Por supuesto que cuesta decir sí quiero y a las pruebas me remito:
Un hombre soltero llega a casa a la hora que le da la gana, puede andar por casa libremente en calzoncillos, con una lata de cerveza en mano hablando por el móvil a todo tren, se queda viendo la tele o chateando con sus «amigas» hasta altas horas de la noche, invita a dormir a quien quiere, hace reuniones de amig0s los viernes por la noche, los domingos en la mañana nadie le molesta para que vaya a por churros para desayunar, le sobra dinero cada mes, no pide disculpas a nadie por sus acciones, ni tiene que andar rogando por un miserable polvo.
No tiene que vender su flamante «moto» con la que tanto fardaba (¡ay! si la moto hablara) para conseguir «dinero para los niñ@s para el día de mañana».
Tampoco tiene que pelearse por el monopolio del mando a distancia, ni tener siempre a la vista el móvil para que no te lo registren…
Esto por un lado, y por el otro está:
Un si quiero, sale caro, el «anillo» que regala se convierte en grillete para toda la vida, el sí, quiero hace que engorde y/o que se le caiga el pelo. En su frente le graban, como si de un video-juego se tratase, las palabras «GAME OVER».
Los anillos, a veces se convierten en grilletes
Ella, pasa en un breve plazo de tiempo de erótica a neurótica. El día del sí quiero se viste por lo general de oscuro, como si de un funeral se tratase y es que realmente para él lo es, según sus amigos es mejor convivir. Además de que es más fácil escapar, «Convivir es ideal. Haces lo mismo que hacen los casados, y el que se aburre, se viste y se va».
Un sí quiero, para el género masculino, significa más problemas mentales, que si la hipoteca, la luz, el coche, los aniversarios, cumpleaños y otras hierbas, las comidas con los suegr@s, las bromitas pesadas de los cuñad@s, todo son «contras» y además según Zsa Zsa Gabor: «Hasta casarse un hombre es inacabado y después está acabado».
¡Cariño! No olvides leer las instrucciones del inodoro
Con todo esto queda claro lo que cuesta decir sí quiero, pero lo peor de todo, es que desde ese día: «deberá bajar siempre la tapa del inodoro».
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Vamos a ver que estoy hecho un verdadero lio, pues con esto de los nicks o pseudónimos o como leches se llamen ya no sé el sexo del que escribe (bueno l@s que ponen foto, si que tampoco soy tan lerdo: si tienen el pelo largo sin chicas, si son calvos tios)
Esto no lo puede haber escrito 08sandra y ser mujer. Está tan tan tan tan tan bien descrito, detallado, rezuma tanta comprensión que únicamente se me ocurren dos alternativas (por que la tercera es imposible)
a) 08sandra, a pesar del nombre, tiene más barba que yo.
b) 08sandra es una señorita muy señoreada pero lo ha copiado todo o se lo han dictado.
el improbable c) 08sandra es una señorita y de verdad lo ha escrito. Ante esta situación solo se me ocurre: 08sandra ¿Te quieres casar conmigo? Llevo toda la vida buscándote…
jajajajaja, te aseguro que sandra es mujer y para nada marimacho, lo que pasa que es una chica observadora y sobre todo con mucha capacidad para saber con que disfruta un hombre, porque lo ha calcado macho, con pequeños matices pero efectivamente ha conseguido diana tras diana jajajaja
Por cierto que he saltado el turno antes de las 24 h. porque Sara me ha avisado de que le es imposible publicar.
Bueno… una puntualización: no a todos les sobra con quien echar un polvo estando solteros… jeje.
Y ahora me pregunto… ¿por qué un hombre? existen mujeres a las que tb les cuesta decir «sí, quiero»… al fin y al cabo te encuentras, tras esas dos palabras, haciendo de criada (que si lávale la ropa, que si plánchasela, que si hacerle la comida, la cena, que si cederle el mando de la tele, ordenar lo que desordena, comprarle calzoncillos y calcetines, rogarle que te deje salir con tus amigas, y para un polvo que te echa de vez en cuando… ¿por qué quedarse con todo el cerdo -con perdón- por un poco de chorizo?)… te prestan más atención cuando no dices «sí, quiero».
Has empatizado muy bien Sandra… ¿estás haciéndole la pelota a los varones de estes lares? jajajajajajajaja….
Buen Post!!
jajaj….está claro que el colectivo se deshinfla y se hace fuerte el colectivo de solteros con o sin pareja que defienden vivir en su casa, caso de que puedan permitírselo, calro
Me gustó mucho el relato. felicidades
Así mismitico!!! jajajaja…
Lo gracioso está en que, para echarse a la más dura de las mujeres en el bolsillo, los hombres le prometen eso mismo: casarse con ellas, muy probablemente de rodillas y con flores en la mano.
Y después no saben en el lío que se han metido… jijijiji
El comentario está estupendo, sobre todo desde el punto de vista masculino pero hay cosas que me «chirrían».
Los solteros no se quedan calvos? No pagan hipoteca? No se lavan la ropa? No tienen cuñados/as por parte de sus hermanos/as? Todas las mujeres registran el móvil? pues no, casi todas en todo caso, jamás he tocado un móvil que no fuera mío.
Ahhhhh y los señores engordan porque tienen tendencia a la cerveza, las comidas grasientas y el sedentarismo, practicando el sillón-ball, independientemente de su estado civil.
Te has ganado al género masculino pero al femenino nos suena a «lo que dicen siempre con la boca pequeña».
Eso sí, la controversia que crea tu artículo es lo mejor, nos lo pasamos cañón con los comentarios 😉
Muy bueno Sara!!!
la verdad es que todo depende del punto de vista desde el que se mire…. muy buena salida a la frase.
Me encantó sobre todo lo de que sí cuesta por el valor del anillo y luego la foto de los grilletes jajaja xD genial!
Ponemos la novedad pero seguimos sin leer. El artículo es de 08sandra y no de Sara Suki, que no te enteras contreras jajajaja