. Se habían acabado las bodas y las tonterías. Dos fracasos eran más que suficientes… Hasta que conocí a Eva. Rubia, ojos azules, cuerpo de escándalo y tonta. Tonta de remate. Era una mujer florero, preciosa pero no llegaba más allá. Pensé que podía ser lo ideal después de las dos experiencias anteriores. La verdad es que su figura de escándalo, su forma de moverse, la ingenuidad de su mirada me hizo perder la cabeza. Y al final, pasé nuevamente por el juzgado. A la tercera va la vencida, me dije. Esta vez no podía fallar… Ni follar. La tonta, maldita sea, se dio cuenta del poder que tenía sobre mí cuando se abría de piernas… y decidió cerrarlas. Únicamente con algunas” llaves”: regalitos, viajes, caprichos, se podía abrir aquel cerrojo. Y yo cada vez con más ganas, pocas posibilidades y menos dinero. Además de no conseguir nada, me estaba arruinando. Capacitado ya para presentarme al concurso del brazo más musculoso del mundo,  conseguí, al final, tras un verdadero esfuerzo, mandarla a paseo y obtener el nuevo divorcio.

 

Pasó el tiempo y poco a poco volví a retomar una vida más rutinaria, tranquila, con el brazo más relajado gracias a la asistencia de profesionales que calmaban mi ansiedad a cambio de una tarifa fija pactada. Pero he debido de nacer para casado porque, pese a tener cubiertas mis necesidades materiales con una combinación ideal ensamblada a base de varias féminas: asistenta más prostituta (sin líos, ni rollos, ni discusiones, sin implicaciones emocionales, ni chantajes, la casa siempre limpia, las camisas planchadas, y lo más importante, sin negativas) parecía que algo me faltaba. Y es que siempre he dicho que, en el fondo, soy un romántico y empezaba a añorar una compañera.

 

Así que un día,  mi amiga Montse, me presentó a una conocida suya y creo que de todos vosotros. Para evitar que la podáis identificar, pues ella no sabe nada aún, la llamaré por el acrónimo “Sonvak”. No os la voy a describir pues, insisto,  todos la conocéis, pero es un cañón de mujer. Tiene el trato amable, es inteligente, dulce y simpática. Está o estará próximamente soltera. Además, he estado leyendo varios escritos suyos y he visto parte de su obra, lo cual me ha animado mucho pues  estoy convencido de que esta vez acierto porque creo que Sonvak y yo, somos el uno para el otro. Aún no lo sospecha pero nos casaremos, seremos felices, comeremos perdices y pote y percebes y no pararemos nunca de follar, perdón, de hacer el amor.

 

 

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Darle el pésame

La verdad es que cuando supe que Gonzalo había encontrado novia, sentí el cielo abierto. Yo sabía que Gonzalo estaba “coladito, coladito” por mis huesos pero era, para que nos vamos a engañar, un “desecho de tienta”.

Yo tenía a Sara por una mujer muy actual, muy libre, muy guapa y excesivamente joven para estar liada con aquel engendro, pero ¿quién soy yo para decidir el destino amoroso de las personas?

Ni física, ni mentalmente, eran para nada afines. No pude comprender en ningún momento que Sara aguantara con aquel “bicho” 3 años de felicidad, al menos de felicidad de cara a los demás.

Tuve ocasión de compartir con ellos algunas fiestas y encuentros, en alguna exposición. La sola presencia de Gonzalo, con aquellas gafas que parecían las que regalan en los cines para ver las películas en 3D, era objeto de befa y mofa para los presentes.

Aquella cantidad de aceite que se mezclaba con gomina en aquellos 17 pelos largos y mal teñidos que, literalmente, le colgaban a ambos lados de aquella cara regordeta, junto a aquellos trajes que debían hacerle ex profeso, porque imposible que se confeccionara nada con aquellas rayas diplomáticas, de varios colores, tan gruesas, tan llamativas, con aquellas solapas que parecían baberos, era un auténtico espectáculo, no sé si de circo pero de disfraces, fijo.

En fin, que os voy a contar. Ver a aquel energúmeno al lado de Sara, haciéndose carantoñas y jugando a besarse como los esquimales (nariz con nariz), en un acto público, me dejaba anonadada porque yo tenía a Sara por una mujer con una categoría, personal e intelectual, muy superior a la mía pero aquellos detalles me impactaban y sin palabras.

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Mientras Sara y Gonzalo seguían su historia de amor, yo conocí de forma casual a un chico algo joven para mí pero que en principio, dado nuestro primer encuentro, jamás pensé que llegaría a  tanto. Se llamaba Andrés, Andrés Velencoso. La verdad es que aquellas 6 horas de retraso en un vuelo de Iberia, nos dio para hablar mucho y congeniar.

Cuando por fin llegamos a destino, Túnez, ambos seguimos a la Isla de Yerba. El iba a hacer un reportaje de moda o algo así, no sabía exactamente a qué se dedicaba, y yo quería tomarme unos días de vaguería absoluta.

Con el paso de los meses, Andrés y yo, formamos una pareja bastante sólida y, como un año después, me pidió que me casara con él.

Empecé a preparar mi vestido –algo discreto que yo no iba a disfrazarme de helado de nata- y el resto quería prepararlo Andrés como una sorpresa para mi boda. Y en una de esas interminables conversaciones telefónicas – ya sabía que era un top-model- me habló de sus inseparables  amigos  Jon Kortajarena y Oriol Elcacho.

Yo los conocía de sobra porque en la estantería del despacho de Andrés, había alguna foto de ellos y una, en la que aparecían los tres, que tenía en gran aprecio y que me mostraba cada vez que hablaba de ellos.

 

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Ambos habían venido a casa cuando pasaban por Madrid. Eran encantadores, pero como todos los top-models, algo agobiados por el trabajo y esa sensación que cualquier mujer que se les acerca, sólo lo hace por su aspecto y su dinero.

En resumidas cuentas, Andrés quería que buscara dos amigas, de esas que llamaba él “mis estupendas” , para que ejercieran de pareja de ambos. Yo estuve pensando mucho tiempo porque claramente la diferencia de edad entre Andrés  y yo no había sido un problema, al contrario. Era un sueño hecho realidad para ambos.

Después de darle muchas vueltas, pensé en dos amigas. Silicongirl, Sili como yo la llamo, que inmediatamente dijo que estaría encantadísima y que salía pitando a comprarse modelazo, para estar a la altura.

Más tarde llamé a Sara pero la noté alicaída, mohina, desganada, y me dio la sensación que murmuraba por lo “bajinis”. Tanto es así que yo diría que más que alegrarse por mí, estaba a punto de llorar o partirse la caja con la noticia. Quizás la ruptura con Gonzalo le había afectado más de lo que nadie podría imaginar. Lo cierto es que tampoco le di mucha opción, me parecía que necesitaba ver caras guapas y acabó por aceptar la invitación aunque su entusiasmo brillaba por su ausencia

El día de la boda, una celebración en una finca privada, y en ceremonia civil, mis nervios estaban desquiciados. Sili, como buena amiga, me dijo que no me preocupara que ella se encargaba de ir recibiendo invitados y ayudar a que todo estuviera en orden. Además contaba con la ayuda inestimable de Jon y Oriol y de Sara, en cuanto llegara.

Una hora más tarde, vino a avisarme que ya estaban todos preparados. Andrés estaba a punto de colgarse de una lámpara, por la impaciencia, y me comentó algo que me dejó un poco a cuadros, pero que me vino bien para relajarme. Sara, al llegar, lo primero que le dijo fue: vengo a darle el pésame.  Intenté averiguar el motivo pero no había tiempo. Sili me dijo que no habría podido olvidar a Gonzalo y estaría aún tocada por el asunto. En fin, no le di mayor importancia, pensando que más tarde, junto a Sili, Oriol y Jon, pasaría una velada fantástica, que después de 3 años con Gonzalo, ya se la había ganado con creces.

Cuando bajé de mi habitación y entré bajo la carpa preparada al efecto, al pasar al lado de Sara, me dijo a voz en cuello: Que Dios te conserve la vista porque lo que es el gusto…..

Casi se me cae el ramo al suelo, pero al volver la cabeza, Andrés estaba allí, alto, guapo, sonriente, imponente, extendiendo su mano hacia mí y se me olvidó hasta mi nombre.

Llegué a la altura del alcalde que iba a oficiar la ceremonia, pero antes de empezar, Andrés me besó delicadamente en los labios, cogiendo mi cara con ambas manos, y en ese preciso momento, oímos un estruendo y un revuelo. Sara había caído a plomo en el suelo y estaba pálida como la cera.

Terminada la ceremonia, me comentaron varias cosas de Sara. Unos decían que estaba sorprendida porque pensaba que el novio era otro, otros decían que había sido una bajada de tensión, en fin, en estos casos hay tantos diagnósticos como invitados.

La vi y lo único que me llamó la atención es que al acercarme a saludarla e interesarme por ella, se puso como un tomate «reventón», mientras me abrazaba y balbuceaba, pero no conseguí comprender nada. Era lógico, después de un desmayo, la muchacha estaba algo desconsolada pensando que habría «desmerecido» la ceremonia. Nada más lejos de la realidad. Eso le puede pasar a cualquiera y Sara no era una extraterrestre (aunque sus 3 años de noviazgo con Gonzalo, lo comentamos mucho. Siempre pensamos que la había abducido como si de un alienígena se tratase)

Seguimos Andrés y yo, recorriendo las mesas, saludando, uno por uno, a todos los familiares y amigos que habíamos reunido.

En la mesa de los amigos, había una pequeña disertación entre Sito, José Luis y Aspective. Éste último, mientras yo me aproximaba, dijo algo que me dejó a cuadros:

El próximo que se casa soy yo. Ya le he dicho a Sonvak que en cuanto vayan a tirar el ramo, luche con uñas y dientes para quedarse con el ramo, porque Sonvak y yo, somos el uno para el otro.

 

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Archivado bajo P - Montserratita - Activo

¿Te quieres casar conmigo?

– No. Definitiva y rotundamente, NO. No sé cómo llegó a sus oídos aquella historia ficticia de que quería comprarme con un lazo, pero este chico debía de ser algo cortito y no había captado la ironía del asunto. Y allí estaba, con un lazo de lo más friki, pidiéndome matrimonio. Si me hubiera podido ver la cara, diría que me había quedado blanca como la cal. Por un instante estuve paralizada, pero tras negarme a su propuesta, salí corriendo, como en aquella famosa escena de Julia Roberts en ‘novia a la fuga’.

 

 

¿Casarme yo? Ni pensarlo. Ya llevaba tiempo mosqueándome tanto romanticismo por su parte, pero esto ya era el colmo. Su idea de futuro estaba notablemente alejada de la mía, y no iba a permitir que me atara a sus planes de chico responsable. Aunque sea una frase hecha, fue bonito mientras duró.

No lo volví a ver. Supe, por amigos comunes, que había pasado una semana viviendo su duelo de despechado, pero pronto regresó a las andadas. Otra chica estaba siendo víctima de sus cursilerías y su hechizante sonrisa.

Espera, me llaman por teléfono. Es Montse. Dice que me invita a su boda. Iré a darle el pésame.

Próximo turno paraP – Montserratita.

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Archivado bajo Q - Sara - Activo

Con todo mi amor…

¿Sabes? Antes de acercarme a ti procure conocerte mejor, quería saber que te gustaba, que libros leías, que te entretenía, que te hacia feliz, por que sabes, me deslumbraste desde la primera vez que te vi, desde que atravesaste el vestíbulo para tu entrevista de trabajo pensé que era genial tu sonrisa, tu porte, la seguridad con que te movías, la forma en que sonreías al hablar con la recepcionista.

Cuando supe que te habías quedado en la empresa me alegre muchísimo, sabia que tendría al menos una oportunidad de hablar contigo, de tratarte, de conquistarte…

Comprenderás que no era nada fácil para mí, no solo estabas en otro departamento, sino que mis actividades y las tuyas no siempre eran compatibles y no tenía pretextos para ir a platicar contigo. Aún así me di cuenta que yo también te interesaba…

Por eso no me extraña que estemos celebrando el primer aniversario de nuestra historia, el primero de lo que espero sea una eternidad.

Se que le estoy dando muchos rodeos, pero por favor déjame hablar, quiero decirte algo antes de hacerte la gran pregunta.

Creo que apenas te estas dando una idea de cuanto es lo que yo te quiero, creo que no has tenido la oportunidad de valorar realmente mi cariño, y no estoy cuestionando tus sentimientos, claro que no, solamente espero que valores en su justa medida lo grande que es mi amor por ti.

A lo largo de este año he aprendido que te gusta, que te enoja, cual es tu música favorita, que te enciende, que detestas, y todo eso lo he integrado a mi vida, para que cuando me mires, veas en mi a tu alma gemela, por que no podría vivir sin ti y mi vida no tiene sentido cuando estas lejos de mi.

Por eso quiero que demos un paso mas, quiero que le digamos al mundo cuanto nos queremos, y aunque se por adelantado la respuesta, por que lo puedo ver en tus ojos, me gustaría escucharlo de tus labios…

Así que ahora deja desamordazarte para que me digas: te quieres casar conmigo?

Próximo turno para: Q – Sara – Activo.

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Con el corazón helado.

El semáforo en off detuvo mi marcha. Desde la ventana del auto, leí la de ocho columnas del periódico del día en la máquina dispensadora: Muere tras explosión. Caray hasta dónde hemos llegado en este país. La violencia se ha recrudecido de tal manera que ya los narcos no respetan aquél viejo código de honor: Ni mujeres ni niños. Hasta ahora mi provincia, el mayor productor mundial de tomates, era conocido por los actos de violencia entre bandas de narcotraficantes y no como el granero y productor número uno de este fruto. Así es, «crea fama y acuéstate a dormir», me dije.

Ella era una niña cuando Eutimio llegó a la sierra. El precio puesto a su cabeza le hizó tomar la decisión de regresar a la montaña, de dónde había llegado a la ciudad, con una mano adelante y la otra detrás, aún siendo un jovenzuelo. En 15 años era ahora el número uno en la lista del FBI. Honrosa distinción. El número uno en la lista de los más buscados. No fue novedad, los motores radiales Lycoming de dos Cessna´s  anunciaron la llegada del jefe de jefes. Se apostaron sobre la pista de arcilla, después de arriar el ganado y perros, desde el comisario municipal hasta los más importantes personajes del pueblo. No siempre había visitas tan especiales, a no ser por las campañas de políticos corruptos que se acercaban por ahí en épocas electorales, para intercambiar cobertores por votos. Vanesita recordaba su llegada porque en la secundaria, al lado de la pista de aterrizaje,  hubo una gran algarabía de toda la chiquillada.

No cumplía 14 y ya estaba en edad de merecer. Fue una niña precoz pues muy temprano sus medidas se acercaron a la perfección. 90.60.90. El resto lo hicieron los mensajeros de Eutimio. Las AK47 y R15 persuadieron al autor de sus días: Qué prefiere, entierro, destierrro o boda…?. Así la fecha del matrimonio quedó pactada, a la vez que un maletín repleto de fajos de 100 mostraban un Abraham Lincoln sonriente al frente del billete verde.  Lo demás es historia. Sí. Historia. Los tres dias que duró la fiesta el pueblo disfrutó del añejamiento de 100 cajas de Chivas18  años y ellas por supuesto de la casa Moet-Chandon. La fortaleza en que se convirtió la cañada áquella se resguardó por seis comandos apostados en las colinas, y la felicidad sonora de los novios corrió a cargo de cinco grupos musicales, muy bien intercalados para tocar en tandas de seis horas cada agrupación. Todo perfecto, cómo debe de ser cualquier historia de amor.

En los años siguientes Vanesa fue  «reina del café», «reina de la primavera» y también la mujer de. No había ya en el pueblo quien no reconociera a «Vanesita» como la mejor hija, hermana y amiga.  Ella era feliz ahí, por eso no estaba de acuerdo en realizar aquél viaje al centro del país, dónde Eutimio revisaría sus negocios inmobiliarios y «agrícolas». Nada peor, que estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, ése retén militar tenía minutos instalado en esa avenida. En pocas horas estaba en la cárcel de máxima seguridad más importante de todo el país. El mayor capo de la droga había caído.

La esquizofrenia de la prisión potenciaron los celos enfermizos del cuarentón. Las llamadas estridentes al celular y los reproches infundados cubrieron sus días grises.  Apostó guardias para vigilar cada uno de sus movimientos. Eutimio se convirtió en un animal al acecho. Lo que era una historia rosa se convirtió en un infierno –todavía rosa– porque cuando recibió por debajo de  su celda aquellas fotografías de ella, ahí sí, se le abrió un boquete al infierno. Con el corazón helado vió aquellas placas sembradas por el cártel enemigo: un perfecto fotomontaje. Ella con un hombre x en posición x.

La mucama atendió la puerta. Ella radiante como siempre a sus 19. Era bellísima, la sangre francesa esparcida por expedicionarios hicieron lo suyo en aquella cordillera. Ojos azules y tes blanca como nata de leche y un cuerpo –ya lo dije– de diosa griega. Sus 1.80  metros imponentes sin tacones tomaron aquellas preciosas flores, rosas rojas, sus preferidas. El emisario se despidió y ya en la acera el estruendo de la granada de fragmentación simbró aquella mañana. La historía de amor rosa terminó: una tarjeta de felicitación dice al calce: Con todo mi amor…

Proximo turno para: R  – Arielshinigami – Activo 

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